Vivir con la emoción de volver a sentir las caricias de tu voz

Maria Eugenia Cabral
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Aunque en este tiempo de receso extrañamos mucho a Luis Miguel, quien se encuentra disfrutando de un merecidísimo descanso después de brindar una serie de conciertos en EEUU, gracias a algunos fans hemos tenido la oportunidad de ver algunas imágenes suyas de paseo por Madrid. Me llena de dicha que aún pueda disfrutar de las cosas simples de la vida, como esta visita a la Catedral de la Almudena, junto a la compañía de su novia y de Paloma, esposa de su entrañable amigo Enrique Ponce. Si no me equivoco es la tercera vez que visita a sus amigos en lo que va del año, pues lo inició allí, y eso habla de cuánto goza de esta verdadera amistad que ha perdurado en el tiempo. Sin dudas que el cariño, la fidelidad e incondicionalidad de los Ponce hacia Miky, y viceversa, los convirtió en familia. Enhorabuena que así sea ¿No creen? porque después de atravesar en ese aspecto tantos pasajes difíciles en su vida merece recibir amor genuino.

Como nunca dejo pasar la oportunidad de destacar la gran predisposición de Luis Miguel para con sus fans, puesto que a pesar de que esta pasión nos lleva a invadir su privacidad con tal de lograr un beso, una fotografía o un abrazo, quiero compartir este video en el que claramente podemos apreciar a un Miky comprensivo de la situación, siempre sonriente y atento a los pedidos del público.

En otro orden de cosas parece que tendremos la temporada 2 de ‘Luis Miguel, La serie’ para el próximo 2020, información que aún no me animo a confirmarles pero que en lo personal pienso que es un hecho. ¿Por qué? Puesto que si bien Carla González Vargas, directora del proyecto, no se animó a dar un rotundo sí, ante la insistente pregunta por parte de la prensa textualmente declaró “Mientras ustedes no reciban un ‘no’ de respuesta tengan esperanzas”. No queda más que esperar ilusionados el próximo año.

Luego de ponerlos al día con los sucesos más recientes, deseo presentarles la historia de una fan que supo perseverar y nunca dejar de creer en la posibilidad de concretar su gran sueño. El principal motor que la impulsó todos estos años fue ese sentimiento tan fuerte que la une a Luis Miguel, amor e incondicionalidad que tarde o temprano serían recompensados. Que disfruten de su experiencia tanto como yo:

Me llamo Carina Chavarria, soy Argentina, tengo 39 años y resido en Bahía Blanca, ciudad situada en la provincia de Buenos Aires. Recuerdo haber comenzado esta admiración por Luis Miguel a la edad de 5 años, allá por el año 1984 cuando descubrí al niño de pelo lacio que interactuaba con una cámara de televisión de una forma natural, particular y excepcional. Sin dudas que éste era el único medio que nos acercaba a él a quienes geográficamente estábamos tan lejos.

Vengo de una familia cuyo gusto por la música siempre se destacó, razón por la cual ha ocupado un lugar importante en nuestras vidas, y es por ello que sabía qué género me gustaba y qué deseaba escuchar a una corta edad. Así que el primer regalo que le pedí a mamá fue el cassette “Directo al corazón”, el que por supuesto llegó para el deleite de mis oídos y mis ojos, puesto que cada vez que detenía mi mirada en aquella tapa ahí estaba Luismi admirándome con su pelo lacio, su chaqueta brillante y un sol en su pecho. Literalmente gasté aquella cinta al escucharlo todo el tiempo, lo que me llevó a saber las canciones a la perfección. Hasta el día de hoy recuerdo cada tono, cada pausa, y qué feliz me hace seguir escuchándolas porque aún son parte de su repertorio. Cada vez que las interpreta hacemos un viaje en el tiempo por la infancia y adolescencia, en el que recorremos capítulos de nuestra propia historia.

Conforme fue pasando el tiempo mi admiración creció, y él fue convirtiéndose en el chico más guapo que pudiera imaginar. Cassettes y más cassettes fueron agrandando mi colección, la que también fue conformándose de otras cosas exclusivas como los discos con los singles de las canciones “Háblame” y “Me gustas tal como eres“, dueto que lo llevó a ganar su primer premio Grammy junto a la prestigiosa cantante escocesa Sheena Easton. También Luis Miguel me animó a visitar por primer vez un cine, cuando le pedí a mamá que me llevara a ver la película “Ya nunca más”, experiencia que repetí un tiempo más tarde cuando se estrenó “Fiebre de amor“.

