Luis Miguel no es un artista dentro de un género, él es el género de un único artista

Maria Eugenia Cabral
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12 de junio de 2012

Recuerdo, como si fuera hoy, el momento en que Antonio se puso en contacto conmigo. Fue aquella inolvidable mañana de uno de los días más gloriosos de este año: aquel en el que Luis Miguel por fin regresó al Festival de Viña del Mar.

Primero se presentó, contándome que era de Brasil, para luego continuar con el motivo que lo había llevado a comunicarse conmigo: su deseo de confirmar una sospecha que tenía. Quería constatar si yo había estado en el año 2010 en el estadio Vélez Sarfield, en Buenos Aires, porque estaba convencido de haberme visto. Cuando me dio los detalles de mi ubicación quede impactada y exclamé “wow, que memoria!” porque efectivamente allí había estado. Proseguimos con la charla y a pesar de que brevemente me comentó su historia como fan de Luis Miguel, no pude resistir la tentación de invitarlo a que la transcribiera para la columna, pues me pareció fascinante.

Realmente me siento muy afortunada de que los fans se acerquen a compartirme sus vivencias. Agradezco a Dios no perder nunca mi capacidad de asombro al descubrir una vez más lo que Luis Miguel, con su voz, es capaz de provocar en la esencia de las personas.

Antonio es un fan que se siente más que orgulloso por este artista a quien admira, que vive intensa y particularmente esta pasión, pues no solo no tiene miedo de que se lo prejuzgue, sino que pone todo de sí para que las personas puedan experimentar lo que él siente al escuchar una canción de Luis Miguel.

Coincidirán conmigo, luego de conocerlo, que es un ser muy especial que sabe lo que quiere para su vida y que tiene agallas para vivirla apasionadamente. Y como fan de Luis Miguel….es uno de colección!

He aquí su relato:

 “Mi fuerza está en mi soledad. No tengo miedo ni de las lluvias intempestivas ni de los vientos fuertes, pues yo también soy la oscuridad de la noche”

Para mí hablar de Luis Miguel es muy fácil. Quizás sea difícil de entender para algunas personas la sensibilidad masculina y el hablar claramente sobre otro hombre, pues independientemente de la razón, el asunto se dirige particularmente a alguien del sexo masculino.

El resultado del trabajo de Luis Miguel es sublime, lo que hace que uno pueda permitirse admirarlo y dejarse llevar por sus canciones, sin pensar en que es un cantante del sexo masculino. Cuando recordamos o vivimos momentos que tienen que ver con Luis Miguel, miramos para dentro de nosotros mismos y nos transportamos a un mundo privado.

Me llamo Antonio Carlos Anolasco, tengo 35 años y soy brasileño de la ciudad de Uberaba, Minas Gerais. A los 15 años oí a Luis Miguel por primera vez, quien estaba cantando “La Barca” como parte de la banda sonora de una novela brasileña. Era la música de una pareja y por la intensidad de la escena y de la canción, lo que sentí fue muy fuerte.

En esa época ya era un joven cargado de sentimientos, de pensamientos, de nostalgia, de cosas que no sabía conciliar, lo cual hizo imposible que me olvidara de aquella canción que se grabó en mi mente, y que recuerdo hasta hoy perfectamente.

Al otro día salí por la ciudad en busca del disco que tenía aquella canción. Como no entendía nada de español, y ni sabía el nombre del cantante, demoré un poquito en encontrarlo, aunque conté con la valiosa ayuda de una vendedora de la tienda de discos que comprendió lo que quería. En seguida vino con el CD “Romance” en sus manos diciéndome: “no tenemos el disco de la novela, pero encontré uno del mismo cantante”. Tomé el CD, leí los nombres de las canciones intentando entender algo más, lo compré y regresé a mi casa sin saber que había empezado una larga y definitiva historia.

Empecé a escuchar a Luis Miguel, a encontrarme en sus canciones. Pude entender la predisposición que había en mí para amar y sufrir intensamente, verdaderamente. Me puse a aprender español para conocer íntegramente su trabajo. Todavía no sabía lo que la música representaba en mi vida.

