Historia de un amor

Maria Eugenia Cabral
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Siempre que escucho esta canción pienso en ese lazo tan fuerte que me une a Luis Miguel.

Los fans tenemos un romance con Luis Miguel que no sabe de tiempo ni de espacio. No importa si esa historia de amor -de cariño- comenzó hace apenas unos pocos años o lleva más de tres décadas, si eres de Latinoamérica o del último rincón del planeta, si tu idioma es el español o el hebreo -por citar alguno-, porque lo verdaderamente valioso es lo que tu corazón siente como fan de este gran artista.

Quisiera mencionar algunos de esos fragmentos de esta bellísima canción, los que describen a la perfección mis sentimientos hacia él:

 “Es la historia de un amor como no hay otro igual” ¡qué frase! Refleja fielmente lo que nos une a él, ese sentimiento tan fuerte y totalmente diferente a otro.

Que le dio luz a mi vida”, díganme si no viene como anillo al dedo a describir lo que Luis Miguel significa en nuestras vidas. Su voz no sólo es esa luz que nos genera una infinita felicidad, sino que es aquella que nos ayuda a salir de la oscuridad cuando la tristeza o los problemas nos abruman el corazón.

Adorarte para mí fue religión”, es la expresión de la canción con la que más me identifico, pues sí, lo adoro entrañablemente y en todos los tiempos verbales -pasado, presente y futuro.

La semana pasada conocimos la historia de una fan de tan sólo 15 años y constatamos que no hay impedimento alguno a la hora de disfrutar de la magia de Luis Miguel, y hoy -una vez más- confirmaremos que ha logrado conquistar un público a nivel mundial totalmente diverso.

En el lenguaje de la música no necesariamente hace falta comprender el mensaje que atesora la letra de una canción, sino que basta con cerrar los ojos y dejarse llevar por la interpretación del cantante, quien se encargará de hacerte sentir lo que realmente quiere transmitirte. Pero no todo el mundo posee ese don, sólo unos pocos elegidos han sido los afortunados, y Luis Miguel es uno

de ellos; desde sus inicios ha sido capaz de calar hasta lo más profundo del alma, superando todo tipo de barreras.

Aún sabiendo que Luis Miguel tiene al mundo a sus pies y que ha vendido discos hasta en Singapur, Japón, Corea, Indonesia, Australia, etc. -países impensados para un cantante latino-, no pude dejar de sorprenderme cuando conocí cibernéticamente a fans de Israel, Alemania y Rumania, entre otros. Es admirable la manera que tienen de quererlo y apoyarlo, porque son nacionalidades donde la música latina no es frecuente que se escuche en las radios ni en las tiendas de discos y porque la gran mayoría de ellas no ha podido verlo nunca en concierto. Son unas incondicionales dignas de aplaudir porque viven esta pasión a la distancia sin esperar nada a cambio, y aguardan pacientemente el soñado día en que por fin puedan encontrarse frente a frente con ese ser capaz de tocarles el corazón con el sonido de su voz.

Antes de presentarles la historia de hoy quiero contarles una anécdota. Hace algunos años supe viajar a Holanda para asistir a la boda de un familiar, y una de las tardes que compartí con el pianista de la orquesta sinfónica de Ámsterdam busqué la oportunidad para hacerle escuchar a Luis Miguel. Elegí para tal ocasión “Dormir contigo”, una de mis baladas favoritas, porque tiene como protagonistas a los cautivantes  y melosos violines. Mi intención era conseguir la devolución de un excepcional músico que había crecido en una cultura diferente, en la que no era frecuente escuchar música latina y mucho menos en español, y créanme que fui testigo de un momento que jamás olvidaré.

Mientras escuchó la canción cerró sus ojos y comenzó a hacer gestos con sus manos como si realmente estuviera ejecutando uno de los violines, al mismo tiempo que su rostro expresó cada sensación por la que atravesó en cada etapa de la canción. Luego, para mi gran sorpresa, lo escuché tararear el segundo estribillo y me quedé embelesada observándolo, no pudiendo evitar esa humedad en mis ojos por la emoción del momento. En fin, quedó maravillado con Luis Miguel y quien les escribe nuevamente se sintió híper orgullosa de su artista.

