“Yo no puedo vivir, tan distante de ti”

Maria Eugenia Cabral
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Es realmente legendario lo que está ocurriendo con la venta de tickets para  los conciertos de Luis Miguel en esta gira “México por siempre”. En mi columna anterior les platicaba acerca de la felicitación hacia ‘El Sol de México’,  por parte de la empresa Ocesa, por conseguir un record histórico de asistencia en Guadalajara en sus últimas 3 fechas, y resulta que al día de hoy ya tiene vendido un cuarto concierto en dicha ciudad (8 en total en lo que va del año). Esta fiebre por ver al mejor cantante hispanohablante se apoderó del público a nivel mundial, ya hemos sido testigos del éxito arrasador en México, EEUU y España, por lo que se espera una futura gira latinoamericana con un número de ventas sin precedentes.

Recientemente también se anunció una nueva fecha para el Auditorio Nacional, el día 12 de noviembre, haciendo un total de 17 conciertos confirmados para la segunda etapa de su tour. Cabe destacar que Luis Miguel habrá superado su propia marca en el coloso de Reforma, cuando en diciembre se efectivicen los 35 conciertos programados, aunque tal parece que ese número podría verse acrecentado ante el furor en las taquillas. Una vez más quiero felicitar a ‘El Rey’ por demostrarle al mundo quien es el número uno.

Sin lugar a dudas vemos a un Luis Miguel pleno y feliz, estado que lo lleva a conectarse mucho más con su público, y lo podrán comprobar por ustedes mismos cuando descubran el relato que deseo compartirles. Reconozco que esta experiencia me llegó de una manera muy especial, ya que me transportó al mejor concierto de mi vida, en el que me sentí literalmente en el paraíso cuando viví con Luis Miguel situaciones muy similares a las de esta fan. Sé lo que se siente cuando todo a tu alrededor se esfuma, en ese preciso instante en el que pierdes la noción del tiempo y del espacio ante la mirada más dulce, más sensual y más bonita del planeta. Cuando te dedica una sonrisa, un beso, y el fragmento de una canción tu alma se ve catapultada más arriba del mismo cielo, y es que con Luis Miguel resulta muy fácil experimentar la sensación de levitar teniendo los pies sobre la tierra. Solo él tiene la virtud de que todo transcurra como en un sueño pero estás totalmente despierta. Ojalá todos los fans puedan vivir estos valiosos e inolvidables momentos a su lado, y si aún no han tenido la oportunidad de concretarlo, he aquí un adelanto de lo que el destino puede depararles:

Me llamo Mari Carmen Roldan, tengo 36 años, y soy de Sevilla capital, España. Mi historia con Luis Miguel comenzó en el año 1999 cuando, con 18 años de edad, trabajaba como auxiliar de odontología en una clínica. En aquel lugar un día descubrí el CD “Amarte es un placer” de manos de mi compañera, quien lo trajo consigo porque acababa de ser lanzado. Apenas lo escuché quedé prendida de aquella voz que te enamora, y de esa magia que te envuelve, por lo que desde ese día me declaré fan incondicional.  No tardé nada en correr a la tienda de discos para adquirir su discografía completa, desesperada por recuperar el tiempo perdido.

Aunque quise verlo por primera vez en la gira “33” no fue posible, ya que estaba embarazada de mi hija, así que recién lo logré el 6 de mayo de 2012 en mi ciudad, en el centro deportivo San Pablo, lugar en el que hice fila durante 2 días. Allí conocí a Fati, Steffi, Marisa, Meri y Rocío, y juntas vivimos un concierto maravilloso. Fue verdaderamente estremecedor verlo en vivo y en directo, constatar que es de carne y hueso… ¡No lo podía creer! Le di un clavel y me regaló una sonrisa, canté con él prácticamente todo el concierto así que me sentí la mujer más feliz del mundo.

Con la llegada de su gira “México por siempre”, mis amigas y yo nos organizamos para lograr el mejor sitio posible. Quedamos en encontrarnos a las 7 de la mañana en el estadio Olímpico, el día previo al concierto, para comenzar una larga espera  puesto que las entradas no estaban numeradas. Llevamos tiendas de campaña, comida, sillas, mantas etc., para que la espera sea con la mayor de las comodidades.

Pasamos calor, frío, y dormimos apenas 2 horas, ya que otras fans que llegaron no tenían sueño. Compartimos muchos momentos, risas, llanto, recordamos cuando nos conocimos en la última gira del año 2012 y que desde entonces somos inseparables -Confieso que ellas lo son todo para mí. Qué bonito es poder compartir la misma pasión e ilusión: Luis Miguel.

Durante el día del concierto tuvimos oportunidad de turnarnos para acudir por una ducha refrescante, y un poco de maquillaje que disimulara nuestro cansancio. Después de esperar más de 24 horas llegó el momento de ingresar al estadio, y esos minutos previos se vivieron con mucho nerviosismo ya que la tensión terminó generalizándose en el público, realmente temimos que se pusiera en riesgo la posibilidad de obtener la tan preciada primera fila. Pero gracias a Dios y a nuestro gran esfuerzo lo logramos. Nos ubicamos en la parte central hacia la derecha, creo que no pudimos elegir mejor lugar. Nuestras caras de felicidad no tenían precio, y aunque nuestras miradas hablaban por si solas, pues estaban repletas de amor y de bellos sentimientos, necesitamos decirnos lo mucho que nos queríamos, mientras enlazábamos los brazos y los ojos se humedecían.

