A días del que ‘El Sol’ alcance el cenit

Euge Cabral
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La expectativa que genera el retorno de Luis Miguel a los escenarios, esta vez con su serie de conciertos en Centro y Sudamérica, es incontenible y cada vez mayor. 

Los fans de cada uno de los países que visitará se están preparando para recibir al Rey como se merece, y una vez más en las redes sociales somos testigos del conteo de días, ese mismo que al llegar a un solo dígito nos acelerará el corazón porque nos estará indicando que se acerca el gran acontecimiento y que al finalizar, el aire se impregnará del perfume de Luis Miguel

Los agasajos para darle la bienvenida son bien diversos, pues Miky tiene a unos fans muy creativos a la hora de demostrarle su amor. Videos con fotos, Hashtags a utilizar en Twitter cada noche de concierto, visitas a diferentes medios de comunicación para acrecentar en el público la expectativa por su llegada, reuniones previas para que nada quede librado al azar esa noche mágica tan esperada, banners especialmente diseñados con un mensaje súper cálido para recibirlo, propuesta de una caravana de vehículos motorizados y acondicionados con imágenes del Rey por las calles de Caracas, con la finalidad de contagiar a los ciudadanos de la fiebre LuisMiguelera, como así también, investigaciones de todo tipo cual FBI para intentar conseguir la información más preciada: la hora exacta del vuelo privado que lo traerá a la ciudad para escoltarlo hasta el palacio de turno que lo cobijará en su estadía.

No sólo en República Dominicana, Perú, Venezuela y Colombia se alistan por estos días… también lo hacen fans de otras partes del mundo, aquellos que se animan a acortar distancia tomándose un vuelo directo y sin escalas en búsqueda de esa mirada que nos da alas para hacer lo que nos dicta el corazón. A los fans de Luis Miguel nos pesa su ausencia prolongada porque nuestra alma comienza a sentir frío, es por eso que no dudamos en escucharla cuando susurra pidiéndonos que encontremos la manera de ir a su encuentro. Razón que ha motivado a Yeira a viajar próximamente desde Panamá hacia República Dominicana y a Ruby desde Argentina, Jorge Luis desde Ecuador y Amanda -del Fan Club El Placer de Admirarte- desde Chile con rumbo a Perú con tal de empaparse de la magia de Luis Miguel.

Ni la espera en los aeropuertos, las horas de vuelo, los compromisos laborales, personales, ni los costos que implican emprender esta gran aventura, ni el miedo de estar en un país desconocido -y todo lo que esto conlleva- nos detiene cuando se trata de inyectarnos de una dosis de emoción, energía y romanticismo. Si en algún momento de la travesía nos sentimos exhaustos, basta con cerrar los ojos e imaginar a Luis Miguel brindándonos su más tierna sonrisa y seductora mirada, ese es nuestro combustible.

El doctor debería recetarnos un show como mínimo por año, pues es allí donde nos nutrimos de esa voz que revitaliza cada rincón de nuestro interior, ¿No les parece?

Mientras contamos los días y horas que faltan para que el Sol enamore a su público dominicano, los invito a que conozcan a una de las fans que tendrá el privilegio de recibir a Miky en su país próximamente:

Mi nombre es Yelitza y soy de Venezuela, aunque siento que mi historia es muy particular, creo que no es demasiado diferente a la de muchos fans que han seguido a Luis Miguel por tantos años a través de fotos, videos, revistas, conciertos, etc.

Aunque no he tenido aún la gran dicha y felicidad de tenerlo cerca, mucho menos he podido lograr una foto a su lado, un autógrafo, un beso, un apretón de manos, como tampoco he logrado ese obsequio de su parte tan deseado por todas, la famosa rosa blanca, no pierdo las esperanzas de conseguirlo algún día.

Todo comenzó un día en el colegio, corría el año 1989 y apenas tenía 16 años, cuando aquí en Venezuela escuché “Palabra de honor”, y algunos temas del disco “Un hombre busca una mujer”, los que luego estuvieron en mis manos gracias a una compañera de clases que me regaló un cassette donde había grabado las canciones de ese disco para mí, y recuerdo que en ese momento me dijo: “Escúchalo y luego me dices si te gusta”. Así que eso hice y por supuesto que me encantó.

Aún no lo había visto ni en fotos ni en la carátula del disco ni en el cassette original, solo lo había escuchado en las emisoras de radio cada vez que sonaban las canciones. No me olvido que era un día viernes cuando sintonicé el canal 2, llamado RCTV, y estaban transmitiendo los Premios Ronda del año 1989, los cuales se otorgaban a los cantantes nacionales e internacionales del momento; cuando veo que presentan a un chico mexicano que desde los 12 años había comenzado su carrera artística y con tan solo 19 años ya había ganado un Grammy, un Festival de la Canción y había tenido varias presentaciones en el Festival de Viña del Mar, me llamó poderosamente la atención. De repente escucho que lo nombran y mi sorpresa fue inmensa al darme cuenta que era el famoso cantante Luis Miguel, ese mismo del cassette que mi compañera de clases me había regalado, ¡Qué emoción sentí, no olvidaré nunca ese día! Salió al escenario impecable con traje azul grisáceo, camisa blanca con corbata del color del traje y zapatos negros, y la primera canción que interpretó fue “Separados”, acompañada de sus movimientos de baile tan particulares, los que consistían en elevar la pierna para dar ese salto que muchos reconocemos.  Tampoco faltó su tan recordada manera de agarrarse el cabello y estirárselo hacia arriba. Me quedé impactada no sólo por su forma de cantar, bailar y de demostrar por qué era –aún lo sigue siendo- uno de los mejores cantantes de música pop y romántica de habla hispana del momento, sino también por esos seductores ojos verdes y esos hermosos cabellos dorados.

Sé que muchos han experimentado la misma sensación que yo, esa que es indescriptible y que sólo el que lo experimenta sabe de lo que hablo.

Luego de tantos años de verlo en revistas, discos, videos, programas de TV, fotos y entrevistas, logré por fin asistir al The Hits Tour 2012 en Venezuela. Nunca había estado en un concierto de Luis Miguel y la experiencia fue más que única e increíble, pues no podía creer que estaba enfrente de ese gran artista que por años logró cautivar tantos fans alrededor del mundo, ese mismo que ha vendido millones de discos, y ha sido merecedor de tantos premios. Era real y no un sueño, lo tenía ahí frente a mí, aunque lamentablemente no en primera fila como me hubiera gustado, pero lo principal es que estaba presenciando ese gran espectáculo y lo disfruté muchísimo. Canté, bailé, grité y me llené de mucha nostalgia al recordar y escuchar tantos temas que me llevaron a aquel día de 1989 cuando supe de su existencia.

Sólo me queda por estos momentos dar gracias a la vida, a Dios, al destino y a mi esposo (que me acompañó a verlo), pues me dieron la oportunidad de estar ahí. También le agradezco a Luis Miguel por existir, porque gracias a él he conocido a tantas personas maravillosas alrededor del mundo con las que comparto historias y experiencias vividas al seguirlo como cantante y al escuchar su música. ¡Gracias de todo corazón! Dios bendiga y proteja siempre a nuestro querido sol Luis Miguel. Aquí estamos esperándote, deseosos de experimentar tu magia una vez más.

Yelitza Calderón

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