Diferentes generaciones eligen la música de Luis Miguel como un canal conductor de sus emociones emociones

Maria Eugenia Cabral
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24 de julio de 2012

Si hay algo que no deja de sorprenderme es la virtud con la que cuenta Luis Miguel de haber conquistado a un público amplio. No importa la clase social, ni la edad, ni el idioma del receptor, todos caemos rendidos ante la invitación que nos hace Luis Miguel, a conectarnos con nuestro ser interior, cada vez que lo escuchamos cantar. Dueño de una cualidad poco frecuente entre los dones que Dios le obsequió: tiene el poder de establecer una conexión entre su alma y la nuestra.

En los días que corren existen nuevos cantantes o grupos musicales  que van dirigidos a un sector específico de la sociedad en cuanto a la edad o a la clase social.

Los cantantes que tienen en su haber una trayectoria, en términos generales, poseen un público acorde a la época en que estos se iniciaron, por ello es que los jóvenes de hoy suelen ver a estos artistas y a sus seguidores como algo pasados de moda.

Lo curioso y realmente admirable es que en los conciertos de Luis Miguel la audiencia se caracteriza por la pluralidad, y todos disfrutan de su voz con la misma intensidad. Para ser su fan no sólo se requiere de una sensibilidad especial, sino que además elijas su música como canal conductor de tus emociones y que los sentimientos sean los grandes protagonistas de tu vida.

Respecto a las diferentes generaciones que escuchan a Luis Miguel, quiero contarles que hace unos días falleció el papá de la esposa de un amigo, y casualmente él se quedó con el auto de su suegro. Conociéndome, mi amigo no pudo dejar de contarme algo extraordinario y que llegó a conmoverme. Me transmitió su emoción y sorpresa ante el hallazgo de un CD, en el estéreo del automóvil, que delataba lo último que había escuchado su suegro antes de dejar este mundo: la voz de Luis Miguel. También agregó a su relato que este señor siempre decía que, a pesar de ser una persona de edad avanzada y que quizás muchos podrían aseverar que disfrutaba de otro tipo de música, él admiraba a Luis Miguel y afirmaba que era una de las mejores voces del planeta.

Tanto este testimonio como la historia que vamos a conocer hoy, confirman lo que acabo de exponer anteriormente y no dejan de ser una prueba más de lo que observo cuando asisto a los shows.

Ningún obstáculo nos detiene a la hora de ser fan de Luis Miguel y de atrevernos a vivir esta pasión al máximo:

Como poder explicar esa cantidad de sentimientos que fluyen de mi corazón con tan solo oír esa voz inconfundible. Lo vivo como un cuento, ya que siento por un instante como si me sacaran de este mundo y me sentaran en una nube. Uf! ni toda la tinta del universo ni los papeles podrían saciar mi necesidad de expresarme, si de ti se trata.

Mi Nombre es Catalina Gutiérrez y tengo 17 años. Para comenzar debo decir que la música aparte de ser una necesidad para mi espíritu se ha transformado en mi mejor amiga, aunque tengo muchos amigos esta es distinta, pues me acompaña a cada hora, minuto, segundo y a diario. Ella le entrega a mi vida una alegría infinita, implacable, que se acumula en mi corazón y está guardada como el tesoro más valioso que tengo, por cierto, un tesoro muy generoso que todos los días saca parte de su magia para entregarla a mi alma. Es así como se apodera de la sonrisa que muestro a diario y que no está dispuesta a palidecer jamás, ante nada ni nadie, pues con mucho orgullo digo que la música es el espejo que muestra mi imagen interna al mundo sensible.

Luis Miguel, que difícil es explicar lo que significa esta mezcla de letras para mí. Crecí escuchando su música tras las paredes de mi hogar, fue el fanatismo de mi hermana mayor Carolina que me fue contagiando con su amor y admiración por este gran artista.

Cuando tenía unos 8 o 9 años ya cantaba sus canciones en esos tiempos del álbum “33’’. Un poco más grande, a mis 12 años, terminé por consolidar mi fanatismo cuando comencé a retroceder en su discografía, mi hermana la tenia completa hasta ese momento.

Comencé a escuchar “Amarte Es Un Placer’’, “El Concierto’”, “Aries’’, desde ahí en adelante mi admiración por Luis Miguel fue grande y aprendí las canciones de todos sus álbumes desde sus comienzos. Así fui siguiendo cada paso de Luis Miguel junto a mi hermana. Me llevó poco tiempo descubrir su discografía completa y mi deseo por conocerlo y poder asistir a un concierto se hacia fuerte.

Tenía 13 años, en el año 2008, cuando llegó a mí la noticia de que Luis Miguel iniciaba nueva gira: Cómplices Tour. Les dije a mis papas que quería ir a su concierto para poder conocerlo, mirarlo aunque sea unos segundos, pero lamentablemente ese año mi sueño no se pudo cumplir por que mi hermana estaba ocupada con la Universidad y por ende no tuve con quien concurrir al evento. Sola era imposible que fuera,  era una niña, y les juro que me sentí muy triste de no poder concretar mi anhelo.

