Luis Miguel y esa comunión increíble que existe con su público

Euge Cabral
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La semana pasada la inicié más que entusiasmada, pues durante el fin de semana se puso en contacto conmigo Beto Herrera -periodista, miembro del equipo de Sexenio y fan del programa estadounidense Glee- para contarme que durante su programa radial había surgido la idea de un episodio tributo a Luis Miguel y deseaba saber qué opinión tenia al respecto. Debo confesar que aunque no soy una televidente asidua a este programa -vale aclarar que es uno de los más exitosos del momento- he tenido la oportunidad de ver algunos capítulos en los que homenajearon a celebridades de la música, y la posibilidad de que pudieran rendirle un tributo a la mejor voz latina de la historia me tiene fascinada… es más, me he preguntado estos días “¿Cómo es que aún no lo han hecho?”.

Para aquellos que jamás han tenido contacto con Glee, les cuento que es una serie del género comedia musical, la que se inició allá por mayo de 2009, y actualmente está transitando su quinta temporada.

Creo que está de más decir que Luis Miguel se merece con creces este reconocimiento dado los innumerables logros alcanzados en EEUU, pero como soy una fan súper orgullosa de mi artista no quiero perder la oportunidad de citarlos:

· Es el primer artista latino en recibir un disco de oro en EEUU por un álbum íntegramente en español, también fue el primero en agotar localidades en 4  shows que ofreció en el Universal Amphitheater de Los Ángeles, y en recibir un “World Music Award” –con el que fue galardonado en 4 oportunidades.

· Es el primer cantante extranjero en conseguir, cantando en su propia lengua, un reconocimiento por parte de la RIAA (Recording Industry Artists of America) por la venta de dos millones de copias de sus discos “Romance” y “Segundo Romance” en EEUU.

· Poseedor de 9 premios Grammys.

· Fue invitado por los estudios Walt Disney a grabar la canción “Sueña”, como así también fue galardonado por el comité organizador de “The Hollywood Walk Of Fame” con una estrella en la famosa avenida de Hollywood Boulevard, siendo el primer cantante latino en recibirla.

· Debutó en el puesto catorce de la lista “Billboard Top 200”, además de ser la primera vez que un disco en español -“Romances”- alcanza una posición tan alta.

· La revista Pollstar lo reconoció como el primer artista latino que entra en su lista de los “TOP 20 All-time Grossing”

· La revista Billboard lo multipremió en diferentes oportunidades a lo largo de su carrera, entre ellos con el premio “Billboard Latin 50 Artist of the Year”.

· El Alcalde de Los Ángeles proclama oficialmente el 13 de abril como el día de Luis Miguel.

· Se posiciona en el primer lugar del conteo de Billboard, convirtiéndose en el artista con mayor cantidad de discos en esta ubicación en la historia de la revista. Además es el número uno en las listas “Hot Latin Songs” de Billboard de los últimos 25 años, con un conteo de 57 hits y 39 canciones en los 10 primeros lugares, además de 16 éxitos en el primer lugar de las listas entre 1987 y 2010. De acuerdo a las estadísticas sus canciones han permanecido 843 semanas en las listas de “Hot Latin Songs”.

·Por último, y no por eso menos importante, se convirtió en embajador del Bolero alrededor del mundo.

Por lo antes mencionado es que no dudé en invitar a los fans, tanto del Rey como de Glee, a sumarse a nuestra campaña, la que consiste en pedirle al creador de la serie un episodio tributo a esa prodigiosa voz, a la excelencia y trayectoria de Luis Miguel.

Así fue como nos reunimos -en primera instancia- el sábado último en la red social Twitter y, por el lapso de más de dos horas enviamos tweets dirigidos al señor Ryn Murphy -productor del programa- con las razones que avalan nuestro requerimiento, más el Hashtag #LuisMiguelEnGlee.

Pudimos comprobar una vez más que todo lo que nos proponemos, cuando se trata de llevar el nombre de nuestro artista a lo más alto, lo logramos sin importar los obstáculos. Conseguimos hacer de ese Hashtag una tendencia en diferentes países del mundo entre los que estuvieron Argentina, Venezuela y España entre otros, y exactamente a los 40 minutos coronamos nuestra labor con un Trendig Topic global. El mundo entero fue testigo de nuestro logro: colocamos a Luis Miguel en segunda posición entre los diez temas más hablados a nivel mundial, ¡Qué satisfacción para todos!

