“Es que no sabes lo que tú me haces sentir”

Euge Cabral
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Hola queridos lectores, se nos acaba marzo y por fin llega uno de los meses más esperados del año por los fans de Luis Miguel. En abril celebramos la vida del artista que nos estremece el alma, nos ilusiona, nos enamora, nos hace sentir tan orgullosos, nos apasiona, nos llena de magia… y, en estos momentos, nos tiene tan expectantes con su ansiado regreso a los escenarios. Yo creo que estamos muy, pero muy cerca de tener noticias oficiales, por eso les pido un poquito más de paciencia en esta larga espera que pronto llegará a su fin, y que no compartan información que no provenga de sus sitios oficiales. Lo único que hacemos difundiendo supuestas noticias, es crear falsas ilusiones. Pero hoy en día hay que extremar los cuidados porque no solo se juega con las ilusiones de la gente, sino también con su ingenuidad, ya que podrían ser víctimas de alguna estafa, las que lamentablemente son moneda corriente en esta época. Por esto debemos aprender a comprar tickets únicamente en las páginas oficiales de venta, y más que nunca no comprar ubicaciones de reventa. Cualquier duda al respecto saben que pueden encontrarme aquí:

Instagram: @Euge_cabral

Twitter: @EugeCabral

Facebook: https://www.facebook.com/Euge.Cabral/

Mail: eugecabral@diariodeunafan.com

Por otro lado, deseo compartirles la historia de una fan chilena, a quien conocí por las redes sociales no hace mucho, a través de los escritos que le dedica con tanto cariño y admiración a Luis Miguel. Los dejo en su compañía:

Solmayra

Mi nombre es Soledad Moreno, en Instagram me encuentran como @solmayra2006, y vivo en Santiago de Chile, aunque nací en Arica, otra ciudad chilena. Si tuviera que definir mi historia como fan de Luis Miguel en una sola palabra, definitivamente seria “Sentir”. Es que cuando recuerdo que él existe en este mundo, cada vez que escucho su voz o lo veo cantar, siento emoción, alegría, amor, locura, pasión, admiración y agradecimiento. Definitivamente Luis Miguel es ese sol radiante en cada uno de mis amaneceres. 

¿Cuándo comenzó mi historia como fan de Micky? Sinceramente no lo recuerdo, porque no hay momento de mi vida en que no haya sabido que él era mi ídolo. En Chile Luis Miguel es famoso desde niño, y yo me convertí en su fan siendo aún más pequeña que él, sin embargo, la vida fue muy egoísta conmigo y verlo en un concierto se convirtió en un sueño que pude cumplir muchos años después. Recuerdo tener 24 años cuando por fin pude comprar mi entrada, y de camino al concierto escuché decir a todos que, por fuerza mayor, se había suspendido. Lamentablemente el día que se reprogramó no pude ir por motivos de trabajo. Fue muy triste y no pude evitar pensar, ¿por qué resultaba tan difícil concretar mi sueño de verlo si lo anhelaba tanto? 

Cuando salió el disco ‘Romances’, mis papás me compraron el cassette original, y creo que fue el mejor regalo que me han hecho. Estaba feliz y lo escuché día y noche por mucho tiempo. Cada vez que aparecía un video nuevo de Micky en los programas de TV, ahí estaba yo esperándolo con tanta ilusión. Recuerdo que, a mis 15 años, le escribí una carta que envié por correo contándole cuánto lo admiraba. Deseo confesarles que nunca lo había contado, sólo lo sabe mi amiga de la vida, puesto que ella me acompañó a mandarla. Nunca supe si la recibió, imagino que no, pero luego el tiempo me dio la oportunidad de escribirle mil cartas más, en los textos que le dedico en mi cuenta de Instagram @luismiguelescritosdesolmayra. Sin duda todos los sueños se cumplen cuando el corazón lo desea tanto como el mío. 

Cuando Luis Miguel cumplió 25 años compré la edición especial de una revista, que llegó para acompañar muchos recortes de fotos y entrevistas que tenía de él. A medida que fueron pasando los años nunca dejé de escucharlo, luego nacieron mis hijos, y la vida fue dando muchas vueltas, pero en todas siempre estuvo mi querido Luis Miguel. Quienes me conocen saben quién es él para mí, es más, creo que lo ven o lo escuchan y se acuerdan de mí. 

Micky siempre fue mi ídolo, con decirles que, cuando había un nuevo novio, lo primero que le aclaraba era que amo a Luis Miguel, que soy su fan, y que nunca dejaré de serlo. Era una forma de dejar en claro que es parte importante en mi vida, porque es algo así como la religión, en la que creemos, profesamos y nunca olvidamos.

Muchos años después, recién en su último concierto en Chile en el año 2019, pude cumplir ese gran sueño y tampoco fue fácil. Fue una época de mucho trabajo para mí, y nuevamente se me hacía imposible asistir. Pero mi corazón esa vez venció todos los obstáculos y, aunque hasta el último momento todo estaba atravesado, luché contra la corriente y de un segundo a otro le dije a mi mamá, “¿Sabes?, ¡Vamos a ir!”

Les cuento que Luis Miguel tenía 5 conciertos programados en Chile, y por supuesto ya no quedaban entradas disponibles. Así que tomé un auto hacía el Movistar Arena, como en una película cuando la protagonista se arrepiente de dejar ir a su amor sin verlo por última vez, y hacia allí partí dispuesta a conseguir unas entradas para mi mamá y para mí.  Y, ¿qué creen? ¡las conseguí!

