Nuestro Sol
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3 de abril de 2012
Hoy les traigo la historia de Alicia Galea, una fan que conocí allá por el año 2007 a través de Jesica Estrada. Alicia es la presidenta de uno de los clubes más antiguos de Argentina, Nuestro Sol, con sede en la ciudad de Mar del Plata (a unas 4 horas de Capital Federal).
En ese entonces nuestro contacto era sólo por internet pero la gira “Cómplices”, en el año 2008, nos brindó la oportunidad de estar frente a frente. Las dos viajamos hacia la ciudad de Buenos Aires para disfrutar de los shows, que Luis Miguel ofrecería en el estadio Vélez Sarsfield, ocasión más que oportuna para poder por fin conocernos.
He participado bastante en este hermoso fan club y gracias a él he conocido gente maravillosa, razón por la que estaré por siempre agradecida a mis queridas Ali y Jesi.
Desde que tuve la oportunidad de relacionarme con Alicia, me he deleitado con las hermosas vivencias que ha tenido con Luis Miguel, y qué mejor lugar que éste para que las comparta con todos ustedes ¿no creen?
Los dejo con la protagonista de esta historia.
MI VIDA INCONDICIONAL
En un caluroso verano del mes de enero de 1982, cuando tenía 12 años, me dirigí a la disquería de mi ciudad en Mar del Plata a comprar el L.P. del grupo Parchís (aquel tiempo era fan de esta banda, gusto musical que me acompaña en la actualidad). Al dar una vuelta entre los diferentes géneros musicales, observé una foto de un niño rubio que tenia melena y unos tremendos ojos verdes. Entonces le pedí al señor vendedor que pusiera el vinilo y al escuchar su voz, cual ángel cantando “1+1=2 enamorados“, quede impactada. Creo que no hace falta aclarar que compré el L.P. de Luis Miguel “Un Sol”, además del de Parchís.
Al llegar a casa papá casi me mata ja ja, había gastado más de la cuenta, pero al ver mi cara de felicidad sonrió!!!
Recuerdo que durante todo el día en mi hogar sonaba el disco de Luis Miguel. Al poco tiempo, con la llegada de “Directo al Corazón”, mi asombro fue aún mayor respecto a las aptitudes vocales de este niño. No tardaron en surgir un sinfín de ilusiones por conocerlo cuando viniera a mi país. En ese entonces ya conocía a mi amiga Alejandra, con quién compartía los mismos anhelos, y junto a ella imaginábamos mil y un encuentros.
En aquellos años no había comunicación respecto a Luis Miguel, por lo que se enviaban cartas remitidas a EMI-México y con algunas incondicionales, que salían en revistas de esa época, nos fuimos conectando a través de este medio.
Me vienen a la memoria las tardes inolvidables en que veníamos a casa y escuchábamos los discos una y otra vez, ojeando revistas y posters que salían a diario con fotos increíbles.
Cuando salió al mercado el disco “Decídete”, me morí de amor.
Mi abuela me regaló un grabador para mi cumpleaños, por lo que fui de ahí en más armando la colección en cassettes.
No tardó en llegar el momento en que Miky visitó mi querida Argentina, lo hizo con gran alboroto y revolución, pero nada impedía que la ilusión creciera entre nosotras, soñábamos despiertas!!
Cuando cantó por televisión y le hicieron una entrevista radial, lloramos enloquecidas al escuchar su voz.
Nunca olvidaré la primera ocasión en que lo conocí, su primer show, éramos niñas de 13 y 14 años como él.
Al salir “Palabra de honor” ocurrió un suceso inesperado, que me llevó a estar debajo de la mesa llorando durante horas: el disco no se conseguía en mi ciudad. Papá, que no soportó verme así, logró después de 5 largas horas traérmelo de regalo.
