Tú en mi vida

Euge Cabral
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Hace unos días, un amigo y fan de Uruguay, se contactó conmigo para compartirme un video que había encontrado en YouTube. Y aunque a veces siento que respecto a Luis Miguel lo he visto y escuchado todo,  me sorprendo descubriendo un material totalmente inédito para mí. Qué maravilla poder contar con esta videoteca on line, en la que fans de todas partes del mundo van compartiendo las reliquias de su tesoro.

Me ganó la emoción al escuchar detenidamente el audio que acompaña las imágenes, que es el verdadero protagonista de este video, porque mi corazón vibró, como hace 33 años, al escuchar la vocecita del niño que lo enamoró para siempre.

Es admirable escucharlo hablar de principio a fin porque, con apenas 14 años, era dueño de una madurez inimaginable para un joven de su edad. Me conmueve entrañablemente la ternura con la que habla de su familia, de sus anécdotas de niño, de la primera presentación informal  en su casa ante un público que se quedó atónito y absorto al descubrir su prodigiosa voz. Me estremece el modo en que ya se expresaba, su temperamento, la claridad respecto a su vocación, su tenacidad, su compromiso con México, pero fundamentalmente no deja de impresionarme la responsabilidad y el profesionalismo con el que se tomó su carrera desde el comienzo, mérito que atribuyo no solo a su papá sino también a Luis Miguel, porque supo nutrirse de la experiencia y enseñanzas de Luis Rey, forjando un camino propio en el que siempre defendió sus ideales.

Luego de este viaje al pasado quiero retornar a la actualidad para contarles que nuevamente decidí realizar una hermosa locura, y por supuesto que siempre es la misma persona la que me incentiva a cometer verdaderos actos de amor. No encuentro otro significado que sea capaz de definir lo incomprensible, para el común de las personas, cuando una decide aguardar a la intemperie, sin ningún tipo de refugio y por más de 24 horas, la venta de tickets para ver a Luis Miguel en concierto. Vale la pena cada esfuerzo realizado para conseguir una buena ubicación, que nos otorgue el privilegio de su mirada, su sonrisa, y, por qué no, del roce de su piel.

Todo lo que nace desde el amor tiene sus frutos y así fue, porque esta vez sí pude lograr un muy buen lugar para su segundo concierto en Buenos Aires. Y, para completar mi felicidad, 3 días después se anunció que ‘El Rey’ visitará mi ciudad en el marco de este nuevo tour. Debo confesar que esta noticia fue una gran sorpresa para los fans de Córdoba, puesto que esta ciudad no estaba prevista en su agenda. ¡Imagínense lo dichosa que me sentí! No hay nada más lindo que recibirlo en mi tierra.

No me cansaré nunca de repetir que Luis Miguel le da un toque especial a mi vida de felicidad, emoción, locura, pasión, euforia, y adrenalina. Él me ha enseñado a disfrutar al máximo este viaje terrenal, y me ha animado –quizás sin saberlo- a transitar mi camino motivada por los sentimientos, sin que la razón gane la partida. Ésta parece una tarea difícil en lo cotidiano, pero qué fácil es llevarla a la práctica cuando él está de por medio. Sin dudas es la mejor excusa que tenemos para abstraernos de la realidad por un momento, con tal de entrar a un mundo donde los sueños cobran vida.

No deseo extenderme más con esta introducción, ya que estimo estarán deseosos por descubrir la segunda parte de la historia de María López Ventura, esta fan que atravesó EEUU de costa a costa, a bordo de su automóvil, con tal escuchar a su corazón. Los dejo en muy buena compañía:

Regresando a mis últimas aventuras, les cuento que en el concierto de El Paso pude recibir de manos de Luis Miguel mi primera rosa, un verdadero tesoro para mi colección. En esta oportunidad lanzó las rosas al aire una a una, pero antes de hacerlo se tomó el tiempo de estudiar cada uno de sus lanzamientos para que el destino final de este regalo sea para la persona que eligió.