Lamentablemente tuve que comprar entradas de reventa que costaban el triple de su valor, pero no había otra alternativa, y el concierto estaba a pocos minutos de comenzar. Así fue la primera y única vez que he podido ver a mi ídolo.

Fue una noche, ¡Wow!, mágica, en la que en ni un sólo segundo dejé de darle gracias a Dios por permitirme vivir este momento que había soñado tanto. Verlo irrumpir en el escenario, sentir un aplauso cerrado tras su imponente entrada, y palpitar ese grito ensordecedor que solo él sabe generar, fue como estar en la gloria misma. El mundo se detuvo para mí, en ese lugar y momento. Todo fue perfecto, su música, su voz…  ¡absolutamente todo!

Esa noche, años de fan vinieron a mi mente con los más preciados recuerdos, y mi corazón sólo sintió amor. Porque eso es Luis Miguel, el más lindo e incondicional amor, uno que hemos sentido sus fans desde que llegó a nuestras vidas, mismo sentimiento que él nos entrega desde siempre. 

Gracias a Luis Miguel sé lo que es el amor, la ilusión, la emoción, la pasión… ¡Tantos bellos sentimientos! ¿Qué por qué lo quiero? Por enseñarme lo que es sentir, por su alma, su sonrisa, su música, sus ojos, por el poder que tiene en el escenario, por cómo salta mi corazón cada vez que aparece, por su historia y por la mía gracias a él. Para mí él es la más absoluta verdad, es la oportunidad de soñar con el príncipe azul, y tener a alguien que, con melodías e historias en cada letra, ha crecido junto conmigo. Si de algo estoy segura es que así será hasta el último día de mi vida. 

Mi canción favorita es ‘Amante del Amor’ porque me apasiona su poesía, así como también ‘Tengo todo excepto a ti’ y ‘No existen límites’. Son tres canciones que llegan profundamente a mi alma, aunque si lo pienso bien, todas las demás son mis preferidas también. 

Deseo contarles que hace un tiempo me pasó algo muy triste y tuve que buscar renacer. Mi corazón me llevó hacía Micky, inmediatamente cuando mis días se volvieron extremadamente grises. Lo escuché sin parar todos esos días, comencé a mirar sus videos, y allí encontré nuevamente mi sonrisa. Me encanta lo que siento en el éxtasis de cada canción, amo sus gestos, y cómo me hace sentir, haciéndome olvidar cualquier dolor. A raíz de esto, y como siempre he amado escribir, se me ocurrió hacer algo por mi ídolo. Siento que se lo debía por lo que significa en mi vida, y soy feliz cuando cada noche comienzo a escribir lo que me inspira el alma. En un principio escribía sobre sus canciones, el mensaje que intentan transmitirnos, pero hoy escribo según me va dictando el corazón. Si él quiere decirle “Te quiero”, eso le digo, y si quiere escribirle una poesía eso hago. A veces elijo un video, le pongo título, y comienzo a escribir. Quiero que el mundo conozca lo que siento por Micky, lo que sus fans sentimos, y que él sepa que lo queremos y que nunca dejaremos de hacerlo. Quiero que ‘El Sol’ reciba lindas palabras, que, aunque quizá nunca lo sepa, ellas viajen hacía él y lo colmen de dicha porque se lo merece, por ayudarme a renacer y ser feliz. 

Por ahí dicen que es imposible saber más de él, pero basta con escucharlo y verlo interpretar para saberlo todo. También dicen que es imposible alcanzarlo, quizá como el mismo sol, pero lo que realmente importa es que ambos tienen esa luz que me ayuda a seguir. 

Si pudiera decirle algo hoy sería: “Infinitas gracias, y perdóname porque, aunque tal vez todos creyeron que por un tiempo te olvidé, nunca fue así. Fuiste lo primero que busqué cuando necesité renacer, ya que sabía que eras la respuesta y mi corazón también. Si cuando tuve 15 años te escribí una carta, ahora mil cartas más te escribiré cada noche”. 

A continuación, deseo compartirles uno de esos escritos que le dedico en mi cuenta de Instagram:

Hay caminos que conducen al dolor, sobre todo aquellos en los que la claridad nunca llega, y hay caminos en los que estás tú. Caminos que no logran salir del frío del invierno, pero que los acompaña la esperanza del sol, porque incluso cuando sus calles se mojan con la lluvia, el sol alumbra y seca cada gota.

Podemos ir caminando, sintiendo la desolación del hielo en nuestro cuerpo, pero tu voz se escucha en cada paso, y nuestra alma jamás es abandonada por tu calor.

Sin duda eres Sol de Invierno Micky, ese que no sólo calienta cada parte del planeta, sino que también elimina cada lágrima que nos llega.

Estás en los momentos más fríos como abrigo, en los caminos más difíciles como el único acierto, y en las batallas destinadas a ser perdidas como la ilusión de poder vencerlas.

Sin duda eres Sol de invierno, y en tus ojos vive la primavera eterna, aunque haya quienes crean que el otoño no te deja, porque pareces quedarte ahí cuando todos queremos verte mientras el verano llega. Quienes te queremos sabemos que siempre estás en las almas que van por los caminos de un crudo invierno, como el más bello sol que no los aleja de la esperanza.

Eres el sol sanador de un invierno que en el pasado queda, y el amante del amor que al corazón alegra.

Solmayra

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