Incondicionales

Euge Cabral
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En estos últimos años, con el empuje de las nuevas tecnologías y la masividad de las redes sociales, hemos visto que los fans de los nuevos artistas se bautizan con un nombre para ser identificados, y me animo a decir que los de Luis Miguel fuimos pioneros en ese sentido hace unos 25 años. El mundo nos conoce principalmente como sus Incondicionales y, aunque algunos también nos llaman LuisMigueleros, prefiero quedarme con el que cité primero, porque esa palabra encierra un mayor significado y nos describe a la perfección. Según la Real Academia Española un incondicional es alguien adepto a una persona o idea, sin limitación ni condición ninguna.

¿Cuándo y cómo comenzamos a ser Incondicionales?, esto fue en el año 1989 cuando adoptamos como himno “La Incondicional”, canción compuesta por el maestro Juan Carlos Calderón. Esta balada dejó una huella en nosotros y la sentimos muy especial cada vez que la escuchamos, ya que con el correr del tiempo nos hemos dado cuenta que con ella Miky nos dio identidad a los fans, y porque además es una canción que rompió récords a nivel mundial -alcanzó el puesto número 1 del Billboard Hot Latin Tracks en mayo de 1989 y se convirtió en el mayor éxito del año en México. Hoy por hoy, basta con escuchar las estaciones de radio más importantes del mundo para confirmar que es una canción que aún está vigente, pues su éxito fue tan arrasador que, a finales del año 2007, VH1 Latinoamérica transmitió un programa titulado “Las 100 grandiosas canciones de los ‘80 en español”, otorgándole a “La Incondicional” el primer puesto. La dinámica del programa -emitido en 5 episodios- se basó en un conteo con la cuenta regresiva de las cien canciones que marcaron la música en español en la década de los ’80, presentándose una totalidad de 20 videos por capítulo hasta llegar al tan ansiado puesto número 1. Aunque era de esperarse el resultado -por los alcances de esta balada a nivel mundial- nos llevamos una gran sorpresa, la que una vez más nos hizo sentir más que orgullosos de nuestro artista.

Desde el mismo instante en que te conviertes en un Incondicional, se crea un vínculo inalterable de amor y admiración hacia Luis Miguel tan fuerte, que sientes que morirás siéndolo. Los Incondicionales lo llevamos en el corazón, en la piel y en nuestra sangre, y así será por siempre.

Y hablando de Incondicionales, quiero presentarles a uno que lo es desde antes de nacer. Lo conocí en el año 2012 por una nueva invitación de Grupo Sexenio Comunicaciones, en esta ocasión para conducir un programa de radio dedicado a Luis Miguel, propuesta que recibí gustosa pero que me sorprendió, porque jamás imaginé incursionar en el mundo radiofónico. Así fue como me lancé a vivir una nueva experiencia con el mejor coequiper del mundo, ya que con el tiempo aprendí a conocer a una persona con una sensibilidad muy especial, en la que además descubrí a un gran fan de Luis Miguel. Los dejo en muy grata compañía:

Mi nombre es Enrique Hernández, aunque todos me conocen como Quique Bush aquí en Puebla, México. ¿Cómo empezar a escribir una historia y cómo describir una vida?

Si el nivel promedio de la población es llegar a los sesenta, me considero que estoy a la mitad.

En este largo camino que recorremos hay canciones que nos marcan, y artistas con los que uno se identifica y crece relacionando sus canciones con pasajes de nuestra vida. Mi historia comenzó en el vientre de mi madre, al menos eso es lo que ella me platica. Un cassette que encontré recientemente, en su baúl del recuerdo, me trasladó a los días de mi infancia cuando me pasaba horas escuchando estas canciones interpretadas por Luis Miguel. Cabe aclarar que mi madre ha sido su fan desde ese entonces y lo sigue siendo actualmente.

Cómo no relacionar “1+1=2 enamorados” -por citar un ejemplo- cuando uno siente o cree haber encontrado el primer amor, “Decídete” cuando esperas la respuesta de tu enamorada y, por qué no, soñar con encontrar a tu pareja con “Todo el amor del mundo“.

Realmente ese primer cassette es una de las joyas más preciadas de la corona, por así decirle, y ¿Por qué esta aclaración? por una sencilla razón… en mi niñez y conforme fui creciendo, pude darme cuenta que la vida no es tan fácil como a veces parece, pero créanme que no hay nada que no se remedie con sueños e ilusiones.

