Luis Miguel, y un tributo del arte

Maria Eugenia Cabral
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Sin miedo a equivocarme me animo a aseverar que Luis Miguel es dueño del público más diverso, pues las oportunidades que tengo de conocer permanentemente a sus fans avalan tal afirmación.

La admiración y el cariño se viven de igual manera tanto en un público general, el cual abarca varias generaciones, profesiones y estratos sociales, como en importantes personalidades que se destacan en diferentes ramas del arte. Muchísimos famosos cantantes, locutores de radio, conductores de televisión, actores, cineastas, bailarines, escritores y artistas plásticos se han confesado fervientes admiradores de ‘El Sol de México’, y hoy tenemos la dicha de contar con el relato de una de ellos. Así como Luis Miguel transmite emociones a través de la interpretación, los artistas plásticos lo hacen a través de la pintura y la escultura, entre otras cosas, pero… ¿Qué los motiva a la hora de crear? Se llevarán una gratísima sorpresa cuando descubran la fuente que propició la inspiración de esta gran artista que procederé a presentarles. Cuando lleguen al final de su historia podrán comprender la razón por la cual me apresuré a publicar esta columna en forma excepcional un día jueves, pues bien vale la pena destacar y anunciar un tributo a Luis Miguel nunca antes realizado. Los dejo para que ella misma pueda contarles en primera persona:

Mi nombre es Vanessa Valles, soy española, y hace 31 años que dedico mi vida al arte, pues desde entonces llevo una carrera internacional como artista plástica, casi la misma trayectoria que el propio Luis Miguel. Empecé muy jovencita a exponer mis obras, la primera fue en una muestra colectiva a los 11 años después de ganar un concurso de dibujo y pintura.

Soy una atípica fan de Luis Miguel, ya que tengo sus discos pero por circunstancias de la vida no he podido seguirle en sus conciertos. Sí tuve la oportunidad de disfrutarlo en un par de presentaciones en Barcelona, como así también de coincidir con él en el World Music Awards de 1998 en Montecarlo. Ese año intenté hablarle de lo que su voz significa en mi vida pero no pude lograrlo. Para mí era (y lo sigue siendo) muy importante que Luis Miguel supiese que despertó en mí el lado más sensible, puesto que comprendí que las mismas canciones de “Romances”, interpretadas por otros cantantes, no me provocaban la misma sensación. Estaba claro que no era la música ni la letra sino su voz.

Escuchar sus canciones delante de una tela blanca hacía que mi mente fuese muy receptiva a las imágenes. Muchas veces podía tener sentimientos muy intensos que ni siquiera había vivido, motivo por el cual fui desarrollando la idea de poner en práctica una terapia sanadora, valiéndome de su voz y la pintura, pero solo para mí.

Mi inconsciente trabajaba mucho pero no llegué a entender lo que intentaba decirme, acerca de mis propios conflictos internos, hasta pasado un tiempo. Ahora sí lo comprendo a la perfección, pero han tenido que pasar 20 años para estar del todo segura. Con el tiempo mi propia experiencia me llevó a realizar este arte-terapia con otras personas, ayudándolos a llegar a lo más profundo de su ser para enfrentar sus miedos.

En 1998 también quería explicar a Luis Miguel que habíamos coincidido durante mis estancias en México, que le había visto en Ciudad de México por casualidad y varias veces en Acapulco pero que, por discreción y también por timidez, preferí no saludarle.

Un año más tarde hubo una exposición sobre la música, durante los World Music Awards, y yo propuse una obra sobre un bolero para que su nombre estuviese presente -ya que en las exhibiciones de arte colectivo nunca incluían a artistas que cantaban en español. Repetí esta experiencia en el año 2000, y el día que fui a montar la exposición me encontré a Michael Jackson admirando una de mis obras dedicadas a Luis Miguel. ¡Imagínense! No podía creer que allí estaba el Rey del Pop apreciando una de mis creaciones. Pues así fue, y no sé cómo sucedió pero terminé acompañándolo por el centro comercial Métropole de Monte-Carlo mientras hacía sus compras.