Sin más que agregar, los invito a conocer a una fan muy especial:

Mi nombre es Elena, soy una orgullosa fan de Luis Miguel de Bucarest, Rumania. Desafortunadamente aquí nadie habla sobre este magnífico cantante salvo en algunos periódicos o en Internet, en la sección de música latina.  Imagino que se estarán preguntando, ¿Cómo se convirtió en fanática de Luis Miguel?, pues ésta es mi historia:

Hace varios años estaba buscando música en Youtube -sitio web donde se comparten videos-, pues era uno de esos días en que deseaba escuchar algo romántico y hermoso. Acaparó mi atención un video bajo el nombre de “Historia de un amor, Luis Miguel”, cuya imagen era un hombre joven que vestía una camisa roja y un chaleco negro, razón que me invitó a verlo. La

sorpresa se apoderó de mí porque fue amor audiovisual a primera vista, su voz y su apariencia me fascinaron.  Desde ese momento supe que había encontrado lo que estaba buscando.

Luis Miguel es un cantante que me llega el alma, pues me identifico con su música y con las letras de sus canciones.  Ese día, además de “Historia de una amor”,  encontré “Yo que no vivo sin ti, Culpable o no,  Entrégate” y muchas más. 

Aunque no hablaba en español continué oyendo su música porque me quedé encantada con este hombre joven, su mágica voz y bella sonrisa -que te deja sin aliento-, su elegancia y su presencia en el escenario, algo difícil de encontrar. Su voz me emocionó hasta las lágrimas, no puedo describir en palabras lo que sentí la primera vez que lo vi y escuché cantar.

Esa noche él se apropió de mi mente a través de sus canciones, hasta cuando estaba durmiendo su música me acompañaba en cada rincón de mi interior.

En los días subsiguientes continué buscando más sobre Luis Miguel, lo que me llevó a su biografía y a los comienzos de su carrera como cantante. Me impresionó muchísimo saber que este hombre de tan corta edad era en realidad el cantante más importante en el mundo latino. Sentí una admiración muy profunda por él y me dije: “Este hombre es un regalo de Dios, tan hermoso y con tanto talento”.

No quise perderme sus primeros pasos como cantante, así que comencé por el principio, y tuve la dicha -gracias a la tecnología- de oír “La Malagueña”, canción que cantó con su recordado padre; luego continué con “1+1 = 2 enamorados, Ya nunca más, Fiebre de amor” -también encontré la película- y, como la lista es bien larga, me deleité con todos los videos que pude encontrar.

Encontré un solo obstáculo a la hora de disfrutar al máximo de la música de este gran artista: el idioma. Por aquellos tiempos no entendía ni una sola palabra, lo que me obligó a estudiar español para poder comprender mejor las historias de sus canciones.

Tuve la dicha de encontrarme con todas sus entrevistas en Internet –bendita herramienta-, lo que me permitió conocerlo un poquito más y sentirme más cerca de este cantante que admiro tanto, pues lamentablemente era la única manera de estarlo. Me fascinó su forma de hablar, su inteligencia, educación y por supuesto, su atractivo y elegancia.

Él es un profesional en todo lo que hace, un hombre que luchó para llegar a donde está, que ha dedicado su vida a la música y a su público -como a él le gusta decir-, tiene buen carácter y una linda personalidad.

Por si quieren saber, sí, me pesa no haberlo encontrado antes, no haber tenido aún la fortuna de verlo en concierto y por ende de disfrutar de las emociones que le brinda a sus fans. Nunca imaginé que un ser humano sería capaz de provocar esa vorágine de sensaciones y recibir semejante respuesta por parte del público, y con Luis Miguel soy testigo de ello.

Solo espero poder estar ahí, enfrente de él en uno de sus conciertos, lo deseo más que nada en el mundo. No hay día en la que no escuche su música,  y les cuento que la disfruto junto a mi familia.

He aprendido a apreciar todos los géneros que canta: boleros, rancheras y demás, todo gracias a él.

La música es un lenguaje universal, por eso quiero darle las gracias a nuestro “Sol” por compartir su voz y talento con el mundo.

Luis Miguel es sensualidad, intensidad, tiene la voz de un ángel, una sonrisa bella y unos ojos preciosos… en fin, ¡Lo tiene todo!

Algo realmente curioso es que aunque no lo he visto aún en persona hay días en que lo extraño, trato de encontrarle una explicación al respecto pero imagino que me siento así por lo mucho que quisiera conocerlo.

Luis Miguel es mi cantante favorito, nunca había tenido uno hasta que di con él. Le deseo salud, amor y felicidad.

“La felicidad nos hace hermosos y el amor nos trae felicidad”, en mi vida Luis Miguel tiene mucho que ver con eso. Todas las palabras que salen de su boca son un encanto para mis oídos,  siempre estaré a su lado porque escucharlo cantar es una terapia que hace mis días más lindos, y ni hablar de su sonrisa contagiosa, cuando lo veo sonreír sonrío también.

Luis, no cambies nunca y sigue haciendo lo que más te gusta… ¡CANTA!

Te amo por la persona tan especial que eres.

Elena Ioana

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