El primero que puso a mil mi corazón

Maria Eugenia Cabral
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Y sí, aunque apenas tenía 8 años cuando lo descubrí, Luis Miguel fue el primero que disparó los latidos mi corazón, robó mi primer suspiro y me hizo experimentar esa increíble sensación de estar en las nubes y en un continuo estado de ensoñación. Si uno busca específicamente el significado de este estado de la conciencia, se encuentra con esta definición: “Existe un proceso que provoca un estado emocional por el que el sujeto pierde la noción de la realidad y entra en una fase de ensoñación generada por la hiperactividad de los circuitos neuronales responsables de los deseos y las ilusiones”… frase que describe a la perfección lo que Luis Miguel provoca en mi persona cada vez que lo tengo cerca. Es tan cierto eso de que todo es producto de nuestros deseos e ilusiones… y él es mi gran ilusión, es quien me lleva de su mano a ese lugar donde me permito soñar y volver a ser esa niña que fui. Es maravilloso que, después de 31 años, sea capaz de vivir estas experiencias por el sólo hecho de asistir a sus conciertos -lugar en el que además pierdo la noción del tiempo y del espacio- o escuchar su voz en cada uno de sus discos.

Alguien me dijo esta semana “¿Qué sería de Luis Miguel sin sus fans?”, a lo que respondí, “¿Qué sería de nosotros sin él?”; es verdad que muchas veces me lo he preguntado y jamás he obtenido una respuesta convincente. Lo que sí sé, a ciencia cierta, que mi vida no hubiera sido la misma en muchos aspectos. En cuanto a mi personalidad, por ejemplo, siento que no hubiese sido capaz de explotar esa sensibilidad que uno llevo dentro; pensando en las amistades me hubiese conformado con las surgidas en la escuela, en el trabajo y en el vecindario, perdiéndome de compartir esta pasión tan intensa y genuina, la que me anima a cruzar el mundo para encontrarme con la persona que genera ese sentimiento, y transitar por situaciones fuera de toda razón, esas que originan las locuras más lindas con tal de hacer realidad un sueño.

Definitivamente, Luis Miguel, le ha dado un toque especial a mi vida en todos los sentidos, e imaginar seguir mi camino sin la ilusión de un nuevo disco o una próxima cita junto a él sería inadmisible. Nada me haría más feliz que envejecer con la dicha de poder disfrutar aún de una nueva producción discográfica de nuestro Rey y, por qué no, de sus conciertos… no tengo dudas de que así será.

Hoy les traigo una nueva historia, la que atesora muchos e invaluables recuerdos en la vida de Gisele, como fan de este gran artista:

Habiendo cumplido mis 9 años, allá por 1991,  y mientras paseaba con mi abuela paterna -por la avenida de mi barrio-, me deslumbró un chico en una revista, el cual tenía unos ojos encantadores y una melena rubia que me dejó impactada. En el instante en que leí que se trataba de Luis Miguel, resurgieron en mi cabeza todas sus canciones y le dije a mi abuela, “Es él”, el chico que canta “La incondicional y Entrégate”, al que siempre escucho en la radio. Inmediatamente saqué unos billetes arrugaditos y algunas monedas -dinero que llevaba en mi carterita cruzada al cuello- y compré esa revista; nunca olvidaré la sensación en mi interior… es que sí, como dice la canción, es el primero que puso a mil mi corazón. Así comenzó mi romance eterno con Luis Miguel.

Lo escuchaba en la radio, en el walkman y lo miraba en cuanto programa se presentaba, había logrado cautivarme por completo y para siempre.

En aquellos tiempos mis padres se estaban separando y, entre otras cuestiones, en mi casa la situación económica no era la de siempre; recuerdo que guardaba diariamente el dinero que me daba mi mamá y mi abuela para comprar alguna golosina en el kiosco de la escuela, para luego adquirir cuanta revista, poster o edición especial saliera sobre mi Rey. Así logré tener mi atesorada Luismiteca (como la apodé de niña), a la que se le fueron sumando VHS, un rompecabezas que me regalaron -entre otras cosas- y cassettes, los que luego iría reemplazando por CD’s.

Entusiasmada busqué un club de fans y encontré a “Tengo Todo excepto a Ti”, pero por mi corta edad no pude participar como hubiese querido y me alejé. Ahora formo parte del “Club Oficial Luis Miguel Nuestro Sol” al cual me siento muy orgullosa de pertenecer.

Luis Miguel siempre ha sido muy querido en Argentina, logrando llenar estadios con millones de fans que morían por verlo y yo… también, pero la verdad es que mis padres no me dejaron ir a los conciertos por temor, pero igual me las ingeniaba y, en compañía de algún cómplice, iba a escucharlo desde afuera; créanme que era tan feliz como si hubiera estado en primera fila. Obviamente que, después de cada concierto, esperaba que lo transmitieran por la televisión para poder grabarlo y eso me llenaba de dicha.