Si hay algo que jamás olvidaré son los esfuerzos de mi madre por querer complacer a su hijo comprándome un cassette de Luis Miguel. Algunos de ellos se perdieron entre los cambios de vida, otros se acabaron de tantas reproducciones, pero gracias al cielo llegó la tecnología y hoy puedo presumir tener casi el 100% de la discografía.

El tiempo pasó y fui creciendo… ¿Cómo no recordar la canción que ha marcado de lleno mi vida, o mejor dicho la de varios? Esa es “La Incondicional“, la mejor canción de los ‘80 según VH1, y creo que todos estamos de acuerdo con eso porque su historia refleja la manera en que comenzamos a afrontar la vida, planteando qué hacer y qué camino tomar.

Así como Luis Miguel evolucionó –se animó a incursionar en otros géneros, o como diría Euge a convertirse en “El género”-, nosotros también lo hicimos junto a él.

Cuando el romanticismo tocó nuestra puerta y nos llegó la hora de sufrir por un amor, ¿Quién no ha desahogado las penas y desamores con algunas de sus canciones? con las que además nos hemos sentido identificados hasta que hemos sido bendecidos con ese amor correspondido y que aún sigue ahí. Debo confesar que es difícil describir todas las canciones de Luis Miguel que dejaron una huella en nosotros y que han sido un gran consuelo en esta dura batalla llamada amor.

No es fácil, y comprendo a todos los fans caballeros, demostrar la admiración hacia un artista hombre, pues ya saben que innumerables veces somos el blanco de múltiples críticas al respecto, pero también no se imaginan cuántas gratificaciones hemos recibido por lo mismo, razón por la cual siempre he estado convencido de quien admiro.

En cuanto a mi etapa de adolescente maduro, mis recuerdos se asocian a una estación de radio que le dedicaba una hora a Luis Miguel, aquí en Puebla, la que muchas veces escuché en el camión o en el carro y en las tardes de estudio o trayectos largos. Desde entonces tuve el sueño de hacer algo diferente y ese momento llegó, hoy puedo decir que con gusto y honra comando una nave llamada “La hora de Luis Miguel”, en Sexenio FM, con mi entrañable Euge, quien me ha brindado la satisfacción de encontrar a gente tan linda como ella.

Otro logro alcanzado y que me da mucho gusto comentarlo es la oportunidad que tuve de sentir la experiencia de un concierto en vivo. Uno crece con ilusiones y no sé qué piensan ustedes, pero siempre dije que al llegar a los 30 años sería un buen momento para cumplir anhelos y así fue, pues puedo presumir que llegó un ángel a hacer un milagro. Quiero contarles, y para esto necesito irme un poquito para atrás en el tiempo, que Luis Miguel vino en marzo del año pasado y por azares del destino no pude asistir, por lo que mi sueño se postergaba hasta su nueva visita -todo vislumbraba que sería el próximo año. Pasó el tiempo y supe que las cosas pasan no por casualidad sino por causalidad. Así fue como llegó una señal a mediados de octubre -si no mal recuerdo-, se anunció el regreso de Luis Miguel a Puebla y desde entonces volví a planear mi encuentro con ‘El Rey’, aunque veía bien difícil el concretarlo. En eso apareció mi ángel y movió sus influencias, retó al destino y me concedió la dicha de cumplir una ilusión, un sueño y por qué no, de escribir una nueva página en mi vida.

Muchas veces escuché los conciertos en vivo, y no saben la infinidad de oportunidades en las que me encontré cantando las canciones a la par del cassette, del disco o de un DVD, pero presenciarlos es otra cosa totalmente diferente. Estando en el concierto canté hasta quedar afónico porque es mucha la adrenalina, el calor del público, el entusiasmo y la magia que se siente en ese lugar. A todo eso… ¡Gracias Euge!

Hoy por hoy no sé si estoy a la mitad de mi vida, pero aunque ha sido muy rudo crecer, también ha sido muy satisfactorio cumplir sueños, conocer personas, fans y cruzar distancias y tiempos gracias a la tecnología. Hoy estoy aquí en Sexenio haciendo lo que más me gusta, produzco en la radio, y aunque no estoy seguro si mi ciclo aquí sea largo, sé que cuando termine este me llevaré todo esto en mi corazón, algo que quiero agradecerles a todos.

Actualmente Luis Miguel y sus fans estamos celebrando sus 32 años de incomparable trayectoria. Esto me invita a reflexionar y a concluir que: comencé a escucharlo desde el vientre de mi madre, crecí escuchando su música, me convertí en adolescente y quise ser un incondicional más… maduré y conquisté a la mujer de mi vida con sus boleros. Hoy soy parte de esta nave de los sueños que cada jueves hacemos volar para saber que estamos aquí.

Enrique Hernández

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