Luis Miguel, de la tierra del son a la vie en rose (Parte II)

Maria Eugenia Cabral
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El pasado sábado 15 de octubre Luis Miguel visitó ‘La casa de Bijan’, y todos los medios de comunicación se hicieron eco de una fotografía que Nicolas Bijan publicó en su cuenta personal de Instagram. Nicolas es el sucesor del fallecido Bijan Pakzad, quien heredó la pasión de su padre, el prestigioso diseñador de Beverly Hills que se destacó por el estilo, calidad y exclusividad.

Quisiera hacer una pausa en mi relato para recordar al inigualable diseñador de modas que impuso un estilo de vida entre los hombres más brillantes y poderosos  del mundo. Me valdré de algunas frases extraídas de la página oficial de la boutique, puesto que cada palabra lo define de cuerpo completo: “Un conocedor de la calidad, la perfección y la excelencia universal del diseño. Proveedor de elegancia y bienestar, quien se estableció en Rodeo Drive con solo tres palabras “solamente con cita”. Fue un tesoro de enorme admiración y extraordinaria brillantez creativa. Bijan era sensato y encantador, poseía el arrojo de un verdadero pionero por la innovación. Él originó la personificación del “lujo” antes de que el mundo empezara a entender la exacta esencia de dicho principio. Fue un líder poderoso conociendo que, lo que hace la grandeza, es iniciar algo que seguirá existiendo después de mucho tiempo”.

Debo confesar que me declaré admiradora de este señor apenas lo descubrí, y fue casualmente cuando abrió las puertas de su residencia para compartirla con el mundo, mansión que le había comprado recientemente a Luis Miguel, dicho sea de paso. En aquella nota pude observar a un empresario sin precedentes, apasionado por su trabajo, con una vida excepcional e interesante, pero fue la actitud que tuvo con una de sus empleadas del personal doméstico lo que terminó por emocionarme. Mientras la mantenía abrazada se tomó el tiempo de presentarla ante las cámaras de televisión, y con mucho cariño habló de ella, contando que hacía 18 años que los acompañaba. La simpatía y autenticidad eran rasgos característicos de la personalidad de este ser humano maravilloso que, a pesar de la fama y el dinero, nunca perdió su esencia.

Por supuesto que lo primero que hice, allá por septiembre de 2011 cuando apenas desembarqué en Rodeo Drive, fue dirigirme hacia ‘The house of Bijan’ para fotografiarla. Me tomé varios minutos para observarla en detalle, y así guardar en mis retinas cada rincón de esta célebre casa de modas. Para ese entonces habían transcurrido solo 5 meses de la desaparición física de su fundador, hecho que me llenó aún más de nostalgia.

Luis Miguel es la elegancia, la calidad y el buen gusto reunidos en una misma persona, es por ello que es uno de los de los importantes clientes de esta marca, puesto que encontró en los diseños

de Bijan la plena satisfacción de sus deseos.

Regresando a la fotografía que se propagó a la velocidad de la luz, y que dio pie –como de costumbre- a las mil y un conjeturas sin fundamentos por parte del periodismo, el que se supone debería brindar información veraz, quisiera centrarme en dos aspectos. El primero y principal tiene que ver con Miky, con la luz especial que irradia su presencia, ya que luego de las dificultades que tuvo que afrontar respecto a su salud, es prioridad para los fans verlo así de bien, relajado y feliz. Eso es todo lo que necesitamos para reconfortar un corazón que lo extraña tanto. El otro aspecto a destacar es el imponente cuadro de Fernando Botero que se puede apreciar en la fotografía, pintura que definitivamente le otorga el marco perfecto a esta imagen. ¿Sabían que Luis Miguel es un gran admirador de las obras de este famoso pintor colombiano? Pues sí, y tal parece que la admiración es mutua porque me contaron por ahí que Botero disfruta muchísimo de la música de ‘El Rey’.

