Luis Miguel, mi ilusión de vivir lo que me quiero llevar (Parte III)

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Euge Cabral

Bienvenidos a mi página, creada especialmente para que puedan encontrar mis columnas en un solo lugar, seguir en contacto con ustedes, y disfrutar de este amor incondicional que nos reúne. Deseo que aquí, a través de sus comentarios, puedan compartir vivencias y sensaciones como fans del artista latino más importante de todos los tiempos.

Mi nombre es María Eugenia Cabral, más conocida desde hace algunos años como «Euge Cabral», soy Argentina, de la ciudad de Córdoba, y fan de Luis Miguel desde 1982.

Toda mi vida fui una ferviente fan independiente de este gran artista sin precedentes, siempre seguí de cerca con mucho cariño, admiración, respeto y emoción, los triunfos en su carrera y los celebré como los míos propios.

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¿Cómo están mis queridos lectores? Por fin llegó el momento de reencontrarnos, sé que muchos están deseosos por descubrir la continuación de mi aventura, porque así me lo han hecho saber con sus lindos mensajes. Había quedado precisamente en el instante en que estaba a punto de comenzar el concierto, así que apenas se apagaron las luces y se lanzaron los primeros acordes de la Intro, tomé mi bandera y la extendí para que Luis Miguel pudiera verla. Mientras tanto mis amigas encendieron las luces de la coronita, para que el “Happy Birthday” resaltara aún más sobre mi cabeza. Si están pensando en que seguramente parecía un arbolito de Navidad, la respuesta es “un poco sí”. Apenas Miky irrumpió en el escenario fue muy emocionante para mí, no solo porque lo extrañaba mucho, sino porque jamás había tenido la oportunidad de celebrar un cumpleaños a su lado. No cabía en mí tanta dicha y felicidad, regalarme su mirada, su sonrisa, su voz y sus ocurrencias había sido la mejor decisión que pude tomar, cuando opté por elegir un momento único y especial a la altura del medio siglo que estaba cumpliendo.

Creo que fue en la segunda canción cuando hicimos contacto visual, al menos así lo sentí, y me lo terminó confirmando mi amiga Sandra cuando solita me dijo: “Ya te vio, ya sabe que estás aquí”.

Con Sandra habíamos quedado en que le avisaría cuando estuviese lista para tomar la decisión de mostrarle mi pequeña hoja con la frase “Hoy cumplo 50”, para que ella captara el momento con su móvil. Pero ya saben, una nunca sabe cuándo sucederá la magia de que mire en tu dirección, y tengas tan solo una fracción de segundo para reaccionar, al margen de lo que siempre digo, cuando logras conectar con su mirada, todo se desvanece a tu alrededor. Ese preciso instante llegó en “Te necesito”, no podía ser de otra manera, ya que en esta gira ha sido la canción con la que me regaló detalles de su parte. Apenas vi que dirigió la mirada hacia donde estaba, inmediatamente elevé el pequeño cartelito que tenía en manos y no pude advertirle a Sandra. Su reacción fue encantadora, lo leyó, me señaló, saludó moviendo sus dedos, mientras se mataba de risa moviendo su cabeza. Por suerte mi amigo Mario captó ese momento con su móvil y, aunque no se alcanza a verme, es un gran recuerdo.

El concierto prosiguió, estábamos disfrutando a morir sus interpretaciones, porque estaba cantando tan bonito y sentido que podía atravesarte el alma. De vez en cuando hacíamos contacto visual y él me hacía algún gesto, con decirles que una chica se acercó y me dijo: “¿Él te conoce? Porque he visto que te ha saludado varias veces”. ¡Imagínense lo que sentí! Estaba literalmente en las nubes. Luego me dio mucho gusto que me compartiera que había viajado en 2023 a Buenos Aires, y que había coincidido con los primeros conciertos de la gira, así que aprovechó para ir a uno.

Disfruté muchísimo las baladas, es increíble cómo interpretó aquella noche dándole un matiz y una cuota extra de dulzura y romanticismo a cada frase. De inmediato pensé que el amor lo tiene así, sintiendo cada palabra con el alma, y viviendo ese sentimiento con cada célula de su cuerpo. Les comparto un fragmento de “Por debajo de la mesa”, video que captó mi querida Sandra, en el que, sobre el final, estoy gozando a pleno.

Otro momento especial llegó con una de mis canciones preferidas, “Como yo te amé”, cuando me dispuse a eternizar en video un poquito de esa noche. Ustedes saben que siempre trato de transmitirles lo importante de vivir la situación con todos los sentidos, y sin una pantalla de por medio. Razón por la que no suelo hacer vivos ni tomar muchos videos, más que un par para llevarme de recuerdo, pero esa noche necesité hacer algunas videollamadas con fans, para que me acompañaran en esta velada especial. Cuando llegó el momento de este poema hecho canción no quería verlo por la pantalla, así que decidí solo mirarla para encuadrar a Luis Miguel y, como no se estaba moviendo, extender mi mano con el móvil para alejarlo de mi cuerpo, con tal de observar a Miky en vivo y en directo sin ningún obstáculo. Me ayudó que el público era bastante tímido y más que respetuoso, nadie en la primera fila había hecho un paso hacia adelante, así que esta argentina estaba solita recargada sobre la valla. En un momento vi que Luis Miguel dirigió sus ojos hacia mí, así que mientras me sentía bendecida y perdida en su mirada coreé la letra junto con él. Fueron unos segundos que parecieron minutos, en los que otra vez se desvaneció todo a mi alrededor para sentir que sólo me cantaba a mí. Lo que uno experimenta cuando surge ese contacto visual no se puede describir con palabras, no hay manera de transmitir el torbellino de emociones que sacude todo tu ser, solo decirles que es una de las sensaciones más bonitas que he vivido. En lo físico siento que el corazón se acelera, revolotean mariposas en la panza, y la respiración se entrecorta. Todos sus fans deberían experimentar esta sensación en algún momento de su vida, por eso deseo de corazón que puedan lograrlo muy pronto. Les dejo el video que tomé, junto al de Sandra captando la escena desde otro ángulo. Si prestan atención a mi video, verán que Luis Miguel no mira directo a la lente de mi móvil, porque mis ojos estaban unos centímetros hacia la derecha del dispositivo, por lo que les expliqué anteriormente.

