El Déjà Vu más lindo de mi vida (Mi segundo encuentro con Luis Miguel)

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“Cuando apareces se ilumina la noche
Tu sex-appeal es como un arma letal
Y la manera en que sonríes tan confidencial…”
Hola queridos lectores, hoy es un día especial para mí, y lo será cada 8 de marzo de aquí en más. Fecha más que importante porque se conmemora el Día Internacional de la Mujer, pero también porque celebro el aniversario de mi segundo encuentro con Luis Miguel. Quisiera contarles que en primera instancia decidí guardarlo para mí, para no hacer público todo lo que uno vive, y poder atesorar momentos que se queden solo en la intimidad, pero, con el tiempo, sentí la necesidad de compartirlo con ustedes. Esto fue surgiendo cuando me preguntaban cuántas veces lo había saludado, en otro ámbito que no sea en el concierto, y no podía ser deshonesta, por más que fuese únicamente con la intención de preservar ese encuentro.
Debo confesarles que, después de cumplir el gran sueño de abrazarlo y decirle todo lo que mi corazón necesitaba, aquel 13 de agosto de 2023, pensé en no volver a emprender ningún tipo de guardia para encontrarlo nuevamente. Mi cariño y respeto hacia Luis Miguel siempre se han interpuesto a mis deseos, motivo por el cual me perdí de vivir muchas situaciones en el pasado, y aunque es difícil reprimir lo que tu corazón te pide, la idea no era que se sintiese perseguido. Pero en aquel primer encuentro no estuvo presente nuestra querida amiga Viviana, había cancelado sus conciertos y se encontraba en Córdoba porque en esos días, a su mamá, le habían diagnosticado una grave enfermedad terminal. Esa noche de frío, esperando por cumplir nuestro ansiado sueño, sentíamos profundamente que Vivi no estuviese presente, puesto que siempre había estado junto a nosotras en cada recorrido y guardia en busca de ese encuentro soñado con Luis Miguel.
Esa mañana del 13 de agosto, luego de contarle a nuestras familias, necesitábamos darle la noticia a Vivi antes que al resto. Pero… ¡Qué situación difícil! Nuestra amiga era un mar de lágrimas por la situación de su mamá, y nos sentíamos culpables contándole semejante alegría. Pero no fuimos capaces de ocultárselo ni siquiera unos días por respeto a su dolor, porque sentíamos que no íbamos a ser honestas. Por supuesto que sabíamos que ella iba a ser feliz por nosotras porque tiene un corazón enorme y generoso, pero fue un momento de sentimientos encontrados.
Respiramos hondo e iniciamos una videollamada. Lo primero que hicimos fue preguntarle por su mamá, el parte médico, y luego cómo lo estaban sobrellevando todos. Vivi no podía decirnos una palabra sin llorar, y eso nos produjo un nudo en la garganta. Contarle fue aún más difícil de lo que pudimos imaginar, pero su reacción fue muy generosa, pasó del llanto por tristeza a uno de completa felicidad. Me acuerdo de que decía, “Soy feliz por Euge, porque siempre dije que ella se merecía más que nadie conocerlo. Mi sueño está cumplido si ella logró abrazarlo”. Les juro que se me caían las lágrimas al escucharla. ¡Dios me bendijo con amigas tan entrañables y generosas! Recuerden que Anita, cuando abrazó a Luis Miguel, lo primero que le dijo fue “Gracias por hacer tan feliz a Eugenia, no sabes lo que lo esperaba”.
Desde ese momento sentimos que debíamos hacer lo necesario para que ella cumpliera ese sueño que había sido siempre uno compartido. Así que nos propusimos conseguirlo, en la segunda visita de Luis Miguel a nuestra Argentina, en marzo del año pasado. Arrancamos la aventura coincidiendo con su llegada a Buenos Aires, y créanme que fue una señal de lo que el destino nos tenía preparado. Les juro que inicié aquel viaje a Buenos Aires con la certeza de que iba a volver verlo, no me pregunten por qué, pero me pasó aquella vez, y también en mi último viaje en diciembre pasado. Esa noche solo pudimos verlo ingresar al hotel, y gritarle “Bienvenido”, pero desde lejos.