Sé que estoy en deuda con ustedes, así que me dispongo a darle vuelta a la página para compartirles la segunda y última parte de la historia de Greta, una fan cubana que se radicó en Francia, y desde allí sigue apoyando y acompañando muy de cerca la carrera de Luis Miguel:

La frase que dice “Recordar es volver a vivir” es muy cierta. Escribiendo estas memorias me veo en casa haciendo lo imposible por tener algo de Luismi. Hay que saber que en Cuba había un control férreo de todo lo que sucedía a nivel social, político y cultural en los años ‘90, lo que desembocó poco a poco en la dictadura. Dejamos de depender económicamente de la antigua URSS, nos quedamos como tabla en medio del mar, solos y desprotegidos, sin saber muy bien cómo continuar. El país entró en una crisis brutal donde no había alimento, ni luz eléctrica, ni nada de nada. Cuando por fin salimos del hoyo y volvimos a la normalidad, las cosas pintaron diferentes. El proceso duró varios años, y dejó de entrar información y música del exterior, aunque cabe aclarar que nunca hubo una tienda de discos, como existen en la actualidad, para comprar música de tus artistas extranjeros preferidos. Teniendo en cuenta esto y que la gente necesitaba una vía para subsistir, empezaron a salir los discos piratas. No sé cómo se las arreglaban pero siempre conseguían el original de cualquier artista y hacían infinidad de copias, se ponían en los portales de los edificios a venderlas, y así lograban una entrada de dinero segura para alimentar a las familias. El cubano es muy musical, y creo que ésta fue la gran terapia que nos ayudó a mantenernos firmes sin enloquecer. Siempre nos hemos aferrado muy fuerte a la música. Cabe aclarar que estoy en contra de este proceder, pues con esto se daña a la industria de la música, pero a nosotros no nos quedó otra opción. Fue muy triste aquella realidad, por lo que el cubano hizo hasta lo imposible para no morirse de hambre.

Volviendo a Luis Miguel, si quería tener algo suyo, me tocaba lanzarme a los portales y ver quién vendía el último CD, un afiche o una simple foto. Así fui reemplazando los cassettes cuando llegó la furia del disco compacto. Obviamente los dispositivos también cambiaron, ya no había grabadoras, y las antiguas empezaron a romperse sin que pudieran repararse, al no contar con las piezas de repuesto. La solución para entretenerme durante los eternos cortes de luz la encontré en un discman con pilas recargables, en el que me pasaba horas escuchando la copia del disco correspondiente. Me llené de CD’s, para qué mentirles ¡Los compré todos! No había otra manera de obtener material.

Toda una anécdota surgió cuando salió el disco “Segundo Romances” en 1994 -todavía no sé cómo mi vecino lo obtuvo antes que la radio y que todo el mundo. Una noche, sentada cerca de mi ventana orientada hacia la fachada de la casa de este vecino, sentí una voz prodigiosa que sonaba en aquella vivienda, era la canción “El día que me quieras”. Con mucha atención la escuché y de inmediato identifiqué a Luis Miguel como el intérprete, por lo que concluí que no la tenía en mi colección. La emoción se ganó mis lágrimas, ¿Cómo conciliar el sueño esa noche? Estaba exaltada, y mi vecino tan tranquilo disfrutando de su disco. A los poquitos días se anunció, luego se presentó en la radio, y así pude grabarlo. Morí de amor con ese CD, me gustaba muchísimo, y competía con mi vecino cuando era yo quien lo escuchaba más fuerte. Puedo jurar que fuimos los primeros de la ciudad en adquirirlo.

Ese mismo año mi hermana y mi papá se fueron de Cuba a trabajar al extranjero. Mi hermana viajó a Monterrey, México, y mi padre a Colombia. Viviendo mi hermana en México tuve la esperanza de poseer mi primera camiseta de Luis Miguel y así fue, la conseguí gracias a eso, pues la compró en un evento en el que estaba trabajando y me la envió de regalo. Era blanca, de mangas cortas, y con la imagen de Luis Miguel en el centro. ¡Me volví completamente loca cuando la tuve en mis manos! Después me envió como regalo de cumpleaños el tercer disco de la serie Romances, y mi papá “Mis Romances”, estos fueron mis primeros CD’s originales, cómo se imaginarán, no había nadie más feliz que yo. “Amarte es un placer” también lo tuve original gracias a mi mamá, cuando en su primer viaje a Paris, en el año 2000, me lo compró en una tienda de discos. Cuando regresó a Cuba y me lo enseñó, tuve que evitar el infarto. ¡Madre mía! daba saltos de felicidad. Mi mamá me confesó que en un principio no tuvo intenciones de comprarlo, pero que luego recapacitó y se dijo, “Si regreso a Cuba sin este disco me van a matar en mi propia casa”-buena reflexión hizo mi madre.