Deseo contarles que esa noche una fan vivió un momento único a su lado, pues Priscilla lleva algunos conciertos luciendo un velo de novia y esto ha acaparado la atención de Miky desde un comienzo, pero lo sucedido en aquella velada fue lo máximo. Cuando logró divisarla entre el público pidió que le permitieran acercarse, y al ver que traía un velo blanco con un vestido negro se desarmó de la risa. Ella le entregó un ramo de flores precioso, y él le cedió el micrófono para la sorpresa de todos. Priscilla se animó a entonar las estrofas de “La media vuelta”, mientras ‘El Sol’ le sostenía el micrófono, y al interpretar la frase de la canción que dice “Yo sé que mi cariño te hace falta, porque quieras o no yo soy tu dueño” cambió la última palabra y le dijo “yo soy tu dueña”, señalándolo con ambas manos, ocurrencia que desató una carcajada en Luis Miguel. Cuando Miky se repuso miró al público y dijo “Y nos vamos a casar”, tomando la mano de Priscila para acariciársela tiernamente, y luego rematar su frase con “¿Así me vas a cantar?, ¿sí?”, más la señal a sus músicos para que la acompañaran nuevamente. Ella fue valiente y prosiguió cantando la letra de la canción, para todos los que asombrados observábamos aquella bella escena,  y ¿qué creen? al finalizar obtuvo el premio mayor, cuando Luis Miguel la aplaudió en primera instancia, y luego se arrodilló en el escenario para coronar ese momento con un dulce beso para ella.

El próximo día salimos otra vez a las 6 de la mañana, en esta ocasión rumbo a Phoenix. Allí vivimos otro concierto precioso, en el que pudimos apreciar a Luis Miguel con mucha energía y muy sonriente -Si alguien en este instante se está preguntando si me canso de verlo, la respuesta es no, y muy por el contrario, él es mi mejor terapia. Aquí pude ver de lejos a Martha Codó e Isa Espinosa, que tuvieron la suerte de estar en primera fila y, como ya es costumbre, Luis Miguel le hizo una reverencia a Marthita inclinándose para besar su mano, ¡Que dichosa es!

Al otro día retomamos la carretera que nos llevaría a Reno, Nevada, camino más que difícil porque está lleno de montañas, obstáculo que entorpeció un poco nuestra marcha y nos robó tiempo valioso, tanto es así que pensamos que no llegaríamos a horario, a pesar de que nos íbamos a hospedar en el mismo Gran Sierra Hotel, sitio elegido para el concierto. Fue una verdadera carrera contra el reloj pero lo logramos, y qué suerte porque esa noche fue mágica. Aquí pude escabullirme sin que los guardias me vieran, y al llegar al borde del escenario recibí mi recompensa, otra rosa de parte de Luis Miguel pero esta vez me la obsequió en mano. Quizás para alguien que no es fan esto no es nada especial ni trascendental, pero para mí es la gloria misma.

Debo admitir que a veces tengo que mirar las fotos para terminar de convencerme que todo fue real, que no fue un sueño que creó mi mente.

Pienso que algún lector pueda aseverar que estoy media loca por aventarme a manejar tantos kilómetros siendo que Luis Miguel pronto llegará a mi ciudad y alrededores, con su tour. Pero la verdad me tiene sin cuidado lo que la gente piense, pues los gustos hay que dárselos en vida y eso estoy haciendo.

Luego de esos días de ensueño me tocó volver a mi casa, fueron otros tres días en la carretera, en los que tuvimos que parar a descansar en dos sitios diferentes. Fueron agotadoras jornadas manejando por más de 10 horas, pero felices por todo lo vivido junto a Luis Miguel.

Ahora toca el turno de mirar las fotos que tomé, comprar unos marcos para añadirlas a todas las que ya tengo.

El balance fue más que positivo, asistí a 4 conciertos excelente, recibí 2 rosas, y pude saludarlo una vez más (pueden ver la imagen que acompaña la columna, aunque solo vean mi mano, esa soy yo). Este año será difícil de olvidar porque por primera vez lo veré en 6 conciertos, ya que como les cuento asistiré a los próximos de diciembre.

 Gracias mi querido Micky, te mereces el cariño de los fans por tu amabilidad, gestos y sonrisas. Te ganaste el amor de todas las que vamos a verte. Que Dios te bendiga para que sigas dándonos muchos años más de tu maravillosa voz.

María López Ventura

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