Luis Migue, un ángel en mi vida

Euge Cabral
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Debo confesarle a este diario que hoy es uno de esos días en que me duele extrañar tanto a Miky, y estoy segura que si estas páginas pudieran responderme, me dirían que no es la primera vez que me pasa. No sé cómo manejar la angustia que me provoca el no poder verlo, abrazarlo, y escucharlo cuando mi corazón me lo pide a gritos. Esa sensación de necesitar y no poder correr a sus brazos para estrecharlo fuerte, respirar hondo, suspirar y descansar en ellos un ratito, es la que me ahoga y hace que me falte el aire. Más de una vez, en este largo período de abstinencia ineludible en el que no he gozado de su presencia, se me cruzó por la mente la loca idea de correr al aeropuerto, tomarme el primer avión que me lleve con destino a la bella ciudad de Los Ángeles, y no regresar hasta encontrarlo.

En incontables ocasiones me he imaginado entrando a cenar en alguno de los restaurantes que él frecuenta, o simplemente buscándolo en algún lugar súper exclusivo de Beverly Hills, y al soñar despierta con la posibilidad de encontrármelo frente a frente pienso cómo reaccionaría y qué le diría. Tengo muy en claro que lo abordaría con todo el respeto que se merece, que intentaría no aturdirlo al explicarle cuánto significa en mi vida, y que por supuesto le pediría ese abrazo que anhelo tanto.

Les juro que no me faltan ganas de cometer la locura de viajar en su búsqueda, pero por el momento es la razón la que le está ganando al corazón en estas duras batallas libradas, resultado que muy pronto –antes de lo que imagina la razón- cambiará a favor del corazón, pues éste me develó que tiene un as bajo la manga.

¡Qué difícil se hace querer a alguien con todo el corazón y no tenerlo contigo! pero a pesar de ello, siento que es una bendición la oportunidad que la vida te brinda de experimentar un sentimiento tan fuerte y tan genuino.

Y hablando de este sentimiento, quiero presentarles la historia de una fan cuya vida no ha sido fácil, pero que ha encontrado en un ángel la fortaleza para seguir adelante. Los dejo en su compañía:

Mi nombre es Cici Karat, nací y vivo en Brasil, y soy fan de este maravilloso cantante desde el inicio de su carrera. Tengo tres hijos, dos de ellos se encuentran casados y una hija que volvió a los brazos de Dios.

Recuerdo que cada vez que salíamos en el coche -mi marido y yo- oíamos la música de Luís Miguel

pues sus discos eran nuestra mejor compañía. En el 1987 nació mi hija Kati, año en que ‘El Rey’, un 15 de julio, lanzó el disco “Soy como quiero ser”, su séptimo álbum. Les cuento que la canción “Perdóname”, marcó mi vida porque siempre fue la preferida de mi esposo.

Imposible olvidar que la felicidad me sorprendía cada vez que veía bailar en el escenario a Miky, al son de “Ahora te puedes marchar“.

Siempre lo encontré un hombre guapo, principalmente por sus ojos, aquellos que tienen una belleza especial y a los que admiro tanto, que creo que fue la razón por la cual mi hija nació con un color muy similar.

Llegó el año 2007 y con él, el día más triste en que la fatalidad vino a cambiar mi vida y la de mi marido, mi hija falleció en un accidente automovilístico a los 19 años de edad. Así fue como perdimos las ganas de vivir y nos sumergimos en una profunda tristeza, esa en la que por 2 años largos no nos permitió disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, como por ejemplo, escuchar música.

Con el correr del tiempo comenzamos a oír nuevamente las canciones de Luis Miguel, aquellas que a veces nos traían recuerdos tristes y en otras ocasiones alegres. Infelizmente, en febrero del año pasado, mi marido también falleció y me quedé sola. Actualmente mi compañía es Luis Miguel, a quién bauticé como mi ángel, porque es mi alegría de vivir. Lo escucho y veo en videos diariamente y esa es mi terapia, pues él me ayuda a ir superando los traumas que atravesé en mi vida. Tengo Fe que un día voy a verlo personalmente, porque su música y su voz me apasionan.

Lo amo como a un hijo, y por eso le pido a Dios que le de toda la felicidad que necesita, pues él es el culpable de la mía.

Luis Miguel, mi ángel, que Dios te proteja siempre.

Cici Karat

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