De nuevo al paraíso con Luis Miguel (Parte II)
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Hola a todos, nuevamente estoy aquí para proseguir contándoles algunas aventuras durante mi estadía en Buenos Aires con Luis Miguel y amigos fans.
El 4 de agosto amanecí en una acogedora cama del hotel Faena, tan tarde que casi no llegamos a desayunar. Es que, si bien desperté antes, mi amiga Bea dormía tan profundamente que me daba pena interrumpir su buen descanso. Saltamos de la cama y corrimos hacia la zona de desayuno como si fuéramos a perder el avión. Allí me encontré con queridas fans, unas chilenas y otras argentinas, así que aprovechamos para conversar, recordar el concierto de la noche anterior, y abrazarnos. Luego de recargar energías con un desayuno nutritivo, partimos hacia casa de Anita, ya que la gente del documental me esperaba para seguir grabando.
Esa tarde viví la experiencia de que una maquilladora profesional, de gran prestigio porque trabajó con muchos artistas nacionales e internacionales, Sting y Michael Bubblé, por citar solo un par, me embelleciera para mi próxima cita con Luis Miguel. Luego partimos hacia el Movistar Arena, sin que yo pudiese imaginar que estaba por vivir una velada aún más especial de lo que la había soñado. Al llegar debía encontrarme en la puerta con quien me ayudaría a ingresar el libro al recinto, recuerden que llevaba mi Diario de una Fan ‘Edición 8′ con las historias para Luis Miguel, y también me encontré con el periodista de Televisa México, Juan Manuel Navarro, para una entrevista pactada.
Mientras recorría el trayecto hacia la entrada del Movistar, pude disfrutar de saludar a muchas fans que hacía tiempo no veía, e incluso de conocer personalmente a tantas otras que me emocionaron con sus palabras. Luego de la nota y de la entrega del libro, llegó la hora de ingresar al lugar, así que fuimos directo al paraíso porque esa noche me tocaba la ansiada fila uno. Allí me reencontré con mi libro gracias a mi ángel salvador, y todo estaba listo para vivir una noche mágica. En esta ocasión no le llevé cartel con mensaje, aunque lo tenía previsto, ya que prioricé tratar de entregarle mi Diario de una Fan.
Empezaron los primeros acordes de una intro que, junto a las imágenes en pantalla grande, nos invitaron a iniciar un rápido viaje al pasado por su imponente carrera, para finalizarlo en el más bonito presente con la salida de ‘El Sol’ que nos ilumina por completo.
La noche anterior, si bien había llevado mi cartel, no tuve la certeza de que me hubiese visto entre la multitud, y esta era mi gran oportunidad de saludarlo, después de 4 largos años sin poder hacerlo.
Siempre con mi libro en mano, pero sin ejercer presión para que lo reciba, me la pasé bailando y disfrutando cada canción, hasta que llegó el momento tan esperado. Cuando estaba cantando “Te necesito”, como si supiera todo lo que lo he necesitado después de vivir momentos de incertidumbre, angustia y dolor, vino hacia nuestro sector y fue maravilloso cuando hicimos contacto visual. Yo siempre igual, gritándole “Te quiero” y lanzándole besos, y él tan cariñoso como acostumbra, señalándome, guiñando el ojo, lanzando un beso, y llevándose la mano al pecho. Tanta fue su sorpresa de encontrarme, que hasta se equivocó la letra. Me encanta que se deje llevar y se distraiga haciéndolo, ¿No creen? Emocionada me abracé con mis amigas, quienes siempre celebran cuando me pasan estas cosas. Las quiero por tantas cualidades, la generosidad y compañerismo son algunas de ellas.
Les comparto el video de ese momento que encontré en las redes, no me canso de verlo, de sentir tanto cariño y agradecimiento a Miky.
Cada vez que nos saludamos siento una emoción indescriptible, que se traduce luego en una felicidad incapaz de ocultar. Seguí bailando y dedicándole a Luis Miguel, en complicidad con mis amigas, estrofas de ciertas canciones que hablan de lo que realmente sentimos por él. En una de esas dedicatorias que le hacíamos todas juntas, volvió a acercarse, le mostré el libro, se lo señalé como diciendo “Aquí está para cuando puedas recibirlo”, y él asintió con la cabeza.
Otra de las canciones que disfruté muchísimo, porque es literalmente un poema hecho canción, del querido, admirado y recordado Armando Manzanero, es “Como yo te amé”. Escucharla otra vez en vivo, en la voz romántica del mundo, fue una experiencia incomparable. Aquí se las comparto:
Más tarde llegó “Te propongo esta noche”, y el estadio completo se puso a bailar y saltar sin parar, mientras Luis Miguel lanzaba pelotas gigantes hacia la multitud. Era una verdadera fiesta de color, con los destellos de luz que emitían nuestras pulseras, y esas enormes pelotas levitando entre la gente. En el próximo medley, con temas de los inicios de su carrera, nuevamente mis ojos se encontraron con los suyos, así qué volví a tirarle un beso, y él respondió de igual manera. ¡Siempre tan dulce y cariñoso!