Mi fallecido padre era constructor y en esa oportunidad, en el año 1984, le ofrecieron hacer un techado en el hotel más importante de mi ciudad. Sabía que Luismi estaría por ahí en esos días, motivo que me invitaba a pasar a cada rato por la puerta del hotel. Un día mamá, con la excusa de llevarle el almuerzo a mi papá, me pidió que la acompañara y fui engañada. Al llegar me dijeron que mi papá estaba en el piso siguiente, cosa que me extrañó porque no era dónde estaba trabajando normalmente, sin preguntar demasiado me dirigí al lugar. Al parecer no había nadie, pero algo me llamó la atención, y cuando miré hacia atrás pude observar con asombro que Luis Miguel estaba sentado con un vaso de jugo de naranja. Cuando lo vi no pude creerlo y me fui acercando despacio, me quede muda, y mis lagrimas brotaron fruto de la inmensa felicidad que mi corazón sentía. Me senté a su lado y le pregunté todo lo que siempre había querido saber. Desde ese instante se me ocurrió la idea de fundar lo que hoy es el club. Le di mi dirección y fui a sus recitales.
Al siguiente día me llamo un locutor amigo de mi padre y me invitó a estar en una mini entrevista que le haría a Luis Miguel.
Hay algo que guardo como uno de mis más grandes tesoros: una carta que Luis Miguel me envió en sus primeros años de carrera. En sus líneas me ofrecía su amistad y descubrí que además de cantante es un gran poeta.
Así pasé los años, acompañándolo siempre en cada concierto que ofreció y en diferentes oportunidades en el hotel junto a otras fans. Creo que soy una afortunada por haberlo conocido, por contar con el apoyo de su staff durante tantos años, por ser querida y por seguir siendo siempre y para siempre una incondicional.
Es una gran aventura y experiencia inolvidable cada viaje realizado a Buenos Aires, con grupos de fans de Mar del Plata, para asistir a los shows, lugar donde he conocido infinidad de lindas personas.
Fue un día maravilloso y emocionante cuando conocí a su staff, aquellos amigos que nos recibían con mucho respecto y de los cuales hasta la actualidad seguimos con una hermosísima amistad de añares.
Cuando conocí a Ivonne en una de las giras, nos fundimos en un interminable abrazo, y con Stephany pasó igual. También con Alejandro (su ex manager) compartí muchas anécdotas en diferentes reuniones que se organizaban.
Gracias a ellos mis sueños se realizaron en varias oportunidades.
En cuanto a sus películas puedo decir que fueron fantásticas, que me pasaba horas en el cine, ya que las repetían, iba a las 14 hs y regresaba a las 20 hs a casa.
Jamás olvidaré el día en que estuve por primera vez en un show, en Vélez Sarsfield, en primera fila con Jesica, Alejandra y Liliana. Sentí tocar el cielo con las manos completamente.
Gracias a Dios estuve muchas veces a su lado y lo mejor fue su regreso a mi ciudad.
En la última gira tuvimos la dicha de que nos visitara nuevamente en Mar del Plata. Así que me encargué de organizar todo para recibirlo como él se merece, como todo un Rey. Gracias a la productora que lo trajo, con quién me comuniqué y le pedí los permisos correspondientes, pude empapelar el estadio con el logo del club “Nuestro Sol Oficial” y estar en el polideportivo viendo cada paso de la organización. Fue un gran trabajo realizado, que me llevó varios días, pero que Luis Miguel supo reconocer con creces.
El show estuvo increíble, me atrevo a decir que fue el concierto argentino donde más se entregó a sus fans, lo cual lo digo con justificación de causa: en un momento en el que estaba rodeado por miles de manos hizo un gesto como de aventarse al público. Estaba feliz, sonriente, no dejó ni un momento de conectarse con sus fans.
Estuvo tan a gusto en mi ciudad que a pesar de que todo el mundo pensaba que se había ido luego del concierto, él se quedó un día más para poder disfrutarla al máximo.
Esta es parte de mi historia con el Rey y quise compartirla con todos ustedes porque es algo de lo que me siento orgullosa.
Un beso para todos!!!
Alicia Noemí Galea