Mis romances, las mujeres que pasaron por mi vida, llegaron y se fueron al son de Luis Miguel. Cada una con su intensidad, en su velocidad y con su voracidad. Se llevaron y dejaron conmigo marcas de amores sin medida.  Allá en lo alto con las estrellas o allá abajo en un agujero frio y oscuro repetí  muchas veces la misma acción: pulsar un botón para reproducir a Luis Miguel.

Las incomprensiones también se hicieron presentes. Muchas veces sufrí prejuicios hasta en mi familia, pues infelizmente vivimos en una época muy machista.

Tengo el hábito, principalmente con personas prejuiciosas, de llamarles para oír y ver a  Luis Miguel y, mientras lo hacen, traduzco la letra de la canción y les pregunto: “¿Alguna vez has oído hablar de amor con esa sencillez y con ese erotismo, pero sin vulgaridad? Luego les sugiero que observen la actuación de este cantante y que perciban la interrelación de música e interpretación. 

He traducido más de 100 canciones de Luis Miguel al portugués que están disponibles en Internet para que más personas puedan conocer mejor su trabajo.

Hay muchos hombres a los que les gusta Luis Miguel y tienen vergüenza de decirlo. Piensan que su masculinidad será afectada por la opinión de terceros. Me considero privilegiado en decir que soy su fan! Siento orgullo de poder decir que su trabajo inspira mi vida. Hay personas que dicen que sus vidas no serían las mismas sin él, y yo soy una de ellas!

En 2010 tuve el privilegio de ir a un concierto en Buenos Aires, Argentina. Fue una experiencia única, donde pude ver personas de diferentes edades, desde niños hasta ancianos, hombres y mujeres, todos, respetuosamente admirando en vivo al responsable de tantos y buenos sentimientos. ¡Cómo pasa rápido el tiempo! El mismo tiempo, que me pareció había pasado durante el espectáculo, ahora vuela cargando de un lado para otro las sensaciones que el corazón no puede retener, unas veces prolongadas en la extensión de una autopista, otras veces infiltradas en los poros de la piel de una mujer. Necesito verte de nuevo amigo Luis Miguel. Necesito inhalar la buena energía que regalas a quien consigue sentir tus canciones.

“Tú te haces eternamente responsable por aquello que cautivas” Basado en esta frase, descubrí que Luis Miguel es también “responsable” por todos nosotros, sus seguidores, admiradores, sus fans! Esa es mi verdad. No quiero imponer a nadie una idea que me domina. Solo quiero compartir un pensamiento que me resulta saludable.

Los artistas (los buenos) son co-creadores de la humanidad. Son “responsables” por lo que implantan en nuestra mente, por la influencia y por la energía que donan. Por eso la responsabilidad por parte de ellos es muy grande. Las personas de distinto carácter reconocen estos íconos, eso es físico-espiritual. Así como El Rey es único, sus súbditos también lo son! Creo que nosotros no somos mejores que nadie, somos necesariamente todos iguales delante de Dios. Nuestra diferencia (como fans de Luis Miguel) es tener la sensibilidad y el coraje de admitir que nuestra vida sea mejor con él! Estoy seguro de que él es consciente de esa “responsabilidad” para con nosotros. Eso se ve en el mensaje que transmite, en la calidad, seriedad y en el profesionalismo de sus trabajos. Su vida personal no nos concierne. Él tiene derecho de equivocarse y rectificar, el camino es de él, solo Dios debe juzgar a las personas.

No aprendí a vivir y a amar con Luis Miguel. Lo que aprendí con él es que todo es más intenso, tiene más sentido, al son de su voz y del mensaje de sus canciones. Él puede estar presente en todo y todos los días.

Voy a continuar amando, llorando, equivocándome y rectificando, pues eso es parte de la vida, de la evolución. Aún estoy aprendiendo, estoy viviendo. Amor y dolor! Después de comprender que estos no pueden existir uno sin el otro, agradezco a Dios  porque los amores se acaben, las lágrimas caigan, el dolor, el sufrimiento y la tristeza casi nos maten. Si no fuese por todo eso no sabríamos lo que es la música.

