“Ten Fe, es muy posible si tú estás decidido”

Euge Cabral
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Lo sucedido en la FAN 2015 fue la antesala de lo que se vivirá muy pronto en México junto a Luis Miguel. En tan sólo 14 días ‘El Sol´ estrena su ‘Déjà Vu Tour’ en Puebla, Ciudad de México, Xalapa, Ciudad del Carmen, Mérida, Querétaro, Aguascalientes, Guadalajara, Morelia, León, San Luis Potosí, Monterrey, Chihuahua, Ciudad Juárez, Culiacán, Hermosillo, Mexicali y Tijuana. Los fans de cada una de esas ciudades, como de sus alrededores, esperan felices y ansiosos el arribo de este tour que les devolverá la posibilidad de disfrutar un concierto en que la atracción principal no es un despliegue escenográfico despampanante, sino la voz que trascendió fronteras y cautivó millones de almas alrededor del mundo.

Mi amiga Ana -que es toda una poetisa- siempre dice que el principal encanto de un concierto de Luis Miguel es tener la posibilidad de gozar de nuestras emociones a flor de piel, generadas por él mismo cuando le pone color y pasión a cada nota que sale de su maravillosa garganta. Que es gozar del arte de quien sólo respeta la métrica de las armonías y el latir de su corazón, y se propone hacernos vivir “Una noche mágica, una noche especial”.

Me pregunto con qué sorprenderá Luis Miguel esta vez a su público mexicano, porque siempre tiene un as en la manga, pero lo que más me conmueve no es aquello que tiene previamente planeado sino todo lo contrario, pues me emociona cuando se deja guiar por sus impulsos, como cuando bajó del escenario a saludar a sus fans en el Auditorio Siglo XXI en Puebla, o cuando subió a los equipos de sonido para intentar alcanzar a los fans que estaban en el balcón del Auditorio Nacional, o como cuando descendió de su camioneta –a la salida del último concierto en dicho recinto- para despedirse de su público. Esos detalles son los que nos enamoran aún más de nuestro artista, porque permite dejarse querer por sus fans y demostrarnos su cariño un poquito más allá del escenario. Si Miky supiera lo importante que es para sus fans estar en contacto, sentirlo cerca, poder mirarlo a los ojos y expresarle nuestro amor con palabras, un beso y un abrazo fuerte, y cuánto valoramos cada uno de sus gestos se sentiría pleno y tan feliz como nosotros.

En la historia que tengo para presentarles, Mariela se pregunta qué haría si tuviera la posibilidad de tener frente a frente a Luis Miguel, interrogante que nos hemos hecho un millón de veces aquellos que aún no hemos tenido la oportunidad de compartir un instante con él, en otro ámbito distinto a un concierto. En lo personal fantaseo muy seguido con ese momento y, a diferencia de esta fan, en mi escena puedo verme abrazar muy fuerte a Luis Miguel, y hablarle con mucha tranquilidad sobre mis sentimientos, sus fans, su carrera, mi labor desde mi humilde lugar, etc. ¡Tengo tanto qué decirle! Ahhh… al fin y al cabo soy la autora de mi sueño, y por ende puedo imaginarme sentada junto a él hablando por horas, ¿No creen?

Hablando en serio, nadie sabe cuándo y cómo será ese instante en que el universo conspire para que cada uno de nosotros concrete su más grande anhelo, pero mientras eso sucede, le pido a Dios que no nos deje ir de este mundo sin poder agradecerle personalmente a Luis Miguel todo lo bello que provoca en nuestras vidas. Tengamos Fe y decretemos que así será.

Regresando al relato de hoy, ¡Qué bonito es ser testigo de otra historia de amor que nació hace más de tres décadas y que perdura intacta a través del tiempo! Los invito a conocerla:

Mi nombre es Mariela Patterer, tengo 41 años, estoy casada desde muy joven, tengo 2 hijos y 2 nietos. 

