El monstruo de la Quinta Vergara se rindió a sus pies

Maria Eugenia Cabral
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06 de marzo de 2012

El día 22 de febrero me encontró con una sonrisa en mi rostro, un profundo suspiro y mis pulsaciones aceleradas, ya que unas pocas horas me separaban de tenerlo ante mis ojos.

Me reuní con mis compañeras de aventuras, en uno de nuestros cuartos del hotel, para alistarnos y salir a disfrutar de nuestros compromisos.

Lucy Gómez Sánchez había sido citada, por uno de los periódicos de Chile, en los alrededores del hotel donde descansaba nuestro Sol. Motivo por el cual debimos partir con ese rumbo, suceso que nos vino como anillo al dedo, ya que teníamos regalos para Luis Miguel y queríamos hacerlos llegar a través de su staff.

Mientras nos preparábamos (imagínense el caos de nuestra habitación siendo cuatro mujeres yendo y viniendo, vistiéndonos, maquillándonos, etc.) llegó mi amiga Paulina y esperábamos a Claudia Pizarro, una fan amiga de Karen que no teníamos aún el gusto de conocer. Cuando llegó para unirse a nosotras me asombré mucho al verla con una muleta, sedada por el dolor pero dispuesta a vivir la magia de Luis Miguel al 100%, cueste lo que cueste. No podíamos dejar de preguntarle qué le ocurría en su pierna y su respuesta me demostró que las fans de Miky son fuera de serie y a todo terreno. Nos contó que debían operarla de la rodilla y que la fecha prevista para la cirugía había coincidido con este día en que Miky regresaba al festival. ¡Qué puntería! Pero ella sin siquiera titubear la canceló e hizo que el doctor la reprogramara para más adelante. ¿Cómo iba a perderse semejante evento? Imposible e inconcebible.

Fue de no creer cómo nos siguió el ritmo todo el día, estando con su rodilla izquierda con el triple de tamaño por la hinchazón, sin quejarse ni una sola vez. Esto es amor y del bueno!

Mientras esperábamos, a que Lucy diera su nota, escuché mi nombre en una tierna vocecita y qué gran sorpresa, cuando al girar la vista en busca de la persona que me requería, encontrarme con Verónica Rodríguez, una argentina que reside hace años en Chile.

A Vero hace añares que la conozco virtualmente y deseaba algún día poder abrazarla, al fin el momento había llegado. Entre risas y charlas nos interrumpió un periodista, que se mostró muy interesado en saber de dónde éramos, cuantos años teníamos y desde cuándo éramos fans del Sol de México. Luego de la nota, con foto incluida, nos despedimos de Vero y de su hija porque el almuerzo nos esperaba para brindarnos las energías que necesitábamos para continuar la jornada.

Después de una rica comidita, con Lucy, partimos al hotel a entregar nuestros regalitos. Allí nos encontramos con  Marthita y Lizbeth, con Silvana Cortés, presidenta de uno de los clubes más importantes de Chile, con José Carlos Meléndez y Luis Sánchez, dos fans peruanos, a quienes anhelaba conocer también desde hace tiempo.

Como verán, esos días fueron de emoción tras emoción, había que tener entrenado el corazón para resistir tantas cosas fuertes.

Luego nos tocó vivir un momento tan importante como especial. Tuvimos la oportunidad de ser recibidas por el manager de Luis Miguel, una persona muy atenta, amable y encantadora. Prestó atención a cada una de las palabras que le quisimos transmitir y nos prometió entregarle en mano los regalos a Miky inmediatamente.

Necesité de mi amiga Lucy, que con su impecable e inmejorable inglés, me ayudó a presentarme ante él y le transmitió mis deseos de que Miky tuviera de recuerdo mi libro con mis columnas en Sexenio. Le explicó además brevemente, en términos generales, sobre qué contenían estas páginas.

Me cuesta expresar en palabras las mil sensaciones que viajaron en mi cuerpo en ese instante. Tanto había deseado poder hacerle llegar mi libro, dónde cada palabra es el reflejo de nuestro cariño, que el imaginar que de un momento a otro lo tendría en sus manos fue grandioso.

Paso siguiente fue entregar el video, con nuestras fotos y saludos, que realizó con mucho amor Ingrid de Colombia (con la participación de Rous de España).

Al despedirnos uno a uno, de beso a las mujeres y de apretón de mano a los hombres presentes, se retiró con nuestros obsequios y nuevamente no pude dejar de observarlo partir con nuestras ilusiones impregnadas en cada uno de las cositas que le habíamos acercado.