En el 2010, a mis 15 años, con el Tour “Labios De Miel’’ Luis Miguel confirma 4 Fechas en Santiago. Hasta el último minuto estaba convencida de que nuevamente no concretaría mi anhelo porque las entradas no estaban a mi alcance. Según mi mamá, yo estaba muy triste y veía por televisión (el día del primer concierto) la felicidad de las fanáticas esperando por entrar al recinto, momento en que mi tristeza aumentó y me fue imposible no llorar. Me fui a mi habitación, no pude contener el dolor que me ocasionaba el no poder cumplir mi sueño una vez más. El día del segundo concierto en Chile viví lo mismo, veía por la televisión a las fans felices por estar a minutos de estar con Luis Miguel y no pude contener las lágrimas que invadieron mi rostro y corrí a refugiarme a mi cuarto. Transcurrieron unas horas para que mi mamá decidiera darme la gran sorpresa: la entrada para el sábado 20 de noviembre estaba comprada para mí y para mi hermana, y no sólo eso, era una entrada VIP. Mi felicidad no daba para más, quiero que ustedes recuerden y traten de entender ese sentimiento de felicidad tan profundo que sintieron al momento de saber que irían a ver a Luis Miguel por primera vez; ahora sí lloraba pero de emoción. Mi mamá tenía planeado darme la sorpresa el mismo día del concierto, pero al verme tan triste no encontró otra salida que contarme. Estaba tan feliz! desde ese jueves hasta el día sábado la espera se hizo insoportable, eterna, estaba muy ansiosa por cumplir mi gran anhelo. Había sólo un detalle, las entradas no eran numeradas por lo que debía ser de las primeras en llegar al lugar para así quedar justo en la fila uno, ya a esas alturas no me importaba nada, haría lo imposible por conseguirlo y así fue, ese día partí en el primer bus a Santiago.

Llegamos al Movistar Arena a las 6:30 AM con mi hermana y estaba feliz ya que sólo había una persona antes que nosotras. Esa hora fue perfecta para la llegada, porque a eso de las 10 de la mañana las afueras del recinto estabas abarrotadas de gente que quería obtener la mejor ubicación.

La espera se me pasó volando, durante toda la mañana y la tarde, entre las fans, no nos faltaba el tema de conversación que obviamente era Luis Miguel. A eso de las seis de la tarde los guardias comenzaron a prepararse para dejarnos entrar al lugar. Nunca olvidaré lo que nos dijo la niña que estaba en el control donde sacaban la primera parte de los tickets “ya les corté la primera parte a sus tickets, cuando den la señal sólo corran’’. Abrieron las puertas y no se cómo, de un instante a otro, estaba ahí en la ansiada y esperada fila uno, en el centro del escenario, junto a mi hermana. Mi emoción era indescriptible, a mis 15 años esperaba por primera vez que comenzara el concierto de Luis Miguel y en la primera fila.

Estaba a minutos de que comenzara mi sueño, los músicos salieron a ensayar un ratito antes y quien les escribe estaba en las nubes, era imposible contener las lágrimas. Al fin se apagaron las luces y todo comenzó, estaba en el cielo junto a mi hermana cuando salió Luis Miguel por el lado derecho del escenario saludando a su público como de costumbre. Comenzó con “Te propongo esta noche’’, y yo, no podía contener la emoción de tenerlo enfrente, era algo que no podía controlar, fue increíble la sensación de ver que Luis Miguel fijaba su mirada en mí y me regalaba una hermosa sonrisa al verme llorar. Le dije en varias ocasiones “Te Quiero’’ a lo cual respondió con una hermosa sonrisa.  Al final del concierto cuando escuche “Labios de Miel’’ se apoderó de mí un sentimiento extraño, pues mi sueño estaba llegando a su fin. Luego Miky comenzó a lanzar sus recuerdos y como broche de oro tiro una pelota que suavemente cayó en mis brazos, luego se despidió de su público para finalizar el concierto. No podía estar más feliz por lo que acababa de vivir, fue ahí donde le dije a mi hermana “al fin mi sueño se ha cumplido”.

A fines del año pasado, cuando me enteré de la hermosa noticia de que Luis Miguel estaba confirmado para el Festival de Viña Del Mar, me emocioné mucho por su regreso a este escenario luego de 18 años de ausencia. Esta fue la segunda vez que he podido ver a Luis Miguel, y también me tocó sufrir porque se agotaron las entradas en menos de 6 horas y no alcancé a comprar una. En fin, logre comprar una entrada en reventa, no fue la mejor ubicación que hubiese querido pero lo que importaba era estar ahí. Esta vez fue muy diferente, asistí junto a mi amigo LuisMiguelero Justin Brevis, su mamá y su prima. Fui más relajada,  disfruté y me emocioné mucho con los premios que recibió Luis Miguel como esa histórica Gaviota De Platino y las Llaves de la ciudad de Viña Del Mar, lo que hace que cada día esté más orgullosa de ser su fan y así será por siempre.

Luego del  Tour Labios de Miel comencé a hacer hermosas amistades entre fans de varios países, amistades que no dejaría por nada del mundo. Han sido importantes por muchas razones porque antes de esto, a excepción de mi hermana Carolina, no contaba con nadie mas que comprendiera mis sentimientos hacia Luis Miguel, vivía en carne propia la empatía por parte de la mayoría de los jóvenes de mi edad que ven a Luis Miguel con ojos de lejanía e incluso de algo aún más injusto, con ojos de antigüedad.

Me he dado cuenta que no hay amor más sincero que el de una fan, sacamos uñas y garras cuando nos critican al artista que queremos y admiramos. Somos capaces de pasarnos horas escuchando sus canciones y viendo videos, sin miedo a lo que diga el resto de la gente llenamos las páginas en las redes sociales con sus fotos y videos, nos emocionamos con el más ligero pensamiento que tenga que ver con él. Estoy agradecida de la vida por regalarme una razón tan especial para vivir con alegría. No perdamos esta linda pasión de vida que es ser fan, yo lo vivo cada día y es lo que me llena el alma, ¡Te quiero mucho Luis Miguel!


Sin más que decir quiero agradecer infinitamente a María Eugenia Cabral por esta hermosa oportunidad.

Catalina Gutiérrez Núñez.

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