Gracias Martha Codó

Maria Eugenia Cabral
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Muy buen miércoles a todos, antes de ceder la palabra a los integrantes del club oficial de fans “Contigo a la distancia”, como parte de esta serie de homenajes a nuestra querida Martha Codó, deseo compartir una noticia e invitación. Resulta que finalmente decidí crear una página web dedicada a centrar todas mis columnas, y la información que vaya surgiendo respecto a Luis Miguel. En este nuevo espacio no solo encontrarán desde mi primera publicación en Sexenio, allá por abril de 2011, sino también todas las producciones gráficas y audiovisuales que llevé a cabo. También hallarán un apartado dedicado a él, con mucha información para aquellos internautas que no lo conozcan demasiado, y uno especialmente creado para los fans, donde podremos interactuar y disfrutar de esta pasión que nos une. Espero hagan suyo este espacio cuya finalidad es enaltecer, acompañar, y apoyar la carrera de este gran artista, y compartir esta forma de vivir.

Los invito a visitar el sitio en www.diariodeunafan.com, deseando que me puedan hacer llegar las sugerencias que crean necesarias.

Ahora sí, los dejo en compañía de los integrantes del club de Marthita:

Conocí a Martha a mediados del mes de febrero de 2004, estando en el lobby del hotel Presidente Chapultepec (Intercontinental hoy en día), cuando la escuché platicar con otras fans de Estados Unidos y México, mientras yo esperaba a unas amigas españolas. Al oírlas que platicaban de Luis Miguel me acerqué y nos presentamos. Comentamos, entre otras cosas, las noticias sobre la gira y el posible listado de canciones que podrían estar en el repertorio. De ahí partimos juntas hacia al concierto en el Auditorio Nacional, el que formaba parte de su gira “33”. A partir de ese momento nació una amistad que perduró hasta la actualidad y, aunque ella ya no esté, estará presente por siempre en mi corazón.

Imagino que la mayoría de los lectores estarán interesados en conocer anécdotas relacionadas con Luis Miguel, como cuando lo encontramos en Las Vegas después de ir a un concierto de Celine Dion, o cuando ella se lo topó en el elevador de un prestigioso hotel en Ciudad de México. Pero ambas vivencias han sido contadas numerosas veces, por lo que me gustaría mostrar algo más de Martha, no solo su amor por Luis Miguel. Por ejemplo, ella quería mucho a los músicos de Luis, quienes siempre han sido amables y cariñosos cuando íbamos a eventos donde actuaban como ‘No Pals’, nombre de su banda, o como solistas. Excelentes artistas que también cuentan con numerosos fans, pues escucharlos es un verdadero deleite para los oírlos, sobre todo en el género Jazz que tanto disfruto.

Tengo muchas experiencias capaces de demostrar el gran sentido del humor de Marthita, cualidad que hacía mucho más deliciosa la plática sobre cualquier tema. Cómo olvidar aquellos días en que nos encontramos con Juani y María José en Madrid, donde disfrutamos de la ciudad y de las bromas de Martha acerca del hombre araña en la Plaza Mayor. Tiempo en que fuimos a la audiencia con el Rey, oímos cantar maravillosamente a una mujer en un antro, pero, sobre todo, momento en el que nos reunimos con el maestro Juan Carlos Calderón para escuchar sus anécdotas respecto a ser compositor y conocer a Luis Miguel.

En México recuerdo la infinidad de peripecias enfrentadas para conseguir boletos, como llegar en la madrugada para hacer fila en el Auditorio Nacional, e incluso muchas veces desde la noche anterior. Cantar en un concierto de los “Ruquitos del rock”, y reunirnos con otras fans en el Karisma después de disfrutar a ‘El Sol’. Imposible olvidar las veces que entrábamos a un concierto y ocurría algo inusual, que hasta Luis Miguel se reía y la embromaba.