Estábamos decididas a ir cada noche, de nuestra estadía en Buenos Aires, tras ese sueño que merecía concretar nuestra querida Viviana, dejando de lado el cansancio y las horas de sueño. Los próximos días contaron con 3 largas noches de recorrido sin éxito alguno, pero no perdíamos las esperanzas, aún faltaban muchas jornadas por delante. Mientras Miky estuviese respirando nuestro mismo aire, la posibilidad de encontrarlo estaba latente. El viernes 8 de marzo, mientras nos preparábamos para ir al concierto, en plena tarde el cielo comenzó a oscurecerse de repente, presagiando una inminente tormenta. Cuando salimos hacia el Campo Argentino de Polo empezó a llover, pero con chaparrones intermitentes, lo que nos hizo pensar que seguramente sería algo pasajero. Cuando estacionamos no llovía, así que eso nos animó mucho más, incluso dejamos las capas para la lluvia en el auto, pues todo parecía que no íbamos a arruinar el look con el agua. Pero a medida que caminábamos hacia el lugar, la carga eléctrica comenzó a aumentar exponencialmente, y eso nos preocupó bastante. Llegamos al recinto, pero antes de ingresar debía dejarle a Luis Miguel un regalo con un miembro de su equipo. Les cuento que me llevó un tiempo encontrar qué obsequiarle, que le gustara y además representara el amor que sentimos sus fans. Cuando descubrí esta pulsera, muy al estilo de las que ha usado en alguna ocasión, de inmediato pensé en pedirle al joyero que le grabara “Amor Incondicional”. Fue todo un reto que “Incondicional” entrada en la circunsaferencia de la dona, pero lo logró. A Miky le dejé una cartita en la que le expliqué que, con esta pulsera, mi intención era que llevara nuestro amor con él a todas partes, aunque sé que nos lleva en su corazón siempre.
Luego nos tocó hacer una fila interminable para ingresar y, al momento de llegar a la entrada propiamente dicha del campo de juego donde estaba el escenario, el personal de seguridad nos retuvo hasta nuevo aviso. En ese momento, la oscuridad de la noche se veía iluminada con los rayos que se dibujaban continuamente en el firmamento, y el rumor de una posible suspensión resonaba muy fuerte en el ambiente. El problema no era el agua que empezaba a sentirse nuevamente en la piel, con gotas grandes que caían con fuerza, sino la carga eléctrica en el ambiente. Cabe recordar que, luego de un par de accidentes mortales en algunos conciertos, a causa de este fenómeno meteorológico, se creó una normativa que prohíbe cualquier espectáculo al aire libre bajo estas condiciones. Así que minutos después recibimos la confirmación de la suspensión del concierto, por riesgo técnico, para proteger la integridad de los asistentes, de Luis Miguel y de su equipo.

