De nuevo al paraíso con Luis Miguel (Parte III)
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Hola queridos lectores, nuevamente me encuentro con ustedes para seguir relatándoles mis experiencias vividas en Buenos Aires durante este soñado Tour 2023.
Habíamos quedado en la noche de mi segundo concierto, en la que viví tantos momentos inolvidables junto a Luis Miguel, y al otro día me esperaba la gran emoción de una nueva cita, pero esta vez con fans independientes, Clubes de Fans y Fan Pages dedicadas a ‘El Sol’.
Desperté muy ilusionada, no sabía cuánta gente se acercaría al lugar, pero varios me habían confirmado y eso me colmaba de felicidad, porque con algunos me iba a reencontrar después de mucho tiempo, y con otros iba a tener la oportunidad de conocerlos personalmente.
Habíamos quedado en encontrarnos en el lugar de siempre, el patio de comidas de un conocido shopping céntrico porteño, pero felizmente fuimos tantos, que tuvimos que trasladarnos a un lugar cercano con espacio suficiente para todos. Fue muy complicado, a la hora de abandonar el shopping, porque no podíamos dejar de abrazarnos y compartir historias que hacen de esta pasión nuestra forma de vivir. Antes de retirarnos nos tomamos algunas fotos para el recuerdo con nuestras banderas, y aquí les seleccioné una para que puedan apreciar esta unión de países tan emotiva.
Como les decía antes, fue muy difícil desplazarnos porque no había manera de pausar las conversaciones que se iban generando, pero el estómago pedía a gritos recargar energía así que, a la voz de “En marcha fans de Luis Miguel”, salimos a la calle en busca de un sitio donde almorzar y con espacio para todos. Fue muy emocionante recorrer esos 150 metros, todos juntos, mientras la gente observaba a esta legión de fans que no solo llevaba la imagen de Luis Miguel estampada en remeras y banderas, sino fundamentalmente en el corazón. Finalmente dimos con un lugar, donde muy amablemente se pusieron a nuestra disposición y nos armaron, en apenas unos minutos, una larga mesa para que disfrutáramos juntos. En lo personal sentía una profunda emoción de ver esa mesa tan grande, fuimos casi 50 fans, repleta de gente que ama y respeta a Luis Miguel como yo. Confirmé que, aunque no compartamos tiempo en forma diaria, somos una gran familia cuyos integrantes podemos contar unos con otros, y compartir la felicidad de querer y admirar a ese artista que unió nuestros caminos. Como les contaba anteriormente, algunos nos reencontramos y con otros nos conocimos personalmente, pero la charla surgió como si nos conociéramos todos desde siempre. Fue un momento ameno, feliz, emocionante, enriquecedor y tan divertido, que el tiempo voló en un abrir y cerrar de ojos. Nos quedamos con ganas de más, pero con mucha ilusión de repetirlo la próxima visita de Luis Miguel a nuestro país, el próximo marzo. Les dejo un vivo que hice esa tarde del 5 de agosto:
Luego de la despedida tuvimos que filmar algunas escenas del documental, para después partir a descansar, ya que al otro día teníamos concierto y, en lo personal, mi vuelo de regreso a Córdoba despegaba en plena madrugada.
La mañana del domingo fue el primer día, después de 2 semanas, sin el equipo del documental tras mis pasos, así que disfruté de la libertad de desayunar distendida con mis amigas, y sin horarios que cumplir.
Después de un rico almuerzo, comenzamos a prepararnos para asistir nuevamente al paraíso, finalizando así nuestra primera serie de conciertos. No hace falta aclarar que nos hubiese encantado presenciar los 10 shows, pero obviamente fuimos conscientes de que no teníamos posibilidades ni en lo económico y, en mi caso puntual, tampoco en lo laboral. Soy docente y, como tal, no puedo elegir tomar vacaciones durante el año, ya que corresponde efectivizarlas en el receso escolar. Por más que se intentó llegar al Ministerio de Educación de Córdoba, más precisamente al ministro, para justificar mis ausencias laborales fundamentadas con la convocatoria a protagonizar un documental declarado de interés cultural por el INCAA (Instituo Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), no hubo ninguna respuesta. Así que decidí regresar a cumplir con mis obligaciones laborales la semana del 7 al 11 de agosto, para retomar el tour el sábado 12 que, aunque no tenía tickets para ese día ni para los 2 subsiguientes, igual necesitaba estar allá. Por supuesto que debí asumir el descuento salarial de 8 días de ausencia, pero créanme que esta felicidad no tiene precio.