Entrando en la secundaria revestí todas mis carpetas con fotos de Luis Miguel y sus carátulas no podían faltar, como tampoco las bromas -motivo de discusión con todos mis compañeros varones, quienes hoy me recuerdan como “Gisele, la de Luis Miguel”. En septiembre se organizó la elección de la Reina de la Primavera, el premio era un ramo de flores y 2 discos a elección, así que fui la primera en correr a la preceptoría para anotarme en dicho concurso. Mi única meta: completar

mis discos de Luis Miguel, y lo gané! Al otro día llegué a la tienda de discos y compré “Luis Miguel 20 Años” y “Luis Miguel Un Sol”, estaba tan pero tan feliz que los escuché una y otra vez; hasta en mi estudio me acompañaba.

Al lanzar “Romance”, confieso que morí de amor cuando lo vi como siempre lo había soñado, como novio en el altar y con su impecable traje negro. Este fue uno de los discos más importantes de su carrera y para mi sorpresa, ya no era la única fan en mi familia sino que mi abuela se había convertido en una. Quedó encantada al escuchar “No sé tú” y no es para menos, teniendo esa voz y esa manera tan especial y única de interpretar los boleros, la que debo admitir que me derrite. Eso desató en mí una alegría inmensa, tanto así, que le obsequié a mi abuela ese cassette. Cada vez que escucho esas canciones recuerdo aquellas tardes tomando mate, frente a un gran ventanal con vista al parque, y de fondo la voz de mi amor eterno, Luis Miguel. Hoy, con mis 31 años, al escuchar “Romance” y “Balada para mi abuela”, llorar es inevitable… ustedes entenderán el por qué.

Posteriormente las vueltas de la vida me llevaron a vivir en Miami, Usa, y un día me sorprendió la noticia de que Luis Miguel se presentaría en el American Airlines Arena, lugar donde me reencontré con él y pude constatar que mi delirio seguía intacto.

En el año 2010, Luis Miguel, regresa una vez más a Argentina con “Labios de Miel” y se presenta en el estadio Vélez Sarsfield. En esa época me encontraba embarazada de mi segunda hija, Fátima, con una gran panza y con todos los malestares propios de ese estado, lo que me imposibilitó viajar hacia Buenos Aires a verlo. Una de esas mañanas corrió inesperadamente la noticia de que el Rey se iba a presentar en mi ciudad, y mi tristeza fue aún mayor porque a pesar de ello, en esa gira, el Sol no saldría para mí.

Continué aguardando por la próxima cita y créanme que  la espera valió la pena. Luis Miguel llega a Argentina con su “The Hits Tour 2012”, presentándose esta vez en el estadio GEBA, y como si fuera un sueño, no podía creer que lo vería el día 16 de octubre. Viajé con mi hija desde Mar del Plata, ciudad donde vivo en Argentina, con una alegría tan grande cual nueva compra para mi Luismiteca. Fue un día gris, lluvioso, pero soleado en mi interior y ahora sí… absolutamente nada me detendría para volver a verlo. Mojada por completo y con el corazón latiendo a mil lo vi entre las gotas de lluvia; ahí estaba en su mejor lugar, el escenario, este hombre hermoso por naturaleza, dotado con unos ojos que brillan en una mirada cautivante, con un porte tan varonil y resaltado por un impecable traje negro. Al tenerlo tan cerca, la ilusión de poder tocarlo fue cada vez mayor y hasta creí por un momento poder hacerlo, aunque no lo logré.

Canté y me emocioné con cada canción pero cuando interrumpió la interpretación de “Te Necesito” -emocionado por nosotras-, y comenzó a dar la mano, tomar las flores que le obsequiaban y a pronunciar “Son increíbles, increíbles… ¡qué maravilla! Ustedes han cambiado mi vida” fue inevitable no romper en llanto. Amo estas actitudes, ¡No cambies nunca Luis Miguel!  

Esto me bastó para convencerme, una vez más, que es un ser muy especial para mí, al cual admiro por dedicar toda su vida a la carrera, dueño de un gran talento, profesionalismo y una voz tan especial que al cantar, en cada canción, refleja el alma.

Algunas personas no comprenden por qué lo sigo desde mis 9 años, obviamente no sólo por lo relatado anteriormente sino también porque estuvo y estará siempre presente en momentos muy importantes de mi existencia, como así también recordándome a personas que nunca olvidaré.

Luis Miguel, toda la vida te amaré y seré tu incondicional a pesar de que sólo sea una fan más y ni siquiera sepas de mi existir. Deseo profundamente que seas feliz y de la manera en que decidas serlo.

En la vida uno va concluyendo etapas, logrando sueños -amigos, familia, hijos…- y entre otros tantos que espero realizar, tengo uno muy importante y por el cual haré hasta lo imposible por lograr: deseo llegar a conocerte mi Sol, sé que es muy difícil pero, como tú alguna vez dijiste, “Sueña que no existen fronteras…”

Gisele Alvarez

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