Con la felicidad de saber que todo iba camino a su dueño, los fans nos despedimos hasta unas horas más tarde, dónde nos volveríamos a encontrar en el lugar que había esperado el regreso del Rey por unos largos 18 años.

Al salir del hotel nos encontramos con mis queridas amigas y fans argentinas, las mellizas Scigliano (Andrea e Inés) y con Leila Patruno. Nos unimos Perú, Chile y Argentina en un interminable abrazo, dejando plasmado el trascendental momento en unas bonitas fotos que quedarán para el recuerdo.

Nuevamente llegó la hora de decir adiós para prepararnos para el gran acontecimiento.

Particularmente me alisté y me dirigí temprano a la Quinta, puesto que a pesar de tener mi acreditación como corresponsal de Sexenio, debía realizar algunos trámites para el ingreso. Allí me encontré con una no grata sorpresa: la gente de Chilevisión había confeccionado una lista, con los medios que podían ingresar esa noche y Sexenio, como tantos otros, no estaba contemplado en ella. Esto empañó la felicidad que me venía acompañando durante estos días. Me sentí devastada no sólo por no poder hacer mi trabajo, sino desde mi lugar de fan, puesto que el sueño de estar presente en este regreso tan esperado parecía que se desvanecía.

Pero mi virgencita de Guadalupe, la que llevaba por supuesto conmigo, ante mis súplicas no me abandonó. Mis amigas que estaban inquietas por no verme dentro se comunicaron conmigo y supieron la triste noticia. Y como son de oro, únicas e irrepetibles, de inmediato empezaron a comunicarse entre ellas dentro del recinto, logrando conseguirme un boleto milagrosamente.

Públicamente quiero agradecerle a Lucy su hermoso gesto, ella se lleva todos los créditos y le estaré eternamente agradecida. Al resto de las chicas: Marthita, Karen, Claudia, Ana, las mellizas, Lizbeth, Carolina, Paola y Paulina, también les debo la vida, porque esto fue un trabajo en equipo, cada una puso su granito de arena para que yo estuviera presente.

Infinitas gracias amigas, me siento bendecida por conocerlas y por tener su cariño, las adoro.

Lucy y Marthita vinieron a buscarme (a rescatarme) y no puedo explicarles lo que lloré, necesitaba descargar tensiones, dolor, pues la injusticia no la tolero en ningún ámbito de la vida, y eso fue lo que pasó dentro de la carpa de prensa.

En el trayecto hacia mi lugar me encontré con mi amiga querida Marianella Moris, persona con la que me relaciono a través de Internet desde el año 2007 y que ansiaba poder conocer. Fue apenas un pequeño saludo el que nos dimos, por los tiempos que yo manejaba, dejándome con sabor a poco nuestro encuentro. Pero ya nos daremos una nueva oportunidad muy pronto, así lo siento.

Ya dentro de la Quinta, pegada a la pasarela con mis amigas (el paraíso), pensé en que estaba viviendo un sueño, porque minutos antes mi única alternativa de ver a Miky era de la mano de una pantalla ubicada en la sala de prensa. Les confieso que llegué a mi lugar con lo justo cuando estaba cantando el último participante de la noche, para luego darle paso al artista protagonista del festival.

Alrededor de la 1 de la madrugada por fin los presentadores, Rafa Araneda y Eva Gómez, anunciaron que Luis Miguel ya estaba listo para regalarnos su voz, su presencia, su dulzura, en definitiva, su entrega total.

Al irrumpir en el escenario el público lo recibió con una explosión de alaridos y con una alegría inconmensurable. Él, siempre impecable, vestido absolutamente de negro, con un perfecto bronceado que resaltaban esos ojos verdes únicos y portando esa sonrisa cautivante que nos enloquece.

Al principio hubo algunos problemas de sonido, a consecuencia de que sólo tuvieron un corte de televisión para armar todo. Sí, así como lo leen, sólo unos pocos minutos. Eran muchísimas personas en escena trabajando y hasta se realizaron, en ese corto lapso, pruebas de sonido.

Luis Miguel, dueño de un insuperable profesionalismo, sorteó la situación de la mejor manera. Nos entregó un show de calidad, se animó a jugar con su voz y se dejó querer por el monstruo de la Quinta, el que no pudo resistirse a sus encantos.