Disfrutar juntas a Barbra Streisand en Nueva York, y que nos callaran por cantar con ella. Meternos a un bar a las 11 a.m., y perseguir a Santa Claus, renos, árboles y regalos, además de bailar con ellos. Conocer a Donald Trump y que, gracias a Dios, no saliera la fotografía que les tomé, pues hace 2 años ella también lo agradeció.

Recordar al taxista que le ofreció la luna y las estrellas con su hija de testigo, situación que nos tentó de risa a María José y a mí, ante la expresión de aquella hija escuchando el cortejo a su madre. Que nos pillaran en el metro opinando por el aspecto de los hombres que viajaban en el vagón, y que cómplicemente se unieran todas las mujeres que estaban ahí.

Marthita algunas veces era despistada y nula para la tecnología, pero era una persona feliz, bromista, simpática, noble, amorosa y empática. En todo este tiempo que la conocí tuve la dicha de compartir con ella cada semana cuando íbamos a comer, al cine, a realizar trámites o a eventos, y créanme que nunca la vi dirigirse a nadie en forma despectiva o grosera, ni siquiera de algunas personas envidiosas.

Doy gracias por haberla conocido y disfrutado de los momentos que pasamos juntas. Ella me enseñó que a esta vida venimos a ser felices y que, si no lo conseguimos, somos los únicos culpables. Que hay que vivir lo mejor posible porque tenemos solo una oportunidad, y que debemos evitar hacerle daño a los demás.

Eva María García.

Marthita Codó no tenía edad porque trataba al joven cual par, y al anciano como si la experiencia le sobrara. Te dejaba ahondar en lo que seguramente conocía a la perfección, pero mostraba sorpresa ante tu explicación. Desenfrenada para correr en busca de Luis Miguel, pero al mismo tiempo ecuánime al estar ya cerca. Así era Marthita, tal vez por eso nos sorprendió su rápida partida, pues un corazón que corría a mil tuvo que hacer un alto, y aunque ya no late se quedó a mil en mi memoria.

Eli Mora Arriaga 

Hoy quisiera compartir esta anécdota con Martha Codó, la que sucedió cuando fuimos a un concierto de Luis Miguel. Él vino hacia nosotras para arrodillarse frente a ella y besar sus manos, e inmediatamente  después tomó las mías durante varios segundos. Cuando me las soltó corrí hacia Martha y, por la emoción, le tomé las manos y se las besé. Ella reaccionó retirándomelas muy molesta y me dijo: “Ya me quitaste el beso de Micky”, expresión que me dio mucha risa mientras ella hacia pucheros. Pero no se asusten, al terminar el concierto las dos reímos a carcajadas al recordar lo sucedido. 

Isabel Santa Ana

Hablar de Martha podría llevarme varias páginas porque era una magnífica persona, pero, resumiendo, agradezco a Dios permitirme conocer a una amiga y ser humano excepcional. La conocí afuera del Auditorio Nacional, pero mucho más a fondo a raíz del comienzo del Proyecto radial de Contigo a la Distancia. Para realizarlo íbamos a su casa cada miércoles, y es ahí donde surgió una bella amistad. Fue así que me permitió conocer su colección de tesoros Luismigueleros, sus tazas, relojes, su álbum de boletos y las rosas que le obsequió Luis Miguel, entre mil cosas más.  Una de las anécdotas que puedo contar es que el día de mi boda Marthita tuvo un percance con su auto y, a pesar de que vivimos súper lejos, aquello no la detuvo para llegar a compartir conmigo un día tan especial. Definitivamente doy gracias al cielo por haberla conocido.

Adriana Caballero

Marthita fue alguien muy importante en mi vida porque era una persona muy alegre, simpática y buena. Siempre disfruté de sus chistes y anécdotas porque definitivamente contagiaba sus emociones, pero también era especialista en tomarse momentos para escucharte. Cuando contaba alguna anécdota sentías que estabas ahí con ella, y el mejor regalo que pudo hacerme es haberme brindado su  amistad. No tuve el privilegio de conocerla personalmente, y aunque era mi propósito para el próximo año no alcancé a darle ni un beso ni un abrazo, momento que sin dudas hubiera sido muy lindo e inolvidable.

