Luis Miguel, un amor cada día más cercano

Maria Eugenia Cabral
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Luis Miguel una vez más está haciendo historia con su The Hits Tour, demostrando al mundo entero que sigue siendo el Rey.

Las primeras 8 presentaciones, de su serie de conciertos en México, fueron a lleno total y lo que se vivió en cada una de ellas ha sido una fiesta. Hemos visto imágenes que demuestran fehacientemente la algarabía y felicidad de los asistentes -no hubo noche en que no observáramos a todo el auditorio de pie bailando, vibrando y coreando las canciones- como así también la conexión tan especial que existe entre El Sol de México con sus fans.

Luis Miguel es uno de los pocos artistas que se anima al contacto directo con su público, algo que valoramos entrañablemente y que nunca dejaremos de agradecerle. Es asombroso como puede hacer absolutamente todo a la vez: es capaz de sostener el micrófono, el aparatito de su retorno, los innumerables ramos de flores que le obsequian y como si esto fuera poco, canta y reparte apretones de manos a todo el mundo. Lo realmente digno de destacar es que no se llevan estos recuerdos solamente los fans que están en las primeras filas, sino que él se preocupa por llegar a lugares impensados ¿qué fan iba a imaginar darle la mano estando en el balcón del Auditorio Nacional? pues creo no errarle si digo que ninguno contempló esta posibilidad; pero Luis Miguel se encargó de llegar como pudo hasta allá, logrando sorprender a los fans de ese sector que no podían creer tener a su ídolo de la mano. No es la primera vez que lo vemos treparse desafiando las alturas con tal de llegar a sus fans, esto es algo cotidiano, cuando él se da cuenta que no puede tener ese contacto directo que tanto gozamos -tanto él como nosotros- se las ingenia para soslayar los obstáculos y los únicos preocupados por esta circunstancia son las personas encargadas de su seguridad personal, quienes deben procurar que en esta hazaña no salga dañado. Claramente quiere cercanía con su público, prueba de ello fue su pedido especial en Argentina de que retiraran una valla para permitir que llegáramos más fácil hasta él en la cena de gala. 

A nuestro Rey nada lo acobarda a la hora de disfrutar de sus fans, ni siquiera el salir lastimado, muchas veces lo he visto con gotitas de sangre en sus manos producto de fuertes rasguños a

consecuencia de la euforia que provoca el poder tocarlo y esta vez México no fue la excepción. Hay algunas privilegiadas que se han hecho acreedoras del premio mayor durante un concierto: han logrado un beso suyo. Una de las afortunadas ha sido mi querida amiga Marthita Codó, a quien Miky besó en el primer concierto de esta nueva gira, tarea más que complicada por cierto ya que le fue muy difícil llegar hasta ella, pero tuvo un gesto admirable que lo engrandece: se arrodilló y lo consiguió. Por esto y tantas cosas lo admiro y cada día estoy más orgullosa de él.

Tampoco lo intimida sentirse enfermo a la hora de brindar lo mejor a su público, es tan profesional que sintiéndose mal se exige al máximo para no dejar a la audiencia con las ganas de verlo el día previsto. Esto sucedió en la ciudad de Pachuca donde, para colmo de males, el clima no lo acompañó porque la noche se presentó con temperaturas muy bajas. Los fans nos relataron que tosía mucho y que se lo veía enfermito, por ello su vestimenta inusual que constó de un sobretodo negro que lo abrigó del frio. Confieso que morí de amor al verlo con este vestuario al que no estamos acostumbrados y sentí ganas de apapacharlo y de brindarle los cuidados intensivos necesarios para que se recupere pronto. Pero es Luis Miguel señoras y señores ¿ustedes pensaron que al otro día -que también tenía show- iba a estar mal? si así lo hicieron no conocen al Rey, pues no sólo es la mejor voz del universo sino que es el ser más profesional, dedicado y comprometido sobre la faz de la tierra, razón que  lo llevó a dar un conciertazo que dejó maravillados a todos y con ganas de más.

A pesar de que muchos fans no estamos físicamente en México pero nos sentimos un poquito ahí -a través de la propuesta del staff de Luis Miguel de twittear con un Hashtag determinado cada noche y que nuestros tweets salgan en las pantallas gigantes del emblemático Auditorio Nacional- no puedo dejar de extrañarlo y de anhelar estar a su lado acompañándolo. Me sorprende constatar que esta sensación no sólo la experimento yo sino la gran mayoría de los fans, cada día se nos hace más difícil no tenerlo cerca, no poder disfrutar de su presencia todo lo que quisiéramos en vivo y en directo, creo que esto también es parte de su magia.