Soy un hombre sencillo, trabajador, que conversa con los animales y las plantas; un ser aún bastante imperfecto y así soy feliz!

Le agradezco al altísimo la capacidad de poder absorber la bendición que él me da por medio de la música de Luis Miguel. Mi espíritu se alimenta también de sus canciones, pues sufro y amo con la misma intensidad de sus letras. Eso no es fanatismo, pues soy dueño de mí mismo. Es en realidad una satisfacción que se me proporciona en cada audición, como si fuera la primera vez. De hecho, no tengo ningún problema en admitir que soy muy fan del mejor cantante que he conocido y que considero a Luis Miguel un instrumento del que Dios se valió para nuestro beneficio. Por eso va a ser siempre muy fácil y placentero vivir y hablar sobre el amor, sobre las mujeres y sobre él, pues hay una íntima conexión entre estos tres temas y, solo después que uno conoce el último, consigue potenciar los dos primeros.

Todo ocurre como debe ocurrir. Somos responsables de nuestras decisiones y de las consecuencias que ellas producen. El azar no existe. Todo tiene su tiempo y hora para cumplirse. Yo escogí vivir y amar como me inspira la música de Luis Miguel.  Me cuesta caro vivir así, pero no tiene precio la paz de conciencia que siento, aun después de terminar un romance en el que puedo afirmar que fui yo mismo, que di todo de mí en todos los momentos, equivocados o correctos. No hay otra manera de vivir más que siendo siempre honestos.

Quien me conoce y lea esta historia encontrará aquí palabras que ya dije en otras ocasiones, pero, quiero simplemente confirmar que mi opinión es siempre la misma sobre Luis Miguel, o sea, única como él.

Quiero decir que simpatizar con Luis Miguel no es simplemente haber elegido a un cantante para que sea tu preferido. Es necesario ver la vida de un modo bien particular para poder sentir algo más de la mano de una de sus interpretaciones. Luis Miguel no es un artista dentro de un género. Él es el género de un único artista. Él deja que las personas formen su propio juicio en sus canciones (así lo dijo una vez). Es necesario ser inteligente para “vivir” al estilo de las canciones de Luis Miguel. De lo contrario podríamos restringirnos en solo bellos acordes. No me gustaría imaginarme mi vida sin conocerlo, así como no consigo imaginarme que exista un ex fan! 

“Qué son todas las acciones y los pensamientos de los hombres, durante siglos, ante un único instante de amor? No hay punto final para el amor. El amor es vida y vida es eternidad” Yo no podría hablar de mi cantante preferido sin hablar de amor, sin exaltar ese sentimiento.

Este es un mensaje que me gustaría dejarles a todos los que les gusta y a los que todavía no aprendieron a disfrutar de la música de Luis Miguel: “Amar, volver a amar, siempre vale la pena. El mundo puede ser mejor cuando creemos en nosotros mismos”. No solo por medio de Luis Miguel es que se puede descubrir eso, sino también a través de él. El amor, la fe, los buenos sentimientos son exclusividades de Dios, así como quien propaga tales virtudes es una exclusividad del Creador. Luis Miguel no existe apenas para cantar bonito, su propósito mayor es llevar la paz y la unión entre las personas por medio de su voz. Porque amando o sufriendo, se puede tener paz y estar unidos. Jamás estaremos solos, aunque no haya nadie al alcance de nuestras manos.

Para Luis Miguel hago mi reverencia con respeto y admiración. Agradezco y pido a Jesús que bendiga este ser que trae luz a nuestras vidas. Que él tenga salud y paz!

A los amigos y fans LuisMigueleros como yo, o más que yo, les dejo un abrazo sincero! Nos encontraremos por el mundo, o donde quiera que las canciones de Luis Miguel nos puedan llevar.

Gracias!

“No quiero tener la terrible limitación de quien vive apenas de lo pasible de ser sentido. Yo no quiero una verdad inventada.”

Antonio

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