Siempre estaré muy agradecida porque por ella estoy, y seguiré estando, en el mejor club de fans. Te prometo amiga de mi alma que trabajaré por mis sueños siguiendo tus consejos, que nunca me rendiré porque algún día lograré conocer a mi gran ídolo Luis Miguel, y ese día estarás a mi lado acompañándome porque era nuestro sueño compartido. Contigo siempre en la distancia Marthita, tu amiga que te quiere con toda su alma.

Liz Rodríguez Soto

Fueron muchas las experiencias junto a Marthita y puedo decirles que, en casi todas mis aventuras con Luis Miguel, ella tuvo que ver de alguna manera. Toda fan sueña con acercarse a él para hacer contacto físico, y ella fue mi ángel de la guarda y cómplice para lograrlo. Le estoy sumamente agradecida por eso, como así también por sus consejos respecto a temas de mi vida personal que me ayudaron tanto. Se me hace muy difícil aceptar que ya no volveré a verla, pero mi corazón siempre la tendrá presente porque atesora cada una de las vivencias que tuvimos juntas. Mantendré por siempre vivo su recuerdo en mí. ¡Gracias por tanto Marthita!

Mónica González

Este es un escrito pequeño donde tal vez no muestre lo mucho que quise a Martha Codó, pero intentaré plasmar ese fuerte sentimiento que me unía a ella. No recuerdo muy bien cuando la conocí, pero sí todas las vivencias que tuvimos juntas. Fue una persona llena de luz que siempre estuvo dispuesta a ayudar a los demás, y esa es una virtud que pocos gozan. No puedo escribir todas las vivencias que tuvimos juntas pues sería un texto bastante largo, pero les aseguro que en todas nos divertimos y fuimos felices. Espero que ahora esté descansando en paz.

Sofía González (hija de Moni)

Martha siempre será un gran recuerdo, un recuerdo vívido y multisensorial. Siempre será esa mujer maravillosa que, en pleno concierto y en medio de una multitud, era admirada por el mejor cantante del mundo, con el mismo amor con el que sólo se mira a una gran cómplice y a una persona muy querida. Y será el recuerdo de un baño de perfume suyo mezclado con el aroma de Luis Miguel, será el abrazo apretado de la amiga generosa y noble, y la visión de la ídola, aquella mujer a quien admiras profundamente por su capacidad de reír, de amar, de disfrutar, y de vivir intensamente. Martha, presidenta, generala, madre superiora… siempre serás un recuerdo de puro amor.

Adriana Durán

Ella siempre dijo que éramos roja y azul, una más pasional y otra más analítica, pues la combinación perfecta. Ha sido un privilegio vivir tan de cerca cosas bellas y maravillosas a través de esta fan, que lejos de ser solo una persona culta y educada era tremenda contadora de chistes y anécdotas.

Me quedo con su ejemplo de que lo imposible siempre es posible, y rodeada por personas que adoptamos más que como amigos, como parte de una gran familia que logramos reunir.

Iniciamos casi al mismo tiempo en este mundo de fans, en eso de conocer personas e interactuar con un mismo sentir, y sin dudas que un mundo de anécdotas sucedieron gracias a tu impulso, las que hoy forman parte de los mejores tiempos de mi vida.

Y por supuesto que no puedo olvidar que fuiste tú quien inició a Luis Miguel en ese ritual de las rosas, esas que tanto anhelamos sus fans. Quien iba a imaginar que la faena de introducir una flor (porque al principio sí que batallamos hasta con el señor de seguridad, el que me siguió por esconder tu flor) para regalársela en tu canción elegida, “Te necesito”, daría pie a que años después nuestro cantante favorito hiciera algo reciproco hacia sus fans.

Tu semilla de amor hacia la humanidad queda sembrada en este club de fans, y por supuesto seguiremos con tu legado. Besos al cielo Martha.

Olivia Hernández Trujillo

Club de Fans Contigo a la Distancia.

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