En aquella época se comentó en las calles que Luis Miguel y Daisy Fuentes habían estado tres días de incógnitos en La Habana, hospedados en un complejo turístico de lujo en las afueras de la ciudad llamado “Marina Hemingway”. Esta información no se confirmó nunca porque no salió en los medios ni en ninguna parte, pero evidentemente de algún sitio salió el rumor. Siendo Daisy cubana y Micky amante del mar, las bellas playas y los yates, no dudo ni un instante que haya sido real.

Luego comenzó la era de Internet y la lucha fue otra. Ya no importaba si ponían a Luis Miguel en la TV o en la radio, y mucho menos si tenías el nuevo CD, porque la información era más directa y estaba al alcance de todos -era más fácil saber que estaba haciendo el muchacho en México. A finales de los ‘90 empecé a trabajar en el polo científico de la ciudad, un sector profesional al que no se le negaba nada, era privilegiado porque de aquel sector dependía el avance científico del país. ¿Qué pasó entonces? ¡Zas! computadora e Internet en puerta, fue sinónimo de ganarme la lotería. Llegaba a trabajar todos los días a las 7 am para poder ingresar a Google o a Yahoo, y saber lo que estaba pasando. Mis jefes y compañeros llegaban a partir de las 8 am, así que tenía una hora diaria para el cotilleo virtual. Mis palabras claves eran ‘Luis Miguel Fotos’, y de ahí en adelante no tenía freno.

A lo lejos, y con esta increíble herramienta, viví todo el romance con Mariah Carey en vivo y en directo. Mi mesa de trabajo se caracterizaba por estar atestada de fotos de Luis Miguel adquiridas a través de la computadora. Descubrí los foros creados por fans, como ‘La Casa de Luis Miguel, Luis Miguel Site, Luis Miguel Online’ y otro que no recuerdo su nombre. No era miembro de ninguno de ellos pero veía fotos y noticias, sabía cuándo salían los discos y los planes musicales de ‘El Rey’ casi en tiempo real, antes que la misma radio aunque ya no la necesitaba. Confieso que la información referida a Luis Miguel fue mermando, supongo que dejó de entrar, aunque siempre había alguna noticia. También supe de la existencia de los clubes de fans, y empecé a conocer más de cerca a Micky, ya no sólo su música sino cosas personales y de su carrera. Vivía como en un cuento encantado, y aquello me gustaba tanto que no podía desprenderme. Claro, no todo fue color de rosa, tuve que soportar que dentro de mi propia casa, mis amigos, la gente del trabajo y conocidos me llamaran loca, pero bueno, nací con un carácter que me permitió olvidarme del mundo y seguir con mis asuntos, al fin y al cabo, hoy en día todavía hay gente que no entiende nada, así que están perdonados.