Después de casi 2 horas de espera en el recinto las luces se apagaron y comenzó la Intro del concierto, seguida de la canción “Si te vas”, y la emoción la sentimos literalmente a flor de piel –me brotan las lágrimas con solo recordarlo.

Cuando Miky irrumpió en el escenario lo hizo tan radiante, tan elegante, y tan perfecto que parecía un sueño. Cada una de nosotras llevó un clavel para entregárselo, y portamos una bandera de España en la que escribimos “Fuerza y Honor”. Nos observó mucho y nos señaló en cada momento, siempre atento y con una sonrisa para cada una, por lo que de alguna manera creemos que nos tiene identificadas.

Después de varias canciones y con la adrenalina a tope, comenzó a sonar “No me puedes dejar así”, y esa melodía desvaneció todo a mi alrededor, llevándome a sentir que estaba sola en el auditorio. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pues esta canción me hace rememorar momentos hermosos y entrañables cuando mi hija la cantaba de muy pequeña, a media lengua con apenas 2 añitos (Para ella Micky también es de la familia). Sumergida en este torrente de emociones descubrí a Luis Miguel sentado en su taburete justo frente de mí, y al buscar sus ojos me encontré con su mirada clavada en la mía cuando comenzaba a interpretar “Hablas de repente y tú disco suena suavemente, eres tan distinta cuando vas saltando entre la gente…” ¡No podía creerlo! Me tapaba la cara una y otra vez y, cuando volvía a mirarlo, su dedo índice me estaba señalando como diciendo “sí, es para ti esta canción”. Me sonrió en reiteradas oportunidades con esa mirada pícara que me obligaba a volver a ocultar mi rostro por timidez… y es que seguía incrédula de lo que estaba viviendo, Micky me estaba cantando a mí, era un sueño hecho realidad. Cuando finalizó la canción me dejó inmersa en un mar de lágrimas ante tanta felicidad. Luego le pedí por favor, con las manos en el pecho, que reciba mi clavel y prometió que lo haría asintiendo con la cabeza.

Los minutos pasaron muy deprisa, y yo que me negaba a aceptar que el concierto debía terminar. Con los primeros acordes de “Te necesito” y sin pensárselo, vino hacia mí para tomar mi clavel, gesto que le agradecí diciéndoselo. Luego se fue hacia la izquierda para buscar un ramo de flores, volvió a buscarme y en sus labios leí: “Te quiero, gracias” -Sin dudas mi corazón ya era suyo. Luego también tomó los claveles de mis “totis” (así nos llamamos cariñosamente las 8 amigas), y cuando le tocó el turno de Nita le pidió que le enseñara su muñeca. ¡Ay Dios mío! Se había dado cuenta de nuestros tatuajes, el cual tiene sus iniciales, el signo de Aries y la fecha de aquel concierto especial del año 2012. Se tomó el tiempo de sostener su muñeca y observó detenidamente el tatuaje, luego estrechó la mano de cada una de nosotras pero a Steffi, que estaba más a la derecha, no lograba alcanzarla, pero luchó y no se rindió hasta conseguirlo y… ¿Qué creen? cuando también vio su tatuaje exclamó: “¡Oh my God!”. ¡Cuánto agradecimiento expresaba su cara!

Por supuesto que aproveché, cuando lo tuve nuevamente enfrente, para mostrarle también mi tatuaje, y reaccionó con un “Wauuu” junto a un beso al aire. Estaba tan sorprendido que otra vez me dijo “wau, wau”… su rostro lo decía todo, estaba feliz.

Nuevamente volvió a cantar “Te necesito”, y es que él nos necesita, así nos lo hizo sentir a sus fans y a su público cuando la interpretó otra vez. Cuando salieron los mariachis fue muy emociónate y hermoso, pues nunca los había escuchado en directo.

El tiempo voló y el concierto estaba acabando. Cuando lanzó las pelotas gigantes mi hermana Mer alcanzó una, él nos miró y fue feliz porque la habíamos agarrado. Cuando tocó el momento de las rosas blancas empezó por la izquierda, cuando llegó mi turno me la obsequió con tanta delicadeza que me derritió, luego me miró fijamente, juntó sus labios y me lanzó otro beso para rematarlo diciéndome “Bombón”. Les juro que morí y resucité. Cuando otros fans se percataron de lo que estaba viviendo no dieron crédito, pero para que se terminaran de convencer Luis Miguel me volvió a decir “Bombón” dos veces más. Confieso que me decía a mi misma una y otra vez, “Dios mío tiene que ser un sueño”.

Cuando se despidió de toda Sevilla, la cual nombró en repetidas oportunidades durante el concierto, no queríamos aceptarlo, pero todo lo bueno tiene un final y definitivamente la ausencia de las luces nos devolvieron a la triste realidad: Luis Miguel se había ido.

Al salir muchos fans detuvieron nuestra marcha para hacerse fotos con nosotras, parecíamos famosas, y es que no dejaban de preguntarnos si Micky nos conocía de algún lado, pues fueron testigos de la relación especial durante todo el concierto. Fue una experiencia única, y créanme que me siento privilegiada de verdad porque nunca me hubiese imaginado todo lo sucedido. Han pasado días y no paramos de llorar al recordar, puesto que han sido muchas emociones y sentimientos encontrados.

Gracias Luis Miguel por una noche más que especial, gracias por tus inolvidables gestos para conmigo y mis amigas. Te llevamos en la piel y en el corazón por siempre. Espero que no te tardes en volver porque ya te extrañamos, te ruego que no pasen 6 años otra vez.

Mari Carmen

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