Vestidas y alborotadas, decidimos emprender la ruta de los restaurantes que le gusta frecuentar, bajo una copiosa lluvia que no logró amedrentarnos. Cuando llegamos a uno de ellos, vimos una de las camionetas de su comitiva afuera, y eso nos alertó de inmediato. Había que comprobar que él estaba allí, y que no era solo su equipo buscando comida para llevarle al hotel. Tomé un paraguas y bajé a inspeccionar la zona, tratando de no levantar sospechas. Efectivamente comprobé que él estaba cenando en el interior, así que le dije a las chicas, “vénganse sin levantar el avispero”. Nos quedamos en una de las salidas las 4 solas, con la esperanza de poder concretar ese sueño para Vivi, y aunque podía salir por otro lado, había que arriesgarse por un sitio y que Dios disponga según su voluntad. Me llenaba de ilusión y felicidad poder verlo nuevamente, quizá para muchos resulta difícil de comprender lo que siento, pero realmente es parte de mi familia, y a los seres queridos necesitamos besarlos y abrazarlos a menudo. A los 20 minutos llegaron 3 chicas más, dos de ellas las conozco hace muchos años, y creo que tanto ellas como nosotras no esperábamos conformar un grupo tan numeroso, ya que esto significa menos chance para que se anime a interactuar. Pero es un sueño compartido, todas somos importantes, así que luego de saludarnos me permití sugerir que nos quedásemos juntitas detrás de una columna, para intentar que la seguridad no se percatase de que éramos tantas. El tiempo pasaba y veíamos que, de vez en cuando, se asomaba la seguridad para espiarnos tras una cortina, momento en el que tratábamos de hacernos lo más chiquitas posibles. Por suerte, los guardias que estaban cuidando en el exterior eran los mismos de la vez pasada, ellos nos recordaban inofensivas y muy respetuosas. Es más, uno de ellos, que era nuevo, me lo dijo “Ya me contaron que tuvieron un encuentro anterior y tienen muy buena conducta.
Mientras esperábamos les pedimos a las chicas que se sumaron, que por favor no sacaran el celular, que si realmente querían que surgiera un encuentro nos tenían que ver sin uno en la mano. Ya saben, ante todo respetar lo máximo posible su privacidad, ya que en parte no lo estábamos haciendo, esperándolo en las afueras del lugar. Pero al menos que sintiera la seguridad que no estábamos llamando a la prensa, ni que íbamos a grabarlo en la intimidad para luego publicarlo.
Cuando empezamos a ver movimientos de la seguridad, salían del interior del lugar con directivas para los del exterior, susurrándose al oído, sabíamos que se venía la inminente salida de Luis Miguel. La verdad es que no sabíamos si saldría por donde estábamos (claramente él ya estaba al tanto de que había fans), o si lo haría por otra puerta de forma más segura y tranquila.
Los minutos corrían y Viviana comenzó a darse por vencida, tornándose una persona negativa. No dejaba de repetir “No va a salir por acá, ya somos muchas”. Para colmo teníamos el alma en vilo, porque habíamos visto a un hombre llamar por teléfono mientras observaba lo que estaba pasando. Temíamos que llamara a la prensa y terminaran arruinándonos el momento por el que tanto habíamos esperado. Resultó que esta persona efectivamente había avisado a alguien más, pero por suerte era a una fan, la que llegó acompañada de otras tres sobre el momento de la inminente salida de Luis Miguel. ¡Ya éramos 11! Pero les juro que no tenía dudas de que iba a suceder ese nuevo encuentro, sabía que íbamos a verlo desde que salí de mi ciudad. En esta larga espera me di cuenta de que no guardaba en mi memoria cual foto, aquel momento en que lo besé la vez anterior, y que, en esta oportunidad más tranquila aún, debía hacerlo plenamente consciente. También pensé, ¿qué me faltó la vez pasada? Y de inmediato recordé que, por la emoción, no le había podido regalar algo especial que necesitaba darle. Quizá para muchos suene extraño, pero mi sueño era darle la bendición en la frente como lo han hecho toda la vida mis padres, gesto que sigue haciendo mi mamá hasta el día de hoy. Creo que la mayoría sabe que soy una persona creyente, y recibir la bendición de Dios, de manos de un ser querido, es uno de los regalos más lindos que alguien puede darte. Así que me dije, “Euge, tienes que intentarlo”.
