El corazón de Luis Miguel, aún hoy, siente como un niño

Maria Eugenia Cabral
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5 de junio de 2012

Hace un tiempito atrás, en mi casilla de mail, aguardaba por mi lectura esta tierna y conmovedora historia.

Debo confesar que acaparó mi atención inmediatamente, y sí, no es para menos imaginar tener a Luis Miguel como compañero de escuela.

Este relato lo muestra tal como es: tierno, solidario, sensible y de un gran corazón.

Mientras avanzaba en el texto, no pude dejar de recordar un acontecimiento que se hizo público hace algunos años (ya entenderán por qué) respecto a una cantante famosa que le requería a Luis Miguel visitara a su hermana en agonía. Primero como fan y luego como persona, me dolió mucho que atacaran a Miky por no acudir al llamado desesperado de esta mujer (aclaro que jamás se supo si la historia fue como se dio a conocer, ya que Luis Miguel no tiene por costumbre salir a confirmar o desmentir ningún rumor, cosa que aplaudo). 

Si me lo permiten, aprovechando la ocasión, quisiera expresar mi opinión y mi sentir al respecto. Ninguna persona, por más título de famoso/a que tenga, debe ser juzgada por no poder complacer los deseos de otro. Me pongo en el lugar de Luis Miguel, o de cualquier artista, y me imagino recibiendo miles de pedidos de esta índole. Es que se torna humanamente imposible poder satisfacer a todos, y el que sea familiar de alguien célebre no lo hace más ni menos importante que cualquier otra persona sobre la faz de la tierra. También resultaría injusto que se tuviera este gesto con algunos y no con otros.

Por lo que he podido observar en los show que he asistido, la premisa de Miky es colmar de detalles especiales a cada una de estas personas con dificultades, ya sea por su discapacidad o por su ancianidad, hasta diría que les hace reverencia y se entrega de una manera única a ellos.

Me gustaría compartir con ustedes una anécdota inolvidable de la que fui testigo en el último concierto en Las Vegas el año pasado. Tuve la dicha de contemplar a una fan no vidente en primera fila y el momento en que Luis Miguel se acercó a ella a saludarla, permitiéndole que acariciara su rostro con el objeto de dejar grabado en su corazón las imágenes que captaba a través de sus manos. Este es nuestro Luis Miguel, el que se desvive en cada show por dar lo mejor a cada uno de los asistentes, pero prioritariamente a esos seres especiales a quienes les dibuja una sonrisa y los colma de emoción.

No quiero extenderme más, conozcan a Ximena, la gran afortunada de acompañar a Luis Miguel en parte de su etapa escolar:

DE CUANDO ESTUDIE CON LUIS MIGUEL

Como olvidar que cuando era pequeña jugaba con mis compañeros de escuela, con los que compartía clases  y anécdotas divertidas, aunque algunas fueron dolorosas.

Hoy quiero rendirle un pequeño homenaje a uno de ellos: Luis Miguel, quién estudió en una institución como cualquier niño.

¡Qué rápido pasa el tiempo, me parece que fue ayer cuando estábamos juntos en la escuela! 

Dejar de estar en contacto con uno de mis compañeros, teniendo nueve años, para luego verlo tiempo después cantando en televisión con mucho éxito y llenando completamente estadios, da un orgullo tremendo.

Las fans conocen detalles de la vida de Luis Miguel tanto profesionales como personales que han salido a la luz pública, pero yo con mucha honra puedo decir que estudié con Luis.

Aquí deseo compartirles algunos recuerdos de aquellos tiempos.

Luis Miguel se destacó en la clase de música, el profesor recuerda que una vez grabó nuestra clase porque le llamó la atención que no desentonáramos, él nos marcaba el ritmo y lo seguíamos. Su canción favorita desde pequeño es “Eres tú”, pues la clase iniciaba siempre con ella, por eso la grabó en los primeros discos.

La fecha en la que Luis Miguel sorprendió a todos cantando fue en mayo de 1981, en la boda de la hija de José López Portillo, y en Enero de 1982 empezó a grabar su LP, lanzándolo en TV en Septiembre de ese mismo año. De ahí en adelante han sido puros éxitos. Buscó al maestro Coco Potenza para que lo apoyara en la canción “El día que me quieras” porque ellos se conocían desde 1976. Suena más que lógico que buscara al papá de su mejor amigo para que lo apoyara tocando el bandoneón.

Cuando era pequeño Luis llegaba a la escuela en tenis (zapatillas) rojos y la directora le tenía que obligar a ponerse los zapatos negros del uniforme, por ello llegábamos tarde a varias actividades educativas fuera del plantel.

Su materia predilecta eran las ciencias naturales y las actividades artísticas. En cuanto a idiomas amaba el inglés y pidió que nos enseñaran italiano. Cuando salíamos a desfilar disfrazados, en Halloween o por Pascua, él se quedaba cerca de mí y le gustaba mucho disfrazarse de Zorro, su héroe de cómic favorito.

Desde pequeño era muy solidario con las personas con dificultades de movimiento, varias fans han visto como se acerca a alguien en silla de ruedas en los conciertos para saludarla y hacerla sentir especial.

Él tuvo una compañera que no podía moverse largos trechos caminando sino usaba carriola y una vez, en una clase de Origami, le preguntó a la directora el por qué estaba así, y si se iba a curar algún día. Esa  compañera soy yo y ese gesto se me grabó en el corazón.

No solamente tuve el honor de tenerlo  como compañero de salón sino de presentarlo en el festival de fin de cursos con los demás niños bailando “El Jarabe Tapatío”. Recuerdo que en la primera fila del teatro estaban sus padres.

En el 2010 vi la conferencia de prensa en Las Vegas por internet y me encantó su forma de expresarse ante la cantidad de rumores infundados que habían dicho. Siempre hemos coincidido, él y yo, en que una cosa es la trayectoria artística de cualquier persona y otra cosa es la vida privada de las personas, más cuando se manejan temas que afectan sentimientos de la gente. Hace unos años decidí no privarme de sentir orgullo por quienes un día convivieron conmigo y han tenido éxito en su vida. Luis, con su carrera, ha hecho que muchas personas encuentren una razón para salir adelante; por eso las fans lo siguen y así seguirán haciéndolo durante largo tiempo.

Pienso que él tiene derecho a resguardar su privacidad como quiera. No olviden que los artistas ante todo son humanos y no es correcto que siempre le estén inventando chismes o saquen historias que no pueden probar para llenar espacios. A esos periodistas les quiero decir simplemente que piensen que a ellos no les gustaría que su vida personal estuviera siendo pisoteada por cualquier individuo.

Por todos sus logros quiero felicitar a Luis Miguel, especialmente por sus treinta años de trayectoria artística, y desearle todo lo mejor.

Conmigo cuenta para siempre.

Ximena Domínguez Irisarri

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