Tanto tempo procurando meu sonho

Maria Eugenia Cabral
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Septiembre llegó para traernos de vuelta a ‘El Sol’, quien se prepara para eclipsar la ciudad de Las Vegas los próximos días 12, 13, 15 y 16. Los afortunados asistentes ya están dispuestos a dejarse encantar con la luz de su mirada, sorprender y emocionar con las más sentidas interpretaciones, y contagiar por el espíritu festivo que despierta en Luis Miguel las celebraciones patrias de su México querido. Cabe recordar que desde hace 6 años se festeja por partida doble, puesto que las autoridades de Las Vegas proclamaron al 13 de septiembre como “Día de Luis Miguel”. Pero este reconocimiento no solo se vive de una manera especial en la ciudad que nunca duerme ya que, aprovechando las nuevas herramientas tecnológicas, nos unimos a un gran festejo que se produce en forma simultánea en los cuatro puntos cardinales del planeta.

No hay dudas de que a Luis Miguel le encanta disfrutar de los atractivos de esta hermosa ciudad, y que gracias a esas salidas muchos han tenido el privilegio de coincidir y recibir un bonito gesto de su parte. Pero también es real que algunos fans, motivados por la inmensa admiración y cariño que sienten, reaccionan en forma egoísta cuando deciden extralimitarse invadiendo su privacidad hasta el punto de incomodarlo. Traigo a colación este tema porque vivió una situación de estas características el año pasado, y en virtud a esa experiencia me gustaría pensar que no se repetirá porque se tomó conciencia en cuanto a priorizar y respetar sus deseos. Ponerse en modo receptivo y darse la oportunidad de interpretar los gestos de Luis Miguel, los que son muy fáciles de descifrar porque sus ojos lo dicen todo, es la opción más inteligente ¿No creen? Cuidarlo y aceptar su voluntad es quererlo en forma genuina.


En otro orden de cosas deseo felicitar a Luis Miguel por su reciente nominación a los premios “Latin American Music Awards”, en la categoría “Tour Favorito”, nuevo reconocimiento que nos hace sentir más que orgullosos. Telemundo anunció que esta quinta entrega de premios, a realizarse en el Dolby Teathre de Hollywood, California, se transmitirá en vivo el próximo 17 de octubre a las 9 pm. Para aquellos que lo desconocen, quiero contarles que los ganadores de los premios American Music Awards surgen de una votación por parte
de los fans, motivo por el cual les comparto el link en el que podrán efectivizarlo: www.latinamas.com

Por fin llegó el momento de presentarles a quien protagonizará la columna de hoy, relato en el que palpitarán el lazo de cariño que une a Luis Miguel y a los fans de Brasil desde los inicios de su carrera. Dicen que el amor no sabe de idiomas ni de distancias, y este es un claro testimonio de la validez de dicha afirmación: Me llamo Mónica Dresler Leiva Correa, tengo 52 años y vivo en Ribeirão Preto, ciudad del interior del estado de São Paulo en Brasil.

Luis Miguel llegó a mi vida en 1982, y desde ese momento supe que debía luchar por conquistar el sueño de conocerlo. Por aquel entonces había un programa que se llamaba “Viva la Noche”, el que recibió muchas cartas de mi parte con un propósito muy importante: ayudarme a concretar mi gran anhelo. Cuando me abstraía de la realidad, para darle forma a esa fantasía, podía verme entre sus brazos bailando música lenta o cantando junto a él alguna bonita canción.

Una vez, a comienzos del año 1985, mi carta fue leída en voz alta y transmitida a Luis Miguel a través del teléfono, imagínense la emoción de vivir ese momento y la felicidad de escucharlo decir: “Con gusto realizaré su sueño cuando vaya a Brasil”. ¡Cuánta ansiedad! Debía prepararme para dominar mis emociones al momento de asistir al programa cuando visitara el país.

