Luis Miguel, el primer amor de sus fans
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Muchas veces hemos fantaseado respecto a nuestro primer encuentro con Luis Miguel en un ámbito diferente al de los conciertos, motivados por las vivencias de otros fans, quienes han tenido la bendición de compartir un momento con él ya sea en una reunión pactada, en un acercamiento intencional –fruto de las guardias en la puerta de un hotel- o simplemente por azar, cuando el destino decide ponerte en el lugar y momento correcto. Pero en esta ocasión, puedo asegurarles que la historia que tengo para presentarles nos cuenta una realidad que supera ampliamente todas aquellas fantasías que pudimos esbozar con nuestra imaginación a lo largo de estos años.
En parte es cierto ese refrán que dice “Cuando te toca, ni aunque te quites, y cuando no te toca, ni aunque te pongas”, y lo demuestra claramente el próximo relato. Pero también es real que hay cosas en las que debemos trabajar para lograr concretarlas –no me canso de repetirlo-, porque no todo está escrito en nuestro destino, y creo fehacientemente que podemos retarlo y cambiar el rumbo del camino cuando lo deseemos. Si bien algunas cosas están pautadas para que las vivamos, muchas otras no, porque somos libres de escribir nuestra propia historia. Hay que tener muy en claro que no debemos desalentarnos ante los obstáculos que se interponen entre los sueños y la realidad, sino que esas piedras en el sendero tienen que servir para darnos fuerzas para retroceder un paso hacia atrás, tomar envión, y dar ese salto que nos llevará a sobrepasarlas para seguir hacia la meta, más animados que nunca.
Los invito a creer que los sueños se hacen realidad, y si lo dudan, no tienen más que continuar leyendo esta columna hasta el final:
En el mes de abril de 1983, una niña de 12 años miraba atentamente un programa de televisión aquí en Brasil, cuando de repente apareció un ángel entonando una bella melodía titulada “Um mais um= Dois apaixonados” -1+1= 2 enamorados. Debo confesarles que la niña protagonista de esa historia era yo, y que no tardé en llamar a mi papá, cuando finalizó la presentación de Luis Miguel, para decirle que estaba enamorada de un cantante mexicano. Mi padre trabajaba como locutor en una radio local, y al escucharme al teléfono me llamó “Loca” y no podía parar de reír, pero me consintió llevándome a la estación de radio para que juntos buscáramos algún disco de este cantante que había flechado mi corazón, cuyo nombre no supe decirle. Por supuesto que pudimos encontrar un disco de Luis Miguel, ya que era uno de los cantantes del momento, y al dar con él me puse a saltar y gritar de alegría como loca, tal cual me describió mi papá.
Con el correr de los días Luis Miguel fue al programa de mi padre, pero todo se resolvió a último momento y muy rápido, razón que no permitió a mi padre saberlo con antelación para que pasara a buscarme por la escuela. Me contó que no podía dejar de repetirle a Miky “Mi hija se va a morir cuando sepas que tú has estado aquí, porque ella es tu fan”. Luis Miguel tuvo la gentileza de dejar una foto y un disco autografiado y, como ya se iba de Brasil, Luisito Rey prometió a mi padre que cuando regresaran a Rio de Janeiro iríamos todos a cenar. Les juro que al saberlo me consumí de tanto llorar, no podía creer haber perdido la oportunidad de conocerlo, con lo que soñaba con ese momento.
Pasado unos meses salió una revista anunciando que ‘El Rey’ regresaría en agosto a Brasil para recibir un Disco de Oro, ¡Imagínense mi alegría! lo llamé a mi papá para contarle y me sorprendió respondiéndome que el señor del sello discográfico -Emi Odeon en esa época-, ya le había llamado para decirle que cuando llegase Luis Miguel a Brasil iba a coordinar todo para la cena. Me la pasé contando los días e imaginando cómo sería ese encuentro con una cena de por medio, en la que iba a tenerlo sólo para mí, situación que de sólo pensarlo aceleraba las pulsaciones de mi corazón. Pero todo terminó antes de comenzar, cuando un día de agosto -previo a su llegada a mi país-, lamentablemente aquel sueño se truncó después que infelizmente mi papá falleciera, y esa alegría que sentí tiempo atrás se transformó en una tristeza infinita. No sólo había perdido a mi padre sino también la posibilidad de reunirme con mi Sol.
En marzo de 1984 otro locutor de radio, amigo de mi familia, habló con mi madre para darme una sorpresa, y así fue que me dirigí a la estación sin si quiera sospechar que de repente aparecería ‘El Sol’, dejándome sin palabras y con la sensación de estar soñando. Pero más grande fue mi asombro al saber que podría hablar con él y preguntarle cosas –aún conservo en cassette el audio de aquella conversación que tuve con Miky al aire. Por fin, luego de varios desencuentros, lo tuve ante mis ojos y pude comprobar que mi corazón no se había equivocado cuando se dejó conquistar por esa dulce y tierna voz, la primera vez que lo escuchó en aquel programa de radio. En esa ocasión hablé con Miky pero no fue la última vez, ya que tiempo después lo hice a través de una llamada telefónica en el programa de otra estación de radio, audio que guardo junto al otro como un gran tesoro.
Mis vivencias junto a este gran artista continuaron, cuando más adelante participé de un concurso para almorzar con Luis Miguel, el que consistía en comprar una revista, luego enviar por correo un cupón con tus datos y esperar por el sorteo. Mi mayor alegría la conseguí tiempo después cuando supe que había ganado ese concurso. ¡Qué ilusión! Otra vez lo tendría frente a mí y como lo había soñado tiempo atrás, realmente sentí que el destino me estaba devolviendo la oportunidad que me había arrebatado cuando partió mi padre. Ese día almorzamos y nos tomaron muchas fotografías, las que comparto en esta columna, y que por supuesto fueron publicadas en esa famosa revista que me dio la mágica posibilidad de estar nuevamente junto a él.
Desde sus comienzos mi corazón siempre ha estado a su lado acompañando su carrera, pero desde ese último encuentro recién pude verlo nuevamente en un concierto en Madrid en el año 2004, ya que en 1993 me mudé a Portugal. Desde ahí he asistido a varios conciertos en España, en el año 2007 en Madrid y en 2012 en Cáceres.
Viví veinte años en Portugal, como les contaba anteriormente, y en el año 2013 regresé a Brasil, país en el que espero ansiosa que venga a cantar, para que una vez más pueda sentir esa felicidad única de estar frente a frente con mi ídolo, mi primer amor… ¡Luis Miguel!
Alessandra Lima