Mi regreso a Córdoba esa semana significó distribuir escenas del documental para otros días, lo que conllevó larguísimas jornadas de grabación más que agotadoras. Pero siempre muy feliz con lo que se quiere contar y mostrar, así que solo pensar en el resultado, y en hacer sentir orgulloso a Luis Miguel con lo que el mundo descubrirá, me recargaba de energía continuamente.
De camino al Movistar Arena buscamos a Nahuel, hijo de 30 años de mi amiga Viviana, que heredó su admiración a Luis Miguel, y nos acompaña a los conciertos desde que es un niño. Él fue mi gran cómplice para entrar camuflado nuevamente mi cartel, el que decía “Gracias por hacerme sentir la fan más feliz y orgullosa del mundo. Euge”.
De nueva cuenta fue movilizador ingresar al recinto, saludar a tantas amigas fans, y darnos cuenta de que estaba lleno de famosos deseosos de ver al número uno. Antes de comenzar, supe por el cuñado de Michael Bublé, que su hermana y el cantante asistirían esa noche. ¡Wow! Qué alegría saberlo, admiro mucho a Michael, e imaginarlo disfrutando del concierto de uno de sus grandes ídolos, y tan cerquita mío, fue realmente emocionante.
Luis Miguel, como cada noche, irrumpió en el escenario al ritmo de la introducción de “No culpes a la noche”, y una estruendosa ovación de un público que lo recibió de pie. Después de esto, creo que la mayoría sabe que no hay manera de tomar asiento, no solo porque bailamos sin parar, sino también porque parece que nos sentimos más cerca de él si estamos de pie. Es que es así, soñamos con hacer contacto visual con Luis Miguel y si estamos sentados, es más difícil todavía. Les cuento esto porque la chica que estaba detrás de mi hermana empezó a originar problemas, aduciendo de que no veía bien porque le obstruía la visión. Algo sin sentido porque por más que mi hermana tomara asiento, los de adelante también estaban de pie y todos eran más altos que esta chica quejosa. Le explicamos que a veces pasa y ni modo, que hay que buscar una posición para verlo mejor, nos corrimos un poco, pero nada la convencía, seguía despotricando contra nosotras. La chica que estaba al lado mío se dio cuenta, así que amablemente me ofreció pegarme a ella para que doña quejosa tuviese más espacio para ver sin tanta dificultad. Vieran su cara cuando tomé mi cartel en manos, yo tenía más que claro que debía estudiar bien el momento para elevarlo, ya que iba a tener tan solo 5 segundos antes de que vinieran a quitármelo. La miré y le dije, lo voy a elevar un par de segundos cuando vea la oportunidad, y ella respondió muy enojada “¡Ni se te ocurra!”. Bueno, soy muy respetuosa y sabía que así me iba a manejar, así que me pegaba a esta chica para poder mostrarlo y no molestar a los de atrás. En un momento en “Oro de ley”, Luis Miguel miró hacía mi sector y ahí fue cuando respiré hondo y lo elevé lo más alto posible. Yo estaba en fila 5, en el video parece mucho más lejos, así que logré que lo leyera y su reacción fue la mejor recompensa que pude tener. Como podrán ver, señala el cartel, hace su típica seña de saludo militar, y luego me lanza un beso cariñoso con todas las ganas. Como siempre, porque sus gestos los recibo tan emocionada como la primera vez, fui la fan más feliz y orgullosa del mundo, tal cual se lo expresé en ese cartel. De inmediato me di vuelta sin mirar a la de atrás, la que por cierto tenía una amiga de apoyo, para no generar un nuevo encontronazo por lo que había hecho. Pero la sorpresa de la noche fue que sentí que alguien me tocaba el brazo, mientras acomodaba el cartel en mi butaca, y una voz que me decía: “¡Wow! que hermoso gesto te hizo Luis Miguel, valió la pena al final lo del cartel”. Cuando levanto la mirada me doy cuenta de que era ella, la misma que nos peleaba desde el inicio del concierto. Les juro que no podía creerlo, me reí y le agradecí. Terminamos abrazadas al finalizar el concierto, ella pidiéndome disculpas por todo y yo invitándola a los encuentros de fans.