Años más tarde, ya como artista invitada, estuve en una gala que organizaba Alejandra Alemán y Sandra García-Sanjuan, en la que conocí a uno de los hermanos de Michael. Aquel encuentro me dio la oportunidad de hacer una exposición en homenaje a este ícono de la música Pop, ya que conté con el apoyo de su hermano y de otros grandes artistas. El escultor Lorenzo Quinn escribió el prólogo de mi catálogo, y también participaron de dicha exposición personas que le habían conocido. En el año 2013 tuve el honor de recibir la invitación para asistir a los conciertos de la gira de los Jacksons, y en la actualidad sigo en contacto con quien fue su manager en aquella época, el señor Dieter Weisner.

Volviendo a Luis Miguel, el hecho de no haber podido transmitirle todo lo que me genera despertó en mí una extraña sensación de tristeza, por lo que dejé de escuchar su música mientras trabajaba. Por supuesto que la sigo escuchando en el coche, pues me encanta su voz porque es única y maravillosa, e indiscutiblemente la mejor de Latinoamérica.

Después de todo lo expresado, creo que no es casualidad que el MexCat, Centro Cultural de México en Barcelona, ponga a mis órdenes la sala de exposición para el mes de julio, justo cuando tenemos a Luis Miguel de visita por España. Así que no titubeé ni por un instante, y decidí que ya era hora de hacerle frente a mi tristeza, que no iba a esperar dos décadas más.

Lo cierto es que hoy me enfrento a obras inspiradas por la música de Luis Miguel de hace 20 años que nunca fueron expuestas todas juntas, y siento que cobran verdadero sentido en mi vida. Me hacen volver a recordar, a sentir, y a enfrentar mis dificultades, pero también a ser consciente de muchos privilegios y bendiciones recibidas. Sin dudas esta experiencia me hace más fuerte y me ayuda a superar mi parte vulnerable. Confieso que todo ha cambiado en mi vida, pues he evolucionado como persona y como artista… ¡Todo es diferente ahora!

Luis Miguel siempre estará presente en mi camino recordándome momentos en los que su voz guiaba cada pincelada, terapia que permitió aflorar sentimientos agobiantes y me otorgó la fuerza para enfrentarlos. Por eso esta exposición, que se realizará del 5 al 26 de julio, es muy personal y deseo dedicársela con toda mi admiración y respeto.

Antes de finalizar quisiera comentar públicamente que sigo muy vinculada a Mónaco, aunque en la actualidad resida en Tarragona, y que por ende sé que desde el Principado surgen muchos proyectos e ideas para Luis Miguel, puesto que es un artista muy recordado, querido y admirado por aquellas tierras. Sería muy bonito que su regreso pudiese concretarse en un futuro no muy lejano.

Sin más que agregar, en primicia les comparto una imagen en la que podrán verme posando junto a una de las obras de esta exposición, en homenaje al artista latino más importante de todos los tiempos, titulada “Noche de ronda”.

Luego del relato de esta gran artista fan, deseo concluir expresando la emoción que me embarga cuando vuelvo a constatar que Luis Miguel vino a este mundo con una misión. No solo he podido comprobar que su música es nuestro refugio cuando nos sentimos tristes y abrumados, sino que es un gran motor que nos impulsa hacia adelante, pero aún más importante es confirmar que su voz le ha otorgado la paz y la fortaleza a quienes la necesitaron para superar un estado de coma (varios testimonios de personas dan Fe de recordar su música en un estado profundo de inconsciencia, admitiendo que ésta fue un gran estímulo para despertar a la vida) o, como en este caso, la valentía de enfrentar lo que nos hace vulnerables.

Gracias Miky por ser nuestra mejor terapia, Dios te retribuya con creces. 

Euge Cabral

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