Quiero destacar, un momento más que especial para mí, aquel en que todas las chilenas comenzaron a cantar el típico cantito dedicado a Luis Miguel, algo que tenía ganas de hacer desde hace mucho tiempo. Me uní a ellas emocionada a entonar: “Mijito Rico, Mijito Rico Lalala lalalalalalalala”.

Al término del show se le hizo entrega de los premios que supo ganarse en buena ley. La gente coreaba al unísono “Gaviota”, por lo que se le entregó una de plata y una de oro. El público no se conformaba, pedía más con sus manos en alto, juntas, moviéndolas cual alas, exigían un mayor reconocimiento. La Alcaldesa Virginia Reginato, no se hizo esperar ante el requerimiento de los asistentes, y le entregó la “Gaviota de Platino” galardón creado especialmente para premiar los 30 años de carrera que está cumpliendo Luis Miguel. Pero este artista, de gran talla y trayectoria, se merecía aún más, por eso es que la Alcaldesa orgullosa le entregó las Llaves de la Ciudad de Viña del Mar.

Presenciar ese momento tan importante para Luis Miguel como para sus fans fue algo espectacular. Observarlo recibir cada premio, inmerso en una profunda emoción y agradecimiento, fue un suceso que, como fan, me colmó de orgullo. Escucharlo expresar, que el dedicarle su vida a su carrera ha valido la pena, me obligó a mirar al cielo y en mi intimidad agradecerle a Dios el que haya sido y sea tan afortunada de disfrutarlo.

Luego vendría la parte menos deseada del concierto: su despedida. Situación que nos negamos a atravesar, pero que inevitablemente se hace presente y no queda otra opción que decirle adiós enviándole un beso al aire.

Finalizado el concierto, de camino hacia la puerta de salida, se acercó a saludarme una fan chilena, Myriam Lorena Fierro, quién amablemente me felicitó por mis columnas y me hizo uno de los regalos más lindos: un colgante hecho con sus propias manos con el nombre de Luis Miguel. También muy amorosa se presentó y me saludó Claudia Bahamondes Gutierrez con quién me tomé una bella fotografía para inmortalizar el instante.

Al salir nos reunimos con nuestras amigos fans, en las cercanías del lugar, y nos tocó vivir otro melancólico momento. Debíamos despedirnos también porque muchos de nosotros regresábamos a primera hora a nuestros países.

Una y mil veces me pregunto ¿por qué el tiempo transcurre tan veloz cuando uno la pasa bien y rodeada de la mejor compañía?

En las afueras de la Quinta me encontré con Marcela Gutierrez, una fan chilena. Tiene hace años uno de los Fan Clubs más prestigiosos de este país, además de ser un encanto de persona. Ella nos invitó a ir a un after show, dónde se reunirían muchos de los fans que habían asistido al festival, motivo por el cual decidimos continuar camino con este nuevo destino, con el objeto de poder saludar a los presentes al menos un ratito.

El lugar “Viva María” estaba ambientado para recibir a los fans de Luis Miguel con su música, videos en pantalla gigante y karaoke para los más atrevidos. Y nuestra amiga Anita, que canta muy bien, se animó y nos deleitó con dos temas de Miky.

Allí compartí una hermosa charla, acompañada de un brindis, con Yerka Astorga, Rocío, Marcela, Ana y Paulina que jamás olvidaré. También tuve el agrado de conocer a otras fans chilenas divinas: Anna de la Barra, Elena Eastman, Lidia Flores, Maglen, Emily y Pamela Hidalgo.

En el aire sólo se respiraba alegría, amistad y felicidad, pero lamentablemente en un abrir y cerrar de ojos se hicieron las 5:30 a.m. y yo debía emprender mi viaje de regreso a las 7 a.m.

Casi sin dormir, pero cargada de todo el cariño de los fans y de Luis Miguel, enfrenté el largo camino (14 horas) que me devolvería a mi hogar, para enfrentar mis compromisos laborales al día siguiente.

Quiero agradecerles, a cada una de las personas con las que compartí, su cariño, su lealtad, su manera de ser conmigo y su amistad.

A los chilenos quiero transmitirles un especial agradecimiento porque me han hecho sentir como en casa, detalle más que valorable. Fue y seguirá siendo una fiesta, durante todo este año para los fans, porque estamos cumpliendo también 30 años junto al mejor cantante de todos los tiempos. 

Todo, como siempre, ha valido la pena con creces.

Gracias Luis Miguel por ser una de las razones más importantes en mi vida.

Euge Cabral

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