Recuerdo haber escuchado por primera vez a Luis Miguel en casa de mi prima, pues su padre le regaló el disco ‘Directo al corazón’, y desde ese momento decidí ser su fan.

En cada momento de mi vida, bueno o malo, él me acompaña. Es inexplicable lo que siento por Luis Miguely la forma que tiene de rescatarme de la angustia o de la furia, porque su música borra de un plumazo mis penas y mis enojos.

Mis hijos crecieron con sus canciones, pese a las múltiples críticas de los demás cuando me decían “¡Basta!, cansas con Luis Miguel”, y cuando los escucho cantarlas me muero de emoción.

Mi esposo me conoció siendo fan, y siempre ha respetado y aceptado esta admiración, con decirles que fue quien me obsequió mi primer CD de la colección, y es quien compra mis tickets cada vez que ‘El Rey’ visita mi ciudad, Rosario, Argentina.

Presenciar un concierto es toda una experiencia porque escucharlo y verlo es la combinación perfecta e ideal. En esos 90 minutos canto, lloro, rio, y me olvido de todo, porque en ese momento solo existimos él y yo.

Recuerdo que una vez que no nos visitó con su tour, estimo que hace unos 10 años atrás, estábamos terminando nuestra casa y me resultó imposible viajar a verlo, es más, aunque hubiera venido a mi ciudad tampoco hubiese tenido la posibilidad de asistir a su concierto porque no contaba con el dinero. Mi esposo intentaba aliviar mi tristeza diciéndome que ya volvería pronto, y que ahí tendría la oportunidad de reencontrarme con Luis Miguel, y aunque con mi respuesta trataba de tranquilizarlo mostrándome fuerte, diciéndole que claro que así sería,  por dentro me moría de dolor.

Tengo una hermana que vive en Córdoba capital, que dicho sea de paso es la persona que siempre me reprochó en la cara mi admiración diciéndome: “¿Cómo podes ir a ver a ese? –Así, en ese tono despectivo-… Tu marido te debe querer muchísimo por aguantarte y dejar que gastes tanto dinero en una entrada, yo ni loca lo hago”, y ustedes se estarán preguntando por qué la cito en el relato, incógnita que será resuelta con el avance de esta historia.

Les comento, entre paréntesis, que mi esposo siempre me ha comprado las mejores entradas con mucho esfuerzo para que vea de cerca a Luis Miguel, pero nunca he concretado mi sueño de tocarlo. Mil veces me he preguntado qué haría si lo tuviera delante de mí, y cuando trato de imaginar la escena me veo atónita y sin poder pronunciar ni siquiera una palabra.   

Volviendo a mi hermana, Silvia, esa vez que Luismi no vino a Rosario (me acuerdo y me emociono como si fuese hoy) me llamó y me dijo: “Hermana, nunca voy a entender tu locura por Luis Miguel, pero como te conozco y sé que te morís por verlo, soy consciente que siempre estuviste cuando te necesité, y que mis hijos te aman -creo que más que a mí, agregó, riéndose al teléfono-, tus sobrinos, tu cuñado y yo te regalamos la entrada y el pasaje en autobús para que vengas a Córdoba a verlo”. Lloré, ¡No saben cuánto! No me salían las palabras, solo atiné a decirle “Gracias hermana, no sé qué decir”, a lo que ella respondió: “No digas nada, solo ven y disfruta que te lo mereces. Eso sí, te acompaño, te dejo y luego te busco cuando finalice el concierto”. Eso fue un hermoso e inesperado regalo gracias a mi familia.

Hace apenas un par de meses que vi a ‘El Rey’ nuevamente en mi ciudad, y siempre lo vivo de igual manera, la noche anterior no puedo dormir de la ansiedad, solo sueño despierta con ese momento mágico en el que podré verlo y escucharlo, bailar y disfrutar con el único artista que fue capaz de robarme el corazón. 

Mariela    

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