Todo por su amor (Parte I)

Euge Cabral
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Es por ti, que puedo ir donde nace el sol…”, el fragmento de esta canción refleja exactamente lo que estaríamos dispuestos a realizar por Luis Miguel motivados por la admiración, el cariño y la eterna gratitud que sentimos hacia un ser que decidió entregarnos el bien más preciado: su vida.

En mi caso personal debo confesarles que, hasta la actualidad, Luis Miguel es el único promotor -sin siquiera saberlo- de mis mayores locuras. Si pensamos en el significado literal de esta palabra, para el común de los mortales es sinónimo de imprudencia e insensatez, pero para nosotros representa un sentimiento en su máxima expresión, en definitiva, un acto de amor.

Puedo decir orgullosa que he transitado casi toda mi vida siendo fan de este gran artista, y que esta elección me invita permanentemente -al igual que a ustedes- a propiciar un espacio en el que pueda estar en contacto con quien me despierta tantas emociones.

Creo hablar en nombre de todos los fans, cuando digo que nos resulta sumamente vital salir de la monotonía, de la rutina, e ir en busca de la persona que nos conecta con nuestra esencia y con esas sensaciones que solo él sabe provocar. Ir a su encuentro implica vivir un momento único e inolvidable, como un cuento de fantasía donde reina la felicidad y los sueños cobran vida, y con tal de lograrlo jamás titubeamos a la hora de emprender verdaderas proezas que escapan a toda lógica.

En una oportunidad supe contarles lo que somos capaces de hacer por este sentimiento, pero en esta ocasión quiero compartirles nuestros actos más osados, algo que a decir verdad se torna un tanto difícil de distinguir cuando tienes en tu haber innumerables locuras realizadas que superan una y otra vez los límites de la razón.

He aquí mi elección: Estuve varios días viviendo a la intemperie, con todo lo que esto implica no sólo respecto a las inclemencias del tiempo sino de mi propia seguridad, con tal de conseguir ese bendito pase que me diera la posibilidad de apropiarme de su mirada y sonrisa al menos por un instante. En otra ocasión emprendí un soñado viaje con destino a Las Vegas, trayecto con tres escalas que llevó un total de 36 horas, y luego de aterrizar abordé un automóvil que me condujo a San Bernardino (a cuatro horas de la capital del juego) y así, sin dormir durante prácticamente 48 horas, llegué al hotel para alistarme y partir directo al concierto. Si se preguntan si el cansancio se había apoderado de mí déjenme decirles que la respuesta es más que obvia, pero me bastó con verlo irrumpir en el escenario para que todo malestar se me olvidara, pues Luis Miguel logra abstraerme de la realidad y transportarme al lugar ideal.

Miky tiene fans en todas partes del mundo y, a pesar de las diferentes costumbres, todos sentimos de igual manera. Los invito a descubrir esta manera tan peculiar de demostrarle nuestro amor:

“Recuerdo que en el año 2008, después de tener mis tickets para los conciertos que ofrecería en Buenos Aires, con mis amigas compramos para su presentación en Córdoba. Esa vez pudimos conseguir fila 6, pero un par de días antes de la llegada de Luis Miguel a mi país se liberaron tickets para ese mismo concierto en fila 1. De más está decir que añoramos estar más cerca de lo cerca y que los compramos. Éramos un total de 16  y hubo que vender los otros tickets en tiempo récord.

Después de mucho soñar, y casi sin proponérmelo, pude ver a Luis Miguel en la ciudad de Las Vegas en Septiembre de 2011. Tan rápido e imprevisto fue todo, que apenas tuvimos tiempo -mis dos amigas y yo- de cumplir con los trámites de rigor para emprender el viaje. Un dato no menor fue que nos lanzamos a la aventura sin tener tickets para ninguno de los cuatro conciertos. Dar con ellos fue una de las cosas más angustiantes que me tocó vivir, y más aún en la última noche cuando pensamos que no lograríamos estar en el Colosseum. Fue mágico cuando se acercó una señora muy amable para decirme que tenía boletos para toda su familia, pero que tres de ellos no habían podido asistir y que por ello necesitaba venderlos. No se imaginan la alegría que sentimos en ese momento, eran tres tickets en las mejores ubicaciones, en el momento justo, y en el lugar indicado. Fue la mejor despedida que pudimos tener de esa ciudad y junto a Luis Miguel” Ana Freijo -Buenos Aires, Argentina