Dando vuelta la página, quiero que viajemos de la mano de Yadira a ese lugar de fantasía donde los sueños se hacen realidad porque en el aire se respira la magia de Luis Miguel, esa misma que termina apoderándose de todo tu ser. Lo que pasa en Las Vegas dicen que se queda en Las Vegas, pero hoy vamos a transgredir esa regla porque esta gran fan tiene mucho que contarnos:

A tres semanas de haber tenido la oportunidad de asistir a dos de los conciertos que ofreció Luis Miguel en Las Vegas, estoy tratando de describir de la manera más objetiva posible esta experiencia increíble de haber participado -con muchos de mis compatriotas mexicanos- de la celebración de nuestra Independencia, que fue de lo más emotiva, y tanto es así, que quienes no lo son -estoy segura- se sintieron tan mexicanos como nosotros.

Tengo que decir que la ciudad de Las Vegas se convirtió en una fiesta durante ese fin de semana, pero en el escenario del Coliseo del Caesars Palace se llegó al clímax con la presentación de Miky cantando con Mariachi.

México es un país que atraviesa situaciones adversas en el ámbito político y social -de inseguridad sobre todo-, y a veces nos cuesta conservar la esperanza de que vendrán tiempos mejores, sentimos que ese orgullo con el que nos presentábamos como mexicanos ante el mundo se ha visto minado por la imagen negativa de acontecimientos violentos  hacia el exterior, pero en el instante en que llega Micky a ese escenario nos devuelve la esperanza, nos hace recordar el orgullo de lo que hemos construido como pueblo, de lo que somos y lo que debemos mostrarle al mundo.

No hay forma de describir la sensación que me eriza la piel al escuchar ese ¡Viva México!, aquel que lanzó al público en más de tres oportunidades con tanto sentimiento y al que le retrucamos con un “¡Viva!” cada vez con más pasión.

Asistí a los conciertos de los días 14 y 15 de septiembre y de por sí, la entrega de Micky como artista y cantante, con esa voz maravillosa, hubiera sido suficiente para decir que valió la pena el viaje, sin embargo, a lo largo de los últimos años -trece para ser más exacta- mi admiración ha ido más allá de lo profesional valorando su entrega y cualidades como ser humano en el escenario y fuera de él.

No puedo hablar más que de un hombre que valora el cariño y la admiración de su público, alguien que sabe agradecer las muestras de afecto que recibe, y siempre encuentra la manera de hacerlo porque es así, muy natural, alguien que tiene claro el valor de las cosas que no se compran: un apretón de manos sincero, una sonrisa, una mirada, un “gracias” apenas perceptible en sus labios; en fin, lo que la mayoría de sus fans conoce y no me dejarán mentir.

Empiezo por relatarles el concierto del sábado en el que afortunadamente estuve a solo unos metros del escenario, en la tercera fila. Ese día por la mañana obtuve en taquilla los codiciados boletos del paquete VIP que incluía una cena antes del concierto, los artículos promocionales de la gira y el gafete que me acreditaba para ingresar y ocupar esos increíbles lugares. ¿Qué si cené? Digamos que probé la comida porque los nervios y la emoción de volver a ver a Miky en ese escenario después de 5 años era inmensa. Además tenía una misión que cumplir y que ha sido en los últimos años mi forma de demostrarle mi admiración y respeto, un gesto de complicidad que se ha convertido en algo tan lindo que lo comparo con esa alegría de volver a encontrarme con un amigo de la infancia, adolescencia o del vecindario donde nací. 

Siempre hay quienes me dicen que es demasiado si asisto a más de un concierto, a veces me ponen a pensar si tendrán razón, pero cuando llegamos mi amiga y yo a nuestros lugares y nos encontramos con Elizabeth, quien viajó desde Córdoba, Argentina, para estar en los tres shows, me olvidé del cargo de conciencia.

El lugar estaba repleto y me sorprendí al ver que atrás de nuestra fila se encontraba toda una familia: los papás con sus dos niños, a quienes la gente encargada del recinto les hizo llegar tapones para que no les lastimara el sonido en los oídos. Me causó mucha gracia el comentario que me hizo el niño al decirme que su papá se llamaba Luis Miguel, pero no era el cantante. La mamá confirmó la información con una mueca de resignación.

En primera y segunda fila, adelante de nosotras, estaban tres matrimonios que habían venido desde Acapulco y que para buena suerte nuestra estuvieron de pie, cantando y bailando todo el concierto, lo que nos “obligó” a hacer lo mismo.

Aquello fue la locura cuando Luis Miguel apareció en el escenario, y a lo largo de todo el concierto la gente no dejó de corear sus canciones. Con el Mariachi, y mientras la gente pedía “México en la Piel”, empezaron a sonar los acordes de “Motivos” y Miky agregó: “Esta es muy bonita… le gustaba mucho a mi mamá”.