Como se imaginarán, cuando llegaron estas 4 chicas, literalmente 3 minutos antes de que Luis Miguel saliera del lugar, Viviana ya no podía ver luz al final del camino ja ja. Ya daba media vuelta y se iba al auto porque no tenía esperanzas. La miré y muy segura le dije “Lo vamos a saludar. Sí se va a dar. Te quedas pegada a mí y lo lograremos”. De repente se abrieron las puertas del cielo, digo, del restaurante, y comenzamos a escuchar una exquisita música que se aproximaba cada vez más. Estábamos esperándolo una al lado de la otra, calladitas y obedeciendo los pedidos de la seguridad: “No griten, y no se acerquen si él no se los pide”.
De pronto vimos salir a un par de sus guardaespaldas personales, los que tenían paraguas grandes abiertos para intentar protegerlo de lentes de paparazzis. Cuando el sonido de la música se tornó aún más fuerte, sabíamos que era él quien venía escuchándola. Era género flamenco, una bellísima interpretación de Vicente Amigo, guitarrista, junto al cantante Antonio Vargas (Potito), llamada “Amoralí”. Efectivamente venía con su bocina de marca famosa, la que suele ser su mayor compañía en tiempos de relax, y solo, esta vez Paloma estaba en España con sus hijas.
“Ese reflejo de la luz de sus ojos, que se apodera de mi curiosidad…” Ay salió relajado, sonriente, guapo y elegante como de costumbre, oliendo exquisito e irradiando tanta paz y serenidad, que logró contagiarnos a todas. Les soy sincera, me puse un tanto nerviosa cuando vi esos enormes paraguas intentando robarnos su imagen, y obstaculizándole también su visión. Así que empecé a buscar espacios donde poder hacer contacto visual, eso era crucial. Mientras le decíamos hola Miky, te queremos, y más palabras de cariño, él caminaba a paso lento hacia la puerta que lo llevaba al estacionamiento, sacudiendo su mano para saludarnos, sonriéndonos en todo momento, pero… no parecía con intenciones de detenerse. Fue muy importante que nadie se abalanzara, ni siquiera hiciese un paso de más para acortar distancia. Cuando estaba a punto de llegar a la puerta donde lo veríamos desaparecer, le dije… “Gracias por visitar Argentina”, mientras metía la mitad de mi cuerpo (cintura para arriba) entre sus guardaespaldas con tal de captar su atención, pero sin acortar distancia entre los dos. Ahí fue cuando hicimos contacto visual, y estiró su mano para que me acercara. Ufff que alivio, por un momento pensé que solo iba a saludarlo desde la distancia. Mientras me regalaba un fuerte apretón de manos se acercó para darme un beso, así que aproveché y le di uno grande en la mejilla, esta vez más que consciente. Luego de eso volví a mirarlo para decirle “Te quiero con el alma”, él respondió “Gracias”, y seguidamente le dije “¿Puedo darte la bendición?”, pero mientras se lo decía inmediatamente desvió su mirada a la chica que estaba a mi lado, y estiró su mano para saludarla. No tuve respuesta porque creo que, con la música tan fuerte y atento a la siguiente fan, ni siquiera me escuchó. Así que debí actuar muy rápido para no robar el tiempo de otra fan, por lo que decidí animarme sin su consentimiento explícito, e hice la señal de la cruz en su frente y acerqué mi mano a su cabeza como imposición, igual al gesto de mis padres para conmigo. No se imaginan la expresión en el rostro de uno de sus guardaespaldas cuando me vio tocándolo en ese momento, me miró fijamente como diciéndome “¿Qué le estás haciendo?”. Menos mal que solo fue eso, y no me sacó del brazo hacia un costado, lo hice por mis propios medios para dar paso a otra fan.