“Lo más loco que hice fue estar en una carpa durante 15 días, a las afueras del estadio Vélez Sarsfield año tras año, para ubicarme en la valla bien cerquita, algo que he logrado siempre. Otra anécdota que tengo aconteció en el año 1999 en el Tour ‘Amarte es un Placer’, cuando después de cuatro presentaciones en Vélez nos regaló un quinto show en el estadio Quilmes, donde también acampé muchos días, y lo más loco fue regalarle una caja en forma de corazón con los recuerdos de mis 15 años –obsequio que vio y que hizo señas para que se lo alcanzaran- y una carta que finalizaba con un poema que cerraba con la frase ‘Por ti vivo’. Casualidad o no, en el año 2000 lanza el disco “Vivo” exactamente con la misma letra con la que le escribí mi frase” Cristina -Buenos Aires, Argentina

“Lo más loco que he hecho por mi amor y admiración a Luis Miguel es pensar en él todos los días desde el 21 de Marzo de 1990, y haber viajado más de 25 veces para verlo porque a Perú no llega con todas sus giras. Dedico casi todas mis vacaciones y ahorros a viajar y poder compartir con todos los amigos LuisMigueleros del mundo en distintas ciudades y escenarios. Ser testigo de su talento, energía, voz y presencia a escasos metros es un verdadero privilegio, y es lo que más disfruto” Lucy Gómez Sánchez N.-Presidente “Cómplices de Luis Miguel” Fans Club Oficial Perú

“Mi locura más grande ha sido tatuármelo. Si eso no es amor y locura, ¿Qué es?” Adriana -Buenos Aires, Argentina

“He pasado tres días y tres noches enteras tratando de conseguir entradas vía Internet, para los shows del 24 y 25 de octubre en GEBA, y he logrado la fila dos. Haría cualquier locura por él” Cici Karat -São José dos Campos, Brasil

“Cuando tenía 14 años fuimos de viaje de estudios del colegio a Buenos Aires, y sabía que ese día salían a la venta en el Teatro Ópera las entradas para mi Rey. Contaba con dinero ahorrado así que lo llevé, y desde que salí de mi ciudad molesté a mis profesoras pidiéndoles por favor que me llevaran a comprar la entrada. Visitamos el Congreso y yo… “¿Me llevan por favor?”, luego La casa Rosada y nuevamente “¿Me llevan por favor?”. Así fue todo el viaje, hasta que en un momento mi profesora de lengua le dijo al chofer: “Llevemos a esta chica al Ópera o la dejo en capital”. Así fue que fuimos y mis compañeras no podían creer lo que estaba sucediendo. La condición fue que sólo bajara unos minutos, así que esperé que me atendieran y tuve la suerte de comprar fila 2. ¡Estaba feliz!

Al regresar a Junín le dije a mi mamá “¡Mira lo que tengo!”, y ella respondió: “Tendrás que hacerte un cuadro con la entrada porque te dije que no irás a ver a ese chico”. Desde ese día, y hasta el día del show, cooperé con los quehaceres domésticos y me porté más que bien para convencerla. ¡Lo logré! Así que al llegar el momento viajamos a Buenos Aires y fue una fiesta apreciarlo tocar el piano. Confieso que él es mi sol en los días grises” Rosana Freddi  -Buenos Aires, Argentina

“Cuando supe que vendría a Poza Rica, con su ‘Segundo Romance Tour’, deseé verlo en primera fila pero me faltaba dinero, así que para conseguirlo ideé un plan: no comí prácticamente nada en toda una semana. Todo esfuerzo tiene su recompensa, razón por la cual logré ahorrar y obtener mi ansiada ubicación” Alfonso Aguirre Pintos -México