Cuando la magia estaba llegando al final, luego de darlo todo por casi dos horas y media de concierto, me seguí preguntando la razón por la que no se había acercado en ningún momento a recibir un presente, ni tampoco a estrechar las manos como acostumbra a consentirnos siempre. Pienso que quizá fue por la concentración de los primeros conciertos, y está bien que así sea, o puede tener que ver con el miedo de contraer algún virus, a través del contacto físico, que nos quedó a todos.
Miré a mi amiga y le dije, a punto de hacer berrinche cual niña, “¿Tampoco habrá rosas?”. Hago un paréntesis en el relato para decirles que no se imaginan lo que significa para un fan recibir esta rosa, que no es una simple flor, sino que es un verdadero tesoro recibido de manos de una de las personas más queridas y admiradas del mundo. Luis Miguel se toma el tiempo de que llegue a la persona elegida, por eso esa rosa trae consigo su cariño y su tierna manera de agradecer el amor que le profesamos.
Prosiguiendo con la historia, después de preguntarnos si otra vez no habría rosas, volví la mirada hacia el escenario, y de inmediato me di cuenta de que iba hacia la mesita con sus pertenencias. Decidido tomó su ramo personal de rosas, y vino hacia el sector donde estábamos. Si hubiesen visto mi reacción, esa niña que estaba a punto de hacer berrinche pasó de la desesperanza a la ilusión extrema en cuestión de segundos. Cuando llegó cerca nuestro se detuvo, miró hacia el centro de la multitud, e hizo el amague de lanzar una rosa. Pero dudó porque parece que buscaba a alguien, y me animo a pensar que quizá era a mí, ya que cuando su mirada se encontró con la mía, con seguridad la lanzó directo a mis manos. En ese instante, una se pone nerviosa y no sabe si será buena atrapándola, si con alguna mínima imprecisión puede perder algo tan preciado. Y eso mismo pensó mi amiga Anita, la que también estiró sus manos para colaborar con la protección de dicha rosa, ante otras manos deseosas de obtenerla. Pero yo no lo sabía en el momento en que prácticamente las dos atrapamos esa rosa, y sin pensarlo la tomé porque así me lo había dejado saber Luis Miguel. Pero en esos milésimos segundos me sentí mal de quedármela, y me pregunté: ¿Y si entendí mal? Así que le hice un gesto a Luis Miguel con el que entendió perfectamente que le estaba preguntando si esa rosa era para mí. Fue emocionante ver que me respondió asintiendo con la cabeza, y recién ahí estallé de alegría y emoción. Mi hermosa amiga luego me dijo que sabía que era para mí, y que ella solo la estaba protegiendo. Ana es inmensamente generosa siempre, por eso me siento muy afortunada y agradecida de tenerla en mi vida… ¡La quiero mucho! Les cuento que mi hermana también recibió su rosa, así que la felicidad fue por partida doble.
Cuando íbamos retirándonos del lugar, saludando a tantas fans que conocemos por las redes, se acercó una de ellas y me dijo: “Euge, ¿me regalas un pétalo de tu rosa?”. Y aunque no es fácil hacer algo así, por no deformar la rosa, ¿Cómo no se lo iba a regalar?, por supuesto que sí, y les juro que me conmovió su emoción, ya que estaba tan feliz como yo.
Jamás dejaré de agradecer a Luis Miguel, no solo por ser una leyenda viva, sino principalmente por ser un hombre encantador, atento, generoso, cariñoso, y agradecido con sus fans. Esa noche no pudo ser más perfecta, y por eso les juro que salí levitando entre las nubes.
De camino al restaurante para celebrar se sumaron algunas fans muy queridas, e incluso algunas que habían estado afuera del recinto porque no tenían entrada. En una gran mesa internacional, porque estaba presente Perú, México, Paraguay, Chile, y Argentina, cenamos comida mexicana, por supuesto. Como se imaginarán, el único tema de conversación era Luis Miguel, así que prácticamente nos tuvieron que echar del lugar para cerrar. Pero antes de eso eternizamos el momento con esta linda foto:
Ya era muy tarde y, aunque al otro día no había concierto, debíamos partir a descansar porque nos esperaba un deseado encuentro internacional de fans, pasado el mediodía. Teníamos muchas expectativas porque íbamos a compartir un almuerzo bien argentino y tantísimas anécdotas con fans que conocíamos, y otras tantas que no. ¿Cómo lo vivimos? se los cuento en mi próxima entrega.
Continuará…
Hola Euge
Hermoso relato, y bella experiencia como siempre tan cercana a MIKY,❤️ mi pregunta es, bueno dos , en qué momento hiciste entrega del Diario? Y dos , en esa edición está mi relato?? 🙏 espero que así sea!! 🥰
Saludos y muchas bendiciones 🙏
se lo entregué a su equipo el último día, se lo dejaron en el camarín. No, ese libro tenía historias hasta abril del 2020, y tú saliste después, si mal no recuerdo