Sus canciones me alegraban, y fantaseaba en mi cuarto con ser la protagonista de sus videoclips. Los años pasaron y fui creciendo con su música, esperanzada de recibir algún cassette o disco de regalo para mi cumpleaños, ya que vengo de una familia en la que cada cosa comprada se lograba con mucho sacrificio, por lo que se tornaba impensado y prácticamente imposible tener la posibilidad de disfrutarlo en un concierto. Pero a pesar de esta realidad me conformaba con tener de alguna manera cada canción lanzada, revistas con posters y esa enorme colección de souvenirs tan típico de la adolescencia. Aguardaba paciente la transmisión de algún concierto en televisión para poder grabarlo y disfrutarlo cuando lo deseara, y jamás perdí la esperanza de presenciar alguno como lo hacían todos sus fans.

Cuando llegó el año 2018 fue muy especial para mí por muchos motivos, y uno muy importante tenía que ver con Luis Miguel, puesto que se conoció que su gira lo traería hacia Argentina en febrero de 2019. Él siempre se las ingenia (aunque no lo sepa) para estar presente de una u otra manera, como esos grandes amigos que están en las buenas y en las malas, acompañándome en todo momento como un bálsamo al corazón. Con tiempo y mucho sacrificio me dediqué al ahorro porque este 2019 celebraba mis 40, e indefectiblemente tenía que ser mi regalo de cumpleaños. Me dije a mi misma “40 años no se cumplen todos los días y viendo a Luis miguel tampoco”, especialmente si pensaba que nunca había podido concretar mi gran anhelo, por lo que me aferré al propósito de verlo.

Cuando llegó el día de comprar la entrada mi corazón parecía salirse del pecho, pues ese 8 de noviembre de 2018 daría el primer paso hacia la concreción de mi sueño. Así fue como logré una cita con mi ídolo, y solo restaba transitar aquella cuenta regresiva que me llevaría a convertirme en asistente de un concierto por el que había esperado desde mi niñez.

Cuando por fin llegó el momento esperado preparé mis cosas para iniciar ese viaje que me conduciría al evento más importante del año. Con la emoción a flor de piel emprendí un largo trayecto en autobús, el que después de 12 horas me desembarcó en la ciudad de Córdoba el pasado 25 de febrero.

Fui directo a retirar mi ticket y les juro que el aire ya olía a Luis Miguel en los alrededores del Superdomo Orfeo, recinto en el que se presentaría la noche siguiente. El gran momento de conocerlo se acercaba y mi corazón vibraba de emoción.

El día del concierto, luego de afrontar muchas horas de espera para conseguir un buen lugar cerca del escenario, puesto que íbamos a estar de pie y por orden de llegada, literalmente se abrieron las puertas hacia el paraíso mismo.

Ya en el recinto debía defender con uñas y dientes la ubicación conseguida porque la falta de aire fresco, junto al cansancio acumulado,  habían afectado a algunos asistentes obligándolos a abandonar su puesto, situación que podía afectarnos a cualquiera.

Con los primeros acordes de la Intro del concierto experimenté un estado de exaltación supremo, había llegado el momento por el que esperé toda la vida y me parecía estar soñándolo. Jamás podré borrar de mi mente ni de mi corazón aquel instante en que el telón subió para dar paso a Luis Miguel. Me quedé atónita ante su presencia e imponente voz, y les juro que no podía dejar de contemplar su rostro al tenerle cerca, ¡Es guapo como nadie!

Pude comprobar que se supera a sí mismo, pues con su voz e interpretación puede desafiar la perfección y llegar a lugares inimaginables. Fue algo extraordinario verlo en persona y disfrutar de su arte en vivo y en directo.

Volvía a casa con el alma llena y desbordando de felicidad, y aquellas horas de viaje que tenía por delante parecieron irrelevantes porque permanecía en las nubes. Me sentí dichosa de poder verlo, apoyarlo y demostrarle todo mi amor y admiración cantando a viva voz todas esas canciones que fueron el motivo de esta pasión. Y hablando de sus éxitos, vivo un Déjà Vu de mi historia cuando escucho cantar sus canciones a mi hija de 4 años.

Luis Miguel sos arte puro junto al maravilloso equipo que te acompaña, deseo que algún día puedas leer estas líneas para que sepas que después de mi primer concierto no imagino la vida sin ellos. No quiero dejar de verte porque es una de las mejores sensaciones que he experimentado, sino la mejor, pues me sentí más viva que nunca. Mis mayores respetos hacia vos, ¡Te quiero y admiro por siempre!

Carina

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