Terapia de Sol

Maria Eugenia Cabral
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En éstos tiempos que corren, donde el stress está a la orden del día debido a múltiples problemas que acarrea el vivir para trabajar (y no “trabajar para vivir”), es cuando nos vemos en la necesidad de volcarnos a terapias alternativas, que nos devuelvan la paz que hemos perdido, que anhelamos y que nos lleven a conectarnos con nuestro interior, que tan olvidado lo tenemos.

He oído hablar de múltiples terapias no tradicionales, que nada tienen que ver con la medicina occidental. Algunas hacen referencia a plantas o hierbas con poderes curativos, otras a diferentes aromas como la “aromaterapia”, otras se valen de animales (delfines, caballos, perros), y las hay hasta de sonidos, por citar algunos ejemplos. De ésta última justamente es de la que quiero explayarme.

Con la terapia de sonidos, se pudo comprobar que éstos tienen ciertas frecuencias que alteran la vibración espiritual de las personas, ayudándolas en su crecimiento interior, promoviendo así su bienestar.

Investigué un poquito a esta terapia fascinante y he aquí los resultados:
Nota DO: frecuencia para liberar el miedo y la culpa.
Nota RE: frecuencia que facilita el cambio y deshace situaciones que
provocan estancamiento.
Nota MI: frecuencia que resuena en el corazón, es la del amor.
Nota FA: frecuencia que facilita la conexión y relación entre las
Personas.
Nota Sol: frecuencia que despierta la intuición.
Nota LA: frecuencia para volver al orden espiritual.

Al momento de transcribir el significado de la Nota “Mi” una sola imagen ocupo mi mente, Luis Miguel. Ya dejé más que claro en mis otras columnas, que su música me llena el alma, logra transportarme a un lugar donde todo es felicidad, y es por eso que hoy puedo afirmar que él es mi terapia. Y no sólo yo soy dueña de ése sentimiento, he hablado con muchas personas a lo largo de los años, y todas han coincidido en que su música es la mejor terapia que existe.
Una y mil veces me he hecho y me seguiré haciendo la misma pregunta: Luis Miguel será consciente de que su música no sólo enamora a parejas, o es testigo de un amor, fiel compañero de muchas soledades sino que sana muchos corazones abatidos?

Más de una vez, me ha invadido la tristeza, por múltiples motivos, y automáticamente pienso en que la vida es una sola, que debemos sonreír a los problemas, tirar hacia delante, entonces recurro a mi terapia:
Primer paso: tomar uno de los discos de Luis Miguel.
Segundo paso: elegir algún up tempo, de ésos que suenan con muchos metales, que harían bailar hasta las piedras.
Tercer paso: volumen muy alto de los parlantes.
Cuarto y último paso: disfrutar al máximo de la mejor música para mis oídos y para mi corazón.

Situación muy distinta es cuando he tenido algún mal de amores: busco mi mp3, agarro los auriculares, selecciono alguno de mis temas preferidos para ése momento, como “Dormir Contigo” o “Un te amo” (también recurro a un volumen considerablemente alto) cierro los ojos e imagino que Luis Miguel me está cantando al oído. Ufff… si tuviera que describir con palabras ése momento! creo que es prácticamente imposible, porque mi imaginación vuela, y no sólo me lo imagino cantándome al oído, sino también, bailando agarrado muy fuerte a mi cintura. Imagínense la situación, que cosa más linda es soñar despierta, ¿no? ¡Quién no lo ha hecho más de un centenar de veces!

Hablando de terapias también, recuerdo hace unos años concurrir a una psicóloga para que me ayudara en una difícil decisión que tenía que tomar en aquellos momentos, ella se bastó de tan sólo un minuto en la primera sesión, para darse cuenta de éste fanatismo-amor que tenía hacia Luis Miguel (ya les contaré cómo fue que al instante de ingresar al consultorio llegó a esta conclusión, en una columna futura que dedicaré exclusivamente a este detallito).

Desde ése día, cada sesión que teníamos la finalizábamos hablando de Luis Miguel, todos los caminos “No conducían a Roma”, sino que al mismísimo Luis Miguel. Cada problema o situación que yo le comentaba, ella traía a Miky a la conversación, pero no de buena manera, todo lo contrario, quería hacerme ver que yo estaba equivocada, que en mi vida Luis Miguel no podía tener un papel tan importante y que no podía tomarlo como casi un miembro más de mi familia. Yo creo que ella pensó que mi fanatismo era una enfermedad, y se dio contra la pared porque yo tenía muy en claro las cosas; si de algo no me quería curar era justamente de ésa supuesta enfermedad que ella pensaba que yo padecía. Porque simplemente, Luis Miguel me hace bien, porque su música es mi terapia. Además debo confesar, que como complemento a la terapia musical, realizo con frecuencia terapia grupal (gracias a Miky he conocido hermosas personas, así que nos reunimos, hablamos de las últimas noticias referidas a nuestro querido Luis Miguel, escuchamos su música, vemos sus shows en dvd’s) realmente la pasamos sensacional, extremadamente recomendable!

También cada tanto realizamos terapias multitudinarias, donde gozamos de la presencia y de los dones de este magnífico terapeuta – nuestro sol-, y donde no sólo nuestros oídos son hipnotizados por el dulzor de su voz, sino que se vale de otros recursos que completan finalmente la terapia, momento en el cual acapara todos nuestros sentidos. Se vale de miradas directas, profundas, de ésas que te dejan sin aliento, que te acarician el alma y que por ende, logran arrebatarte una lágrima cargada de emociones múltiples. También recurre al contacto físico con un apretón muy fuerte de mano -aunque algunas muy afortunadas logran robarle un beso-, que te hace temblar de pies a cabeza, logrando que pierdas la conciencia del tiempo y del espacio en tan sólo esos pocos segundos. En fin, es el único capaz de conectarnos con nuestra mente, alma y espíritu.

Tantas veces he leído a los columnistas y periodistas criticarlo, pedirle a Luis Miguel que cambie, que deje de cantar las mismas canciones. ¿Acaso no entienden que sus fans lo amamos tal como es? ¿Que estamos más que orgullosas porque a través del tiempo no se dejó contagiar por lo comercial, por lo que está de moda, y porque además defiende el romanticismo y su idioma?

Ojalá muchos en vez de criticarlo, pudieran reconocer que Luis Miguel perdura en el tiempo y en el lugar que está por lo que es: El mejor cantante latino de todos los tiempos, con un profesionalismo nunca visto, perfeccionista con lo que hace hasta el extremo y con una entrega total a su público.

Agradezco a Dios haber nacido en este tiempo, para poder disfrutar de éste ser único e irrepetible.

Por todo lo confesado anteriormente recomiendo: terapia de “SOL” todos los días (de ser posible en repetidas oportunidades) para lograr esa paz interior que tanto deseamos, conectarnos con lo más íntimo de nuestro ser y sentirnos plenamente felices.

Euge Cabral

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