Recuerdo también un programa de entretenimiento que se llamaba ‘Sabadazo’, con la conducción de Carlos Otero, el mejor animador de la TV cubana. Había que reírse de nuestros propios problemas, así que el pueblo entero se enganchó de esa emisión que perduró durante años, con el único fin de divertir a la gente. Había música, chistes con doble sentido en contra del gobierno, y personajes humorísticos muy bien logrados, uno de ellos era ‘Gustavito’, nombre del niño malcriado que interpretaba el humorista. En esa época se desató en La Habana la moda de los sellitos, unos broches redondos que se ponían en la ropa que tenían logos de empresas, imágenes de artistas y publicidades extranjeras, mientras más grande era el sello y mayor cantidad llevaras mejor, pues más importante te volvías. Si bien era una moda juvenil, al final todo el mundo se los ponía sin importar la edad. El caso es que Gustavito tenía un sello con la imagen de Luis Miguel, y yo iba al programa sólo para verlo. Se llenaba la camisa de sellos y el de Micky no faltaba nunca, además sobresalía del resto porque era el mayor. ¡Adorable! Hoy en día está todo el elenco del programa en Miami y se reúnen en los teatros para rememorar aquellos tiempos en los que se ganaron un espacio en el corazón de los cubanos, e increíblemente Gustavito conserva aún hoy el sello de ‘El Rey’. Tengo que reconocer que me emociona ver, después de tantos años, a todo el elenco junto y a Gustavito con la misma ropa que usaba su personaje, la que está intacta.

Más tarde pasó lo inevitable, y como buena cubana me fui a tierras lejanas. En mi nueva casa no hay ambiente LuisMiguelero, solo el que yo me creo. Vivo en Francia, un país donde su música no se conoce, por lo que he decidido crear mis propios espacios virtuales para hacerle publicidad de alguna manera, y así paso una parte del tiempo libre. Mi página en francés se llama ‘La Bikina De France’, no a título personal sino como un espacio de información dedicado a Luis Miguel, la cual ha recibido visitas del mundo entero, especialmente de Europa y Asia. Les dejo el link por si gustan conocerla http://la-bikina-de-france.webnode.fr/.

Desde aquí me hice miembro de un maravilloso Club de Fans, ‘Simplemente Luis Miguel’ de  Argentina, que lleva una historia impresionante de constancia, trabajo y sacrificio. Un club activo donde se realizan actividades a favor de los necesitados y al que me gusta pertenecer. Tengo un carnet de socio, he contribuido con donaciones en algún momento, y también tengo su camiseta oficial la cual lleva la firma de Luis Miguel. Son pequeños tesoros que conservo, tal y como hacía de niña y de joven.

Cuando salí de mi país perdí todo lo que tenia de Luismi, los afiches de mi cuarto, las revistas, los recortes que conseguía con trabajo, absolutamente todo. Solo rescaté un libro y otro que me compré aquí. Así que mandé a realizar un afiche con una de mis fotos favoritas por su sonrisa natural, y así recordar viejos tiempos. Ahí lo tengo bien grande sonriéndome cuando no me va bien… y es que todo cambia después de contemplarlo.

Guardo algunas entradas de conciertos, mis viajes a España y otros países para verlo, una de las cuatro rosas que me obsequió, y el sentimiento de admiración profundo, ya casi eterno, que llevo dentro por esta superstar, que con solo cantar me transporta a otras dimensiones y me hace disfrutar de la música de una forma muy especial… es imposible pensarla sin recordar a Luis Miguel. Hemos crecido con él y por eso nació esta dependencia hacia su persona. Tenemos ese afán de cuidarlo y protegerlo porque no es un artista cualquiera, sino alguien que ha formado parte de nuestra vida como un familiar más. Hemos aprendido a quererlo y a respetarlo. Después de casi 30 años siguiendo su trabajo me doy cuenta de que es un triunfador que ha servido de ejemplo para muchos de nosotros por su inteligencia, perseverancia y calidad humana. Digan lo que digan, y me cataloguen como lo hacen, yo seguiré admirándolo por siempre. Y lo más importante… ¡No tengo que demostrárselo a nadie!

Ahora sí, creo que ya recordé el máximo de cosas. Gracias a la interrogante de mi amiga he vuelto a vivir como en una película mi historia pasada, anécdotas que llevo en el alma como algo muy mío. ¡Hasta se me ha dibujado una sonrisa en el rostro! Y es que a pesar de tantas dificultades que vivió mi país, estas son experiencias de vida muy gratas para mí, y está claro que no las olvidaré jamás.

Aquí, desde la tierra de ‘La vie en rose’, sigo queriendo y apoyando 100% a mi Luis Miguel.

 Greta Ma. Suarez

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