Anhelando acariciar tu alma con nuestro amor

Euge Cabral
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La víspera del 26 de octubre, con mis compañeras de estas Mikyaventuras, nos fuimos a celebrar la oportunidad de haber podido presenciar otro momento importante en la carrera de este artista que no para de ser reconocido mundialmente. De nueva cuenta elegimos un lugar tradicional de la capital porteña, en el que degustamos una exquisita cena a altas horas de la madrugada.

Siempre cuesta conciliar el sueño luego de un concierto porque Luis Miguel logra dejarnos suspendidas en el aire, razón más que suficiente para pensar en no entregarnos a los brazos de Morfeo si esto significará abandonar la sensación de estar soñando con los ojos abiertos. Además esa noche teníamos una cuota extra de ansiedad ante la expectativa de lo que viviríamos en la próxima cita, ya que habíamos conseguido -tiempo atrás- ser las flamantes poseedoras de una ubicación privilegiada: la codiciada primera fila. Pero las emociones no terminaron ahí, sino todo lo contrario, éstas se multiplicaron cuando supe que en ese día tan especial y esperado, tendría la posibilidad de hacerle llegar a Luis Miguel mi “Diario de una Fan -Edición 3-” con las columnas de todo un año.

He de confesarles que es indescriptible lo que siento cada vez que entrego el libro, porque en esta acción se ve materializado aquel sueño que nos propusimos concretar tiempo atrás, cuando anhelamos que Luis Miguel pudiera conocer a sus fans a través de cada relato, y palpitar en carne propia el torbellino de sensaciones que genera en nuestras vidas. En esta ocasión la entrega tuvo un plus de emoción porque a pesar de los innumerables contratiempos, los que atentaron hasta último momento con la posibilidad de que el libro estuviera listo en tiempo y en forma, pude lograrlo. Si hay algo que aprendí de Miky es que uno debe entregar lo mejor de sí, y si va dirigido a él con más razón, el resultado tiene que ser perfecto, sin margen de error, digno de ‘El Rey’. Obviamente hay cosas que no las podemos hacer por nosotros mismos porque no estamos capacitados para ello, y justamente es ahí cuando aparecen los problemas y los contratiempos. ¡Ay! Si les contara las contrariedades que surgieron… sorteaba una y surgía otra, y así sucesivamente, parecía que a propósito. No me alcanzaría una columna para contarles todo lo que tuve que atravesar para llegar al resultado final, pero les aseguro que todo valió la pena pensando en acariciar el corazón de Luis Miguel con el amor de sus fans.

Aprovecho este espacio para agradecer infinitamente a todas aquellas personas que de una u otra manera hicieron posible esta entrega, y muy en especial a quien tuvo el hermoso detalle de hacérselo llegar a sus manos.

Emoción, alegría y euforia, un combo de sensaciones maravillosas que se apoderaron de mí luego de aquel importante momento, haciéndome olvidar del tiempo y del espacio, e impidiéndome que recordara que debía alistarme para asistir al concierto, el que no era uno más, sino uno muy particular. No había chance para fantasear, algo que me pasa cada vez que le dejo mi Diario, pues mi mente se empeña en crear los posibles escenarios en los que imagino a Miky recibiendo el cariño de sus fans materializado en aquel compendio. La hora avanzaba, así que no tuve otra alternativa que concentrarme y enfocarme en mi vestuario y maquillaje –a cargo de una experta, mi amiga Anita- para estar espléndida y acorde a la ocasión.

Junto a mis inseparables amigas inicié por cuarta vez consecutiva mi viaje hacia el estadio GEBA, llevando conmigo las ilusiones que alimentaron mi corazón desde el preciso instante en el que supe que lo único que me separaría de él sería una valla metálica.

Al llegar disfruté muchísimo de un nuevo encuentro con fans de diferentes lugares de Argentina, como así también de países hermanos, con quienes me tomé fotografías para eternizar el momento.

El comienzo de la Intro aceleró los latidos de mi corazón porque Luis Miguel estaba a punto de salir a escena, y sabía que en algún momento de la velada íbamos a hacer contacto visual, pues ya saben que él no se pierde detalle de su platea y que todo lo puede… cantar, observar, saludar, bailar, recibir obsequios, leer carteles, y solicitar que le acerquen los niños presentes para besarlos. Es imposible narrar con palabras el momento en que sus ojos se encuentran con los míos, ese pequeño instante que tanto significa para un fan, en el que uno siente que el mundo deja de girar, y en el que intentamos expresarle –a través del lenguaje corporal- nuestros sentimientos. En aquel concierto tuve el privilegio de robarme su atención por el lapso de unos segundos, y esa fue mi gran oportunidad para demostrarle mi cariño con un beso lanzado al aire y un “Te quiero”. Su respuesta me dejó sin aliento porque no sólo me regaló su radiante y dulce sonrisa, sino un gesto que me conmovió profundamente: me señaló, luego cerró sus ojos y con su mano se tocó una y otra vez el corazón. Créanme que sentí que su mensaje fue: “Te llevo en mi corazón”. ¡Ahhh! lo escribo y las lágrimas corren por mis mejillas, ¡Qué fuerte es este lazo de cariño que nos une a Luis Miguel!

Esa noche muchos fans tuvieron la bendición de llevarse un hermoso detalle por parte de ‘El Sol’, que es tan expresivo a la hora de retribuir amor. Entre los afortunados estuvo mi amiga Ana, a quien a la distancia descubrió entre el público y la señaló como diciendo “Allí estás, ahí voy”, y efectivamente fue en su búsqueda y la saludó con un fuerte apretón de manos mientras le sonrió.

De esta manera, y con broche de oro, cerramos nuestra primera serie de conciertos, así que felices fuimos a celebrar con una rica cena en la que nos deleitamos con la mejor pasta de Buenos Aires.

¡Cuántas emociones vividas en tan sólo 24 horas! Cómo no agradecer a Dios ser fan de Luis Miguel cuando todo es magia a su alrededor, cuando vives días cargados de emoción, cuando sientes que el corazón no entra en tu pecho de tanto amor, cuando compruebas que ser feliz depende de ti, de animarte a ir tras tus sueños y vivirlos al máximo.

En Buenos Aires nuestras aventuras habían finalizado, pero aún nos faltaban algunas por emprender, y debíamos descansar para retomar la carretera con destino a mi ciudad, Córdoba, lugar previsto para nuestros próximos conciertos junto a ‘El Rey’.

Continuará… 

Euge Cabral

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