Hoy les quiero compartir la historia de una fan de España, a quien quiero que conozcan como así también la anécdota que tiene junto a nuestro Sol, los dejo en su compañía:

Ante todo me presento, soy Flor de Sevilla -Andalucía, España.

Orgullosamente puedo decir que soy fan de Luis Miguel desde que empezó su carrera como cantante.

Recuerdo que un día lo vi por televisión aquí en España en un programa que conducía un

presentador llamado José María Iñigo, el que por cierto he intentado conseguir ya que fue su primera aparición en TV en mi país, y por más que he escrito a TVE no he logrado dar con él.

Aquí en esa época -1982- solo había dos cadenas de TV y en ese programa Luis Miguel, que tenía el pelo largo y rubio, salió junto a su padre. Ese inolvidable momento en que lo descubrí estaba sentada en el sofá de mi casa, tenía unos 12 años, y quedé fascinada con ese muchacho.

Por aquel entonces todavía era una niña y al no escucharse mucho su música aquí, aún no ocupaba del todo mi corazón. Ya cuando lanzó “Un hombre busca a una mujer” fue el primer disco que me compró mi abuela (de vinilo) -que en la gloria esté- y fue un regalo que me hizo muy feliz. Al escucharlo la gente no dejaba de preguntarme quien era ese cantante, ya que aquí era muy poco conocido en esos tiempos, a lo que les respondía que era un gran artista mexicano.

Por el año 1992, luego de lanzar los discos de boleros, fue cuando lo vi por primera vez en vivo en la Expo 92, estaba tan emocionada que a partir de ese momento lo sigo con más fuerza con sus nuevos discos y con sus conciertos.

En el año 1999 fue cuando vino otra vez aquí a mi querida Sevilla con el tour “Amarte es un placer” y lo vi dos veces, primero aquí en mi ciudad y luego me fui con una chica de un club de fans a Madrid, lugar donde transité uno de los días más emocionantes de mi vida. Les cuento, ese día llegamos a Madrid sobre el mediodía a eso de las 3 de la tarde con las chicas del club, fuimos en un autobús desde Sevilla, un viaje súper largo de muchas horas. Al llegar nos dispusimos a hacer la cola como todas y alrededor de las 7 de la tarde vino el presidente del club, que en ese momento era Marco -un encanto de chico por cierto- y nos dijo que fuéramos por la puerta de atrás que quizás tendríamos suerte de ver salir a Luis Miguel, por supuesto que no lo pensamos demasiado y salimos corriendo al lugar. Recuerdo que había muchas chicas allí esperando a que saliera y de repente sale un coche negro y avanza hacia el sitio donde estábamos, para mi sorpresa y la de todos en el lugar, se abre la ventanilla y el Rey nos sonríe. Juro que en ese momento no supe qué hacer, si reír, llorar, fue algo impresionante. Pude cumplir mi sueño de ver a Luis Miguel cara a cara, y qué mejor regalo que su sonrisa ¿no?

Esa foto que circula en Internet, en la que Luismi está sonriendo con la ventanilla baja, es la que captó el momento que les relato, yo estaba justo ahí enfrente, luego el coche avanzó y nosotras salimos corriendo hacia la cola para poder ingresar al estadio porque estaban abriendo las puertas. Esa tarde-noche me puse en primera fila para poder verlo más de cerca y él no dejaba de sonreír, no sé si fue mi imaginación pero tuve la sensación de que me cantó “Somos novios”, pues no apartaba su mirada de la mía ¡imagínense! fue el día más bonito de mi vida.

Tengo otra anécdota que quiero compartirles, esta ha sido en la última gira por España cuando actuó en Sevilla en mayo de 2012, fue una experiencia muy bella también. Ustedes saben que él acostumbra a saludar de mano a sus fans y al estar pegada al escenario en esta ocasión tuve el

privilegio de estrechar su mano (bueno, casi). Si vieran los esfuerzos que hizo para tratar de alcanzarme, luchó y luchó hasta que logró rozar sus dedos con los míos, fue algo indescriptible lo que sentí ¡Al fin pude tocar a mi ídolo!

Antes de finalizar quiero aprovechar la oportunidad de mandar un beso fuerte a mis amigas LuisMigueleras, sobre todo a mi gran amiga Montse “Mikado” por ser mi amiga para siempre y a Cheila Cristina, a quienes conocí en los foros dedicados a Luis Miguel. Gracias por compartir esta pasión conmigo.

Flor Iglesias Domínguez

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