Luis Miguel, una pasión que se hereda

Maria Eugenia Cabral
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Vaya a donde vaya, sin importar la latitud del planeta en el que se encuentre, Luis Miguel no deja de mostrarse cariñoso y atento con los fans que se acercan a saludarlo. Por estos días, aquellos que se han animado a contar lo acontecido durante esos encuentros casuales con ‘El Rey’, cuentan que además de acceder a una fotografía se ha preocupado por entablar una pequeña conversación, dando él el puntapié inicial, porque quien toma consciencia que tiene ante sus ojos al máximo exponente de la música latina se paraliza ante el shock que le genera esta situación. No es fácil asimilar que, quien creías inalcanzable, es de piel y huesos, huele como nadie en el mundo, y es dueño de una personalidad encantadora: tierno, caballero, galante, auténtico, simpático y divertido, entre otros tantos atributos. Me da gusto que a través de estos testimonios el público siga descubriendo a un gran ser humano, cualidad que supo cautivar a sus fans desde el preciso instante en que lo conocimos.

Nuevamente quiero agradecer a Luis Miguel el que pueda concederles el privilegio de cumplir el sueño a cada uno de los afortunados fans que coinciden con él en tiempo y espacio.

Dando un vuelco de página, quiero hablarles un poquito sobre el relato que protagoniza la columna de hoy. La historia que tengo para presentarles vuelve a confirmar que los sentimientos más genuinos se heredan generación tras generación. Sin dudas que el cariño, respeto, admiración, la capacidad de soñar y la posibilidad de luchar por la concreción de esos anhelos se transmiten de padres a hijos, y ser testigo de ello me emocionó muchísimo.

Una tarde de abril recibí un mensaje en mi perfil de Facebook, en el que solo había una fotografía con la dulce imagen de una jovencita que lucía una playera de Luis Miguel. Captó mi atención, así que me dispuse a escribirle sin pérdida de tiempo: “Qué bonita, ¿Es tu hija?”, y su respuesta fue lo que realmente me sorprendió: “No, ¡Soy yo!”. ¡Wow! Logró apropiarse de mi curiosidad y conmoverme demasiado, así que de inmediato tuve la necesidad imperiosa de ahondar en su historia con ‘El Sol de México’. Menos mal que en cuestión de unos minutos tuve su relato en mis manos porque la ansiedad fue difícil de dominar. Su texto me estremeció doblemente porque sus cortos años no le impidieron expresar un profundo cariño y admiración hacia Luis Miguel en cada una de sus palabras. ¿Y cómo fue que él llegó a su vida y se convirtió en alguien tan importante para ella?, eso tendrán que descubrirlo ustedes mismos en su relato:

Mi nombre es Marianela, tengo 17 años y quiero contarles cómo llegó Luis Miguel a mi vida. En la fotografía que aquí les comparto tenía 13 años,  fue el día 20 de octubre del año 2012 en el estadio GEBA.

Mi pasión por la música de Luis Miguel la heredé de mi mamá, ya que es su fan desde que tenía 12 años. A esa edad comenzó a trabajar vendiendo productos, y con su primer sueldo se compró el disco “Directo al corazón”. Hoy, a sus 45, sigue disfrutándolo con la misma intensidad del primer día y así lo hará siempre, porque su cariño y admiración no tienen fin. Quisiera contarles que mi papá también escucha su música desde muy joven, y que ambos fueron juntos a sus conciertos a partir del año 1994. Mis padres se conocieron en su adolescencia, eran vecinos y se enamoraron de inmediato, y apenas comenzó su relación mi papá consintió a mi mamá grabándole las canciones de Luis Miguel para luego obsequiárselas. ¿Se dan cuenta que cuando llegué a este mundo tenía a Luis Miguel incorporado en la sangre? ¡Qué bendición más grande!

En casa lo escuchamos cotidianamente, razón por la cual mis hermanos se saben todas sus canciones, pero debo confesar que mi mamá y yo somos las más incondicionales.

En el año 2008 tuve la dicha de asistir a mi primer concierto en el estadio Vélez Sarsfield. En aquel entonces tenía apenas 9 años y, a pesar de mi corta edad, pude vivir una experiencia tan incomparable como emocionante… ¡Jamás la olvidaré! Su voz y su belleza se apoderaron de mis sentidos, y esta sensación fue tan mágica y maravillosa que me prometí no faltar a ningún futuro concierto. Por supuesto que cumplí mi palabra, y así fue como asistí a los sucesivos shows que ofreció en la ciudad de Buenos Aires. De mi última cita ya ha pasado más de un año y medio, fue en noviembre de 2015 en GEBA, por lo que estamos esperando ansiosos su regreso, con el profundo anhelo de poder cumplir nuestro sueño de disfrutarlo más de cerca, ya que siempre hemos ido a las plateas o al campo –sector ubicado atrás de la zona VIP.

Quiero aprovechar esta ocasión para agradecer a mis padres que me hayan transmitido el cariño, respeto y admiración por el mejor cantante del mundo, y el exquisito gusto por su música.

Las canciones de Luis Miguel me llegan al alma, su voz cala tan profundo en mi interior que me eriza la piel cuando la escucho, y cada vez que tengo la oportunidad de verlo en vivo la experiencia se vuelve única. Es difícil expresar con palabras la felicidad que nos produce haberlo visto, escuchado y el privilegio de cantar todas sus hermosas canciones.

Mi familia te ama Luis Miguel, y es que te has convertido en una parte importantísima de nuestras vidas. Gracias por tocarnos el corazón, y por ser uno de los mejores motivos para conectarnos y compartir un inolvidable momento en familia.

Marianela

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