Les cuento que me pasó lo mismo de siempre, me preocupé tanto por mi amiga, diciéndole que se quedara a mi lado que todo iba a salir bien, y en ese momento crucial todo terminó desvaneciéndose a mi alrededor, con decirles que Vivi estaba desaparecida de la escena y yo, ni enterada. Resultó que ella estuvo batallando para poder saludarlo, se había quedado un poco más atrás, y uno de sus guardias se lo impedía. Por suerte otro se apiadó y le indicó el camino. Resultó que Luis Miguel saludó de mano y beso a cada una de las fans, y Viviana fue la penúltima. ¡Qué susto! Anita sí se percató de la situación y en ese momento priorizó a Viviana, así que la acompañó y una vez que pudo saludarlo, recién se lo permitió Anita, así que fue la última. Anita tuvo su recompensa por este buen gesto cuando pudo decirle a Luis Miguel, mirándolo a los ojos, que era su amor más perdurable, a lo que él le respondió con un sentido “Gracias”. Si se están preguntando si hubo foto, nuevamente les digo que no, que no se me ocurre sacar el móvil para incomodarlo con esta pregunta, priorizo disfrutar cada minuto a su lado con todos mis sentidos. Luego nos fuimos a cenar, agotadas, pero felices y agradecidas por lo vivido.

Emociona que él se haya tomado el tiempo de saludar y besar a 11 fans, ¿no? Todo un dulce y un caballero. Creo que la clave fue que todas le dimos la confianza y la tranquilidad de que podía hacerlo sin ningún tipo de riesgo, y creo que él lo disfrutó tanto como nosotras. Todas lo despedimos con un gracias al unísono, y nos quedamos levitando en una nube, más que emocionadas y felices por lo vivido. En lo personal me sentí feliz de que otras lo hayan logrado y se los dije, así como les digo a cada uno de ustedes que, si lo aman de verdad, vayan tras este sueño, porque un incondicional debería poder vivir esta experiencia al menos una vez en la vida.
Otra vez tocamos el cielo con las manos, y esta vez Viviana estuvo ahí, así que el sueño fue perfecto. Ya no nos sentíamos en deuda, aunque ella siempre decía que no le debíamos nada, que era feliz con solo saber que nosotras lo habíamos logrado.
Como anécdota de la bendición, recuerdo haberle contado a un par de personas de confianza, y que alguna me dijera: “¡Vos estás loca!, ¿Darle la bendición? Solo a vos se te ocurre”. Y no saben lo feliz que he sido por haberlo logrado, sin importar si él lo supo o no en ese momento, ya que la bendición le llega de todas maneras.
Nuevamente le agradecí a Dios y a mi papá, el poder repetir esta experiencia, porque sin dudas fue un gran regalo al corazón que vale más que el oro del mundo. Y como no hay dos sin tres, uno siempre “Quiere más, quiere más, quiere mássss…”el pasado 16 de diciembre viví mi tercer encuentro con Luis Miguel, el que dejé relatado en un vivo de Instagram que hice apenas sucedió. Aquí se los dejo por si no lo han visto.
Gracias a Luis Miguel por la generosidad de dedicarnos tiempo, por el cariño y gratitud que se refleja en su mirada y enorme sonrisa. Te amamos con el alma… no te imaginas lo que tú nos haces sentir.
Euge Cabral
Ay Euge que maravilla!! Cada encuentro vivido con Miky es motivo de celebración 🎉. Que hermoso que todas estas chicas hayan podido cumplir ese sueño✨, en especial Viviana, que seguro atesora ese momento y tuvo ue haberle dado pa’rriba en su estado emocional después de todo lo sucedido con su mami.
Y bueno por ti más que feliz, siempre tan generosa💖 con las demás fans, darles esos tips para que todas lograrán saludarlo, nada como ayudar a alguien más a cumplir un sueño. Doble satisfacción.Pienso que después de aquel primer encuentro serán innumerables los que tengas con él, ya tu cerebro lo tiene codificado como posible, así que a contar conciertos y encuentros con Miky!!! 💖
Te quiero Euge, gracias por volver a escribir, pues así como a Miky, a ti también se te extraña y con estos relatos nos haces más corta la espera hasta que vuelva.
Te quiero, tu amiga
Ana María Ortíz Pérez
Xalapa Veracruz México
gracias querida Ana María por tus bonitas palabras. Te envío un fuerte abrazo