Comparto el video de ese inolvidable momento:
Les cuento que adelante mío estaba Guido Kaczka, actor, productor, y uno de los más famosos conductores de radio y televisión de Argentina. Gran admirador de Luis Miguel, él y su hermano, así que se pasó toda la noche haciendo una video llamada grupal para su familia. Cuando llegó el momento de los mariachis, le conté quiénes estaban sobre el escenario, porque no es cualquier mariachi, sino el número uno del mundo. Luego, cuando empezó la introducción de “La fiesta del mariachi”, me preparé para entonar a todo pulmón el comienzo de la canción, como lo hago desde 2018, ya que vivo la experiencia de cantar en vivo junto al Mariachi Vargas, mientras Miky realiza su cambio vestuario. Como literalmente estaba pegada a los oídos de Guido, y Luis Miguel no estaba aún en el escenario, giró su móvil para mostrarle a su familia la algarabía de esta fan que disfruta tanto esos momentos. Mi nueva y cómplice amiga lo filmó apenas un instante, y fue muy divertido verlo.
Qué puedo decirles de la performance de Luis Miguel que no sepan, todavía no se había enfermado, así que esa noche nos cantó dos horas y media, interpretando como los mismos dioses, aunque, pensándolo bien, lo hace mejor que ellos.
Cuando empezó la intro de la última canción, le dije a mi nueva amiga que corriera hacia adelante. Ella me respondió con un “¿Cómo lo hago?”, y yo le dije no sé cómo, pero tienes que ir al pie del escenario. Yo tomé para la izquierda, ya que me separaban solo algunas sillas del pasillo central, y ahí corrí hacia adelante. De inmediato las guardias de seguridad se percataron, así que también corrieron a cerrar mi camino hacia la valla. Les pedí por favor, que era la última canción, que toda la vida nos han dejado ir hacia adelante para saludarlo, y no hubo cómo convencerlas. Pero créanme que ellas a mí tampoco lograron persuadirme, les dije que de ahí no me movía y así lo hice. Quedé abrazada entre ellas dos, ya que ejercían presión para no dejar pasar a nadie. En fin, no iba a poder tocarlo, pero sí despedirme de él o agarrar una rosa si las aventaba. En un momento miro hacia la valla, sobre la derecha, y ahí estaba feliz mi nueva amiga que había podido llegar sin problemas. Me alegré mucho por ella porque la vi filmar y disfrutar de esa ubicación.
Cuando llegó la hora de la despedida no hubo rosas, pero Luis Miguel se paró frente a mí, y ahí sucedió algo que no había vivido antes. Les cuento, cuando hicimos contacto visual le tiré un beso, y él respondió de la misma manera. Pero la sorpresa fue que, al no apartar su mirada de la mía, seguí lanzándole besos sin parar, y él hizo lo mismo. ¿Cómo no voy a sentirme la fan más feliz del planeta? Quererlo con toda el alma, no alcanza a reflejar lo que mi corazón siente por él.
Les comparto el video que tomó mi ángel salvador de la noche, otra vez mi nueva amiga (que estaba adelante y más a la derecha) logró captar el momento:
Tuve la suerte de saludar y felicitar a las chicas del club de fans “Tengo todo excepto a ti”, quienes hicieron muchas actividades muy emotivas para agasajarlo durante su estadía. Un gran trabajo realizado, digno de resaltar, por cierto, en el que se destacó la unión y la enorme dedicación de cada de ellas a la hora de lograr su importante cometido: que ‘El Sol’ se sintiera muy consentido en Argentina. Cumplieron la misión, ya que fui testigo del gran cariño y reconocimiento de Luis Miguel hacia ellas, y cómo las buscaba, cada noche de concierto, para dedicarle la canción que lleva el nombre de este increíble club de fans. Al salir me tomé una foto con Jorgelina, presidenta del club, una de sus socias, Carina, y con mi querida amiga Solange, representante de Brasil.
Esa noche terminamos cenando muy rico en un restaurante cercano, con fans de Chile, Brasil y Argentina. Llegamos tarde a casa de Anita, y luego de unas pocas horas me llevó al aeropuerto en plena madrugada. Lo más difícil fue transportar mi rosa, tenía mucho miedo de que algo le pasara o que me la quitaran en el control del aeropuerto. Anita me dijo “Si te la quieren quitar, deciles que tu novio te propuso casamiento con ella”, me reí un montón, pero todo vale a la hora de proteger un tesoro tan valioso. Viajé con mi rosa bien embalada y protegida con mis manos, con decirles que me dormí con ella durante el viaje sin soltarla en ningún momento. Por suerte llegó más que bien a Córdoba, y ya está en mi pequeño santuario acompañando a las otras rosas.
Lo que sucedió en los subsiguientes días, se los cuento en mi próxima entrega.
Continuará…
Euge Cabral
Hermoso todo lo vivido, hermoso que luis miguel nos una , como a esa chica q estaba detrás tuyo 😘 espero con amor compartir esos lindos momentos
Qué hermosa experiencia
Me encanta Euge
Que lindo 🥰
Me encantaa Euge Que genial