En “Come fly with me” me llamó la atención una pareja bailando la canción muy agarraditos, y me morí de amor, tenía que filmarlos. Cuando presté atención caí en la cuenta de que se trataba de la misma fan con la que había hablado minutos atrás, fue maravilloso ser testigo de ese instante.

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Luego llegó el momento de sentirnos un poquito mexicanos coreando las canciones a todo pulmón junto al Mariachi Vargas y a Luis Miguel, quien desbordaba un profundo orgullo por la tierra que lo vio nacer como artista y siente tan suya.

El resto del concierto fue una verdadera fiesta, saltamos, bailamos y cantamos las canciones como si no hubiese un mañana, pero, todo tiene un final. Lo despedí sin nostalgia, puesto que al otro día había nuevo concierto, e inmensamente feliz y agradecida por lo vivido aquella noche.

Al salir del recinto, camino hacia un punto de encuentro en el que había quedado para conocer personalmente a algunos fans con los que tengo contacto vía redes sociales, me asombré al escuchar que alguien pronunciaba mi nombre. Cuando giro mi cabeza en busca de esa voz, me encuentro con un chico joven que me dice “¿Eres tú Euge? soy quien ayudó a una chica de Argentina a través tuyo, enviándole dinero para su entrada porque había sido estafada”. No saben el gusto que me dio conocerlo y abrazarlo, porque un alma tan generosa no es fácil de encontrar, así que aproveché para agradecerle una vez más su valiosa obra.

En el punto de encuentro conocí a varios fans, quienes fueron muy lindos conmigo, me dieron una calurosa bienvenida y me llenaron de amor. Una fan que no fue ese día sino al siguiente, tuvo el gran detalle de enviarme con sus hijas un hermoso regalo por mi cumpleaños. ¡Me sentía realmente dichosa!

Luego de unas fotos que nos permitieron eternizar aquel encuentro, tuve el privilegio de conocer personalmente el “Luismicar”, automóvil de Eddy Aguilar, que ya fue protagonista de mi columna hace algunos años. Les dejo un video para quienes no conocen este auto tributo a Luis Miguel:

Luego decidimos buscar un lugar para cenar y brindar por mi cumpleaños, ¿me creen si les digo que un miércoles, a las 11 pm, en Houston está todo cerrado? Eran casi las 10:45 pm así que corrimos a un bar, a una cuadra y media del Toyota, entramos, nos sentamos, pedimos algo de tomar y cuando solicitamos la carta nos dijeron, “Lo siento, la cocina está cerrada”. No llegamos a tiempo, y nuestro estómago hambriento estaba a punto de colapsar. Cuando quisimos pagar la cuenta la chica me dijo, regalo de la casa, “Happy Birthday”. ¡Wow! increíble, en Argentina no pasan estas cosas, cuánta buena onda y generosidad. Ahí nos pasaron el dato de un lugar para cenar que estaba más lejos, así que llamamos un Uber y hacia allá fuimos. Al llegar a la zona no nos gustó demasiado, Sandra y yo nos quedamos en la puerta y le pedimos a su hija que inspeccionara el interior. Cuando salió nos dijo que literalmente era un antro de mala muerte, así que desistimos de aquella visita, y alcanzamos a tomar el mismo Uber que no se había retirado de la zona.

Decidimos regresar al hotel a comprar algunos snacks y bebidas en el lobby, y cuando fuimos por la cuenta el encargado no quiso recibir el pago y me dijo: “Happy Birthday”. Cabe destacar que llevaba puesta mi coronita, razón por la que todos sabían de este día especial para mí. Volví a sorprenderme muy gratamente con su gesto, jamás me había pasado esto que personas desconocidas y empleados de un lugar, decidieran agasajarme por mi cumpleaños. Luego de esto mi amiga que había viajado desde Austin, Ana María, me llamó y me volvió a sorprender con otro regalo, un mini pastel con la imagen de Luis Miguel y un mensaje que decía: “Feliz cumpleaños Euge”. No saben la emoción que sentí, realmente estaba siendo uno de los mejores días de mi vida gracias a Luis Miguel y a mis queridas amigas. Ana María además me obsequió unos pares de sandalias de cuero hechas artesanalmente en México, un par más lindo que el otro.

Compartimos en la habitación la comida que teníamos, sentadas en la cama cual pijamada, y hablando de esta pasión que unió nuestros caminos. Luego brindamos y comimos el pastel. No puedo estar más agradecida por tanto cariño y atenciones, siempre llevaré este día atesorado en mi corazón.

Luego despedimos a Ana María y nos fuimos a descansar, porque el nuevo día nos depararía más aventuras y otro concierto disfrutando a “El Rey”. Por cierto, lo que jamás imaginé, es que sucedería algo inesperado, una situación que me tocó atravesar por primera vez en la vida.

Continuará…