Finalmente anunciaron su presencia para el 21 de abril de ese mismo año, así que de inmediato hablé con mi padre y fuimos en autobús a Sao Paulo. Apunté la dirección del SBT (Sistema Brasilero de Televisión) y nos dirigimos a sus instalaciones, las que de primera instancia no encontramos porque se habían trasladado hacia otro lugar. Por suerte nos informaron que no estaban lejos y decidimos seguir a pie, al llegar (aún de mañana) estaban grabando otro programa llamado “Puerta de la Esperanza”. Nos quedamos presenciando la grabación y luego dispusimos sumarnos a la fila apostada en el exterior del recinto, conformada por un público deseoso por ver a Luis Miguel. Un rato antes de salir había entablado una relación con Roque, colaborador del programa, quien se encargó de tranquilizarme diciéndome que no me preocupara por mi orden en la fila puesto que iba a encargarse de situarme al frente.

“Gugu”, nombre artístico del famoso presentador de televisión don Augusto Liberato, comenzó el programa recibiendo una llamada del mismísimo Luis Miguel informando que no asistiría por respeto al fallecimiento de Tancredo. Resultó que ese mismo día se produjo el deceso de este político brasilero que había sido electo para presidente del país, y el destino acababa arrebatarle la posibilidad de asumir el cargo. Me sentí devastada ante la ausencia de ‘El Sol’, fueron tantas ilusiones esfumadas en un instante que solo atiné a emprender el regreso a casa mucho antes de la finalización de aquel programa.

Siguiendo con la cronología, en 1986 realicé un viaje a Perú para conocer aquel bonito país y visitar a familiares, oportunidad en la que aproveché para comprar todos sus discos. Lograr la colección completa, invaluable tesoro para un fan, fue una gran satisfacción ante la imposibilidad de conseguirla en mi país. En 1988 me casé, con los años llegaron los hijos, y ya no pude asistir a sus conciertos.

Imagínense lo difícil que fue vivir la experiencia de saber que visitaba el país (durante la década del 90) y ver truncadas mis posibilidades de verlo. Pero el amor de una madre todo lo puede, prioricé quedarme con los niños porque eran muy pequeños, y esa decisión me llevó a postergar el gran sueño de asistir a un concierto por primera vez. En 2012, finalmente con mis hijos grandes, supe que Luis Miguel vendría a São Paulo luego de 13 años de ausencia. Fue tal la emoción que fui incapaz de dominar los latidos de mi corazón ante la  felicidad que estaba sintiendo.

Cuando llegó el día no conseguí tomarme un autobús y entré en desesperación, pensaba no solo en los años que había esperado ese momento sino también en la posibilidad de perder un ticket tan costoso, el que había pagado con mucho esfuerzo. Pero al final mi esposo tuvo el detalle de llevarme y esperó en el estacionamiento durante las dos horas de concierto.

Apenas irrumpió en el escenario no podía creer que lo tenía en vivo y en directo, el sonido de su voz y la inigualable experiencia de mirarlo a los ojos me estremecieron por completo, pues todo lo que había soñado se tornaba insignificante ante la realidad que estaba viviendo.

Quisiera contarles que asistí provista de un cojín en el que se podía observar un montaje fotográfico con una imagen de Luis Miguel junto a la mía, en cuyo interior escondí una carta portadora de mis sentimientos. Luego de bailar y cantar abrazada a él se lo lancé al escenario, terminando en manos de su guardaespaldas cuando se lo apropió y se lo llevó detrás del escenario. Por supuesto que no supe el destino de aquel obsequio cargado de cariño, pero deseo desde lo más profundo de mi corazón que lo haya conservado.

Para finalizar quisiera pedirles que nunca dejen de luchar por lo que quieren porque tarde o temprano se consigue, ya ven que mi gran espera valió la pena porque viví un momento inolvidable en el que fui muy feliz por disfrutar de esa voz que se apoderó de mi corazón hace 37 años.

Hasta aquí llegó mi relato pero no mi historia como fan del mejor artista latino del mundo, puesto que quedo a la espera de seguir asistiendo a sus conciertos para cosechar anécdotas y momentos emocionantes a su lado.

Mónica

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