Con la emoción a flor de piel, la que te desborda al escuchar esa voz acompañada del Mariachi, supe que era el momento de decirle a esa persona, a la que sientes como un viejo amigo al que hace tiempo que no ves, “Aquí estoy apoyándote y reconociendo tu entrega en el escenario”. Sonaba “De qué manera te olvido” y entonces saqué de mi bolso un osito como todos los anteriores que han sido cómplices de estos reencuentros, al que por supuesto no podía faltarle la camiseta, o como dicen en Argentina, la remerita que siempre portan.

En tres pasos estuve frente al Rey, quien al ver el osito sonrió y se acercó a recibirlo, para luego regalarme esos gestos de agradecimiento que tanto admiro en él: una sonrisa sincera, la alegría que refleja su mirada como cuando vuelves a ver a un amigo después de mucho tiempo, esa forma de buscar estrecharme la mano aunque la tenga ocupada con el osito, y ese “gracias” que siempre se lee en sus labios, sin importar si está o no cantando en ese momento.

Este fue un momento que se ha repetido varias veces, pero siempre es mágico y distinto. Esta vez mi sorpresa fue mayor, ya que al no querer interrumpir demasiado con el saludo, intenté soltarme de su mano pero no pude, la seguía apretando fuerte y bromeó dándome jaloncitos, creo que el color de mi rostro en ese momento cambió y, como decimos en México, “me chivió” tanto que me agaché como niña de secundaria. Como decimos acá: ¡Qué oso!

La virtud por la cual una persona reconoce, interior y exteriormente, los regalos recibidos y trata de corresponder es lo que llamamos gratitud, es una actitud que enaltece y exalta.

A esto es a lo que me refiero cuando digo que le admiro por su don de gente, por esos detalles en los que expresa su agradecimiento sincero y que hablan mucho de la calidad que tiene como ser  humano. No me cabe la menor duda que Miky reconoce el afecto y de la misma forma busca retribuirlo a quien se lo demuestra. Es un hombre agradecido y los hombres agradecidos son hombres de bien.

¿Qué puedo decir del segundo concierto? El del día 15 de septiembre, aunque igual de emotivo, el más significativo por ser la noche del grito de Independencia en nuestro país. Su entrega al público fue total, lo disfrutamos junto con él hombres y mujeres de todas las edades, en un recinto que es tan majestuoso e imponente, pero que se vuelve tan acogedor y tan íntimo en esa fiesta de música y de emociones que nos hace unirnos y establecer una comunión increíble entre el artista y su público.             

Ocupando el mismo lugar que la noche anterior quise, en un gesto de reciprocidad, nuevamente corresponderle con el detalle del regalo, que en esta ocasión varió un poco, no pude conseguir un oso que le quedara la camiseta, así que lo sustituí por un changuito.

Me acerqué al escenario, en esta ocasión la canción testigo de este acontecimiento fue “Hasta que me olvides”, y bastó un movimiento para que entendiera que debía dar un paso a la derecha para que él se pudiera acercar y así lo hice, mi sorpresa fue que antes de tomar el changuito tomó mi mano con ese gesto firme que siempre va acompañado de un “gracias” que nunca escucho pero que leo en sus labios.

Que gran lección me da Luis Miguel con estos gestos, me trasmite ese sentimiento de humildad y de gratitud que todos debiéramos tener con los demás, me impulsa a agradecer cada vez más a Dios, a la vida, y a devolver con creces lo bueno que recibes.

Sé lo importante que es para una fan saludarlo por primera vez, querer demostrarle en algún momento con algún detalle la admiración y el cariño, por eso me emociona enormemente poder contribuir en algo para que alguien lo logre, por lo que quedé más que satisfecha cuando fui cómplice de Elizabeth, la chica argentina, para que pudiera introducir una rosa al concierto y finalmente entregársela en la mano.

Esto es algo que también debo agradecerle al Rey, esos momentos compartidos con amigos que han estrechado los lazos de amistad existentes, y aquellos nuevos que he podido conocer a lo largo de seguirle en sus conciertos a través del tiempo. Son cadenas de gratitud que crecen a través de su música.

Le agradezco infinitamente a Euge el que me haya permitido compartir en su columna la magia de estos momentos vividos en Las Vegas, como resultado de un sueño que se convirtió en realidad  hace 13 años y que precisamente fue en esta ciudad en el año 2005 cuando por primera vez le hice llegar a Miky, de manera simbólica a través de un primer osito, toda mi gratitud y admiración. En una próxima entrega les contaré como empezó esta aventura, la que me llevó a conocerlo hace algunos años.

Yadira Corona

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