“Hace unos cuantos años Luis Miguel estaba hospedado en un conocido hotel de Retiro, llegué con mis hijos pequeños, dejé a mi sobrina a su cuidado en un auto estacionado en doble fila detrás del lugar y me subí a un enorme portón de hierro del hotel. Cada vez que entraba alguien le pedía por favor que me dejara pasar (lo malo era que el portón se abría y cerraba continuamente y yo ahí colgada) ¿Cómo terminó todo? Pues me quedé afónica de tanto gritar y regresé a mi auto -el que estaba obstruyendo el tráfico porque lo dejé mal estacionado- con el consuelo que lo vería en el concierto.” Ester Pereira –Buenos Aires, Argentina

“La anécdota más loca que tengo fue esperarlo escondida bajo la lluvia durante horas, y luego empapada seguirlo dentro del hotel hasta lograr verlo. Cabe destacar que antes de este encuentro me quedé atrapada en un ascensor” Alicia -Mar del Plata, Argentina

“Lo más  loco  que  he hecho por  Luis Miguel  fue  lograr conocerlo en  el hotel  Caribe Hilton en Puerto Rico  en  el  año 1993. Me  hospedaba  en el lugar y a través de  unos  contactos pude subir hasta el piso de su habitación pero  no pude  verlo, al día  siguiente  mientras  me alistaba para  bajar a  cenar  me llamaron a mi habitación  unas  amigas  para avisarme que Miky  estaba  en el casino  jugando. Así que bajé de inmediato  y al llegar frente a su mesa  la seguridad me  sacó  por ser  menor  de edad.  Fui feliz al verlo tan cerca  pero no pude evitar llorar e implorarle  a  Dios por ese contacto. Al rato no sé qué  extraña  fuerza  obró ese glorioso 22 de  mayo del 93 cuando  ese  ángel que  tanto  añoramos  salió  a  saludarme  para agradecerme  el cariño recibido. ¡Aún no sé cómo no me desmayé!

La otra locura fue viajar desde  Venezuela  hacia  Argentina  sola y por  primera  vez  para  verlo  en  el estadio GEBA durante 5 noches”  Linda Fiori  -Caracas, Venezuela

“Mi gran locura es creer que me merezco tener un hijo parecido a Luis Miguel. En el jardín algunas mamás le dicen Luismi y tengo una amiga que cuando lo conoció me dijo: “Es igual a Luis Miguel, y es un regalo que te da la vida por el gran amor que sentís por él” Marina -Rosario, Argentina

“La segunda vez que vino Miky a nuestro país se hospedó en el Hotel Sheraton. Yo tenía 15 años y estaba tan enloquecida por verlo que ese día me disfracé de mucama del hotel y me metí por la cochera subterránea, hasta llegar al piso donde estaba, y me escondí. Tuve la mala suerte que una empleada verdadera me vio, llamó a la policía y termine en la comisaria. Mi mamá fue a retirarme y yo no podía parar de llorar, pues sentía un gran enojo hacia mis padres ante la difícil situación económica que me imposibilitaba asistir a un concierto” Carola Gallardo -Córdoba, Argentina

“Mi gran locura ha sido viajar a Miami y pedirle a mi cuñada que me lleve a conocer el departamento de Luis Miguel en Brickell, en el edificio Jade, y lo conseguí, aunque fue por fuera.

¡Está en un lugar hermoso!” Silvana Tortorelli -Lima, Perú

“Mi mayor locura, desde la adolescencia, fue escribirle a Luis Miguel más de mil poemas, publicarlos en un libro, y esperar la oportunidad para dárselo en las manos. El primero lo hice con tan solo 8 años, para él que tenía 12” Silvana Giménez –Buenos Aires, Argentina

“Mi máxima locura fue haber aceptado la invitación de una fan anglosajona –a quien brevemente conocí en Los Ángeles- para viajar a New Jersey, vía Philadelphia, a los conciertos del tour ‘México en la piel’. Fuimos en limusina a los shows en Atlantic City y New York. Realmente fue arriesgado emprender esta aventura sin conocer demasiado a esta persona, pero todo valió la pena” Aída Cortés –